A pesar de la insistencia oficial en negar su enfermedad – ayer a la rojita Maripili se le salió decir en la radio que se recuperaba de “su enfermedad” para luego corregir “de la operación”- y Rizarrita, el inefable ministrín de información, acusar a los medios privados de mentir, montar un circo y desinformar al mejor estilo de la derecha reaccionaria maiamera, cada día se está más cerca de conocer la verdad del padecimiento presidencial.
Les duele que uno pueda decir lo que a ellos les han prohibido o no les han dicho.
La realidad los desborda cuando se nota a leguas que ya comienza una guerra fratricida, encabezada por Adán Chávez, para hacerse del poder en caso que la fuerza del caudillo de trece años disminuya. Lamentable. El domingo vimos en varios diarios y semanarios la aparición exagerada del actual gobernador de Barinas donde lo llamaban “el sucesor” o “el heredero”. Nadie habla de su larga reunión en La Habana, no con su hermano enfermo al que le dedicó algún tiempo, sino con el primer hermano cubano Raúl Castro. Buscando parecerse al nuevo anciano presidente, el barinés que pretende que lo nombren vicepresidente para asumir el poder -de seguir indispuesto con su tratamiento el mandatario venezolano- no tuvo mejor idea que lanzarse una declaración que a las pocas horas se le devolvió: “sería imperdonable limitarse tan solo a lo electoral y no ver los otros métodos de lucha, incluso la lucha armada para obtener el poder, que es el instrumento indispensable para aplicar y desarrollar el programa revolucionario”. Pensado para atraer el sector radical ayer lo vimos, sentado al lado de Elías Jaua, en la reunión de la dirección nacional del PSUV. Mucho pescueceo inusitado. Hasta ayer que el caudillo enfermo llamó a Jaua para saludar a sus dirigentes en la reunión del partido, solo el vicepresidente y el canciller Nicolás Maduro habían conversado con él.
Foto tomada de la cuenta de Twitter de @FreddyBernal
Aún no saben, de aquí al viernes, que tipo de recibimiento se le hará pues depende del estado de salud que presente. Tanto Fidel Castro como los médicos que lo atienden en Cuba preferirían que demorara unos días más su regreso -lo movió solo un día más- para que esté más recuperado. Sin embargo el activo presidente no quiere estar ausente ni de la celebración del Bicentenario ni de la reunión inaugural de la Comunidad Latinoamericana y del Caribe. Dependiendo de cómo se sienta se decidirá si viaja a Margarita o se hace la instalación desde la capital.
El presidente, consciente del peligro que significa su larga ausencia, ordenó a Jaua que invitara, de manera informal, al ex vicepresidente José Vicente Rangel a lo que se han llamado reuniones del Consejo de Gobierno para que se tomaran en cuenta sus opiniones. Las caras de los dirigentes, ministros y diputados, sus mensajes por Twitter y las declaraciones públicas improvisadas dan cuenta de la incertidumbre que los rodea.
El viernes los veremos en Maiquetía.
FUENTE: Run Run. es