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domingo, 28 de febrero de 2021

Esvásticas y protocolos. Por Juan José Monsant Aristimuño. Opinión. España. Venezuela

 


Esvásticas y protocolos. 

Por: Juan José Monsant Aristimuño

No soy bueno calculando edades, nunca lo he sido, pero la mujer que habla con un tono cortante no pasa de los 20 años, su tribuna es de unos 300 hombres y mujeres de todas las edades, más de mediana edad. En realidad les habla a muchísimas más personas, quizá a cientos de miles regadas por el mundo gracias a las redes sociales. Delgada, de baja estatura, viste sobriamente como cualquier adolescente tradicional, pero resalta el azul añil de su camisa, la de la falange española; su palidez acentuada le hace lucir el intenso rojo de los labios,  y el de su cabellera cortada a los hombros con cierto desorden de sus hebras. Acompaña su pasión con el movimiento de su brazo izquierdo, que deja caer cada vez que cierra el puño en alto y acentúa una frase, como si golpeará una mesa con enojo, mientras que la otra sostiene un micrófono conectado a un parlante portátil debajo del atril improvisado, en medio de una calle que conduce al Cementerio de la Almudena, en la aún españolísima ciudad de Madrid.

Dicen que es actriz, pudiera ser por lo histriónica, pero los políticos y apasionados compulsivos también lo son, y quienes mienten inseguros de las afirmaciones que hacen, y los que acogen teorías de conspiraciones internacionales. Al margen de ello, su discurso es breve, quizá por la temporada invernal, sin ser aterida como la de Texas, a pesar de ser uno de los estados que niega el cambio climático, y hoy, hasta el agua de sus tuberías y las turbinas que convierten la energía eólica en fuerza eléctrica, se han congelado.

Su público es un tanto desordenado, visten chamarras negras sin mangas, bandanas coloridas en sus cabezas, y tatuados sus brazos con rayos, esvásticas y hasta contornos de fusiles de asalto en sus cuellos de guerreros.

A la joven la presenta un hombre de aspecto tradicional, de mediana edad, medio entrado en carnes, medio canoso, medio orador que homenajea a los caídos de la División Azul, la creada por Franco para integrar el ejército de Hitler en el frente ruso. Antes, el acto fue bendecido por el joven sacerdote Javier Utrilla, (luego excusó su presencia, alegando:  “fui a rezar por las almas de los difuntos”)  ordenado por la Hermandad sacerdotal San Pio X,  fundada del exobispo católico Marcel Lefebvre, quien rompió con el Vaticano al oponerse a las conclusiones del Concilio Vaticano II (pero esa es otra historia interesante).

La joven vehemente que discursó esa mañana del 14 de febrero, responde al nombre de Isabel Medina Peralta, hija de un ex-edil del PP, estudiante de Historia en la Complutense de Madrid quien se declaró fascista, socialista y falangista,  dijo tener amigos venezolanos y negros, pero que no se casaría con uno, y quien en medio de su perorata llegó a afirmar: “Es nuestra suprema obligación luchar por España y por una Europa ahora débil y liquidada por el enemigo, el enemigo que siempre va a ser el mismo, aunque con distintas máscaras: el judío”. Y de allí, en orden militar, cantando Cara al sol, procedieron a ofrendar flores ante una lápida conmemorativa a la División Azul, a cuyo costado descansaba una corona mortuoria con una cruz gamada.

¡Vaya! salió el culpable de siempre, aunque ese miserable fauxnew “Los protocolos de los sabios de Sion” inventado por el zarismo decadente, para luego ser apuntalado por los soviéticos y tenido como material de lectura obligada por el mismísimo Adolf Hitler, quizás haya sido la inspiración de esta joven después de haber leído el pasquín que posiblemente le regaló Steve Bannon en su viaje por Europa, luego de tener que dejar la Casa Blanca por su inocultable apoyo a los movimientos supremacistas.

¡Dios, qué mezcla! Allí solo faltó a la cita,  por estar detenido, Jacob Chansley, el chamán de QAnon, el de los cuernos y piel de búfalo que participó en el asalto al Capitolio de los Estados Unidos, el pasado seis de enero.

Juan José Monsant A.

Twitter: @jjmonsant

DESPERTANDO EL ALMA. FEB 28. REFLEXIÓN DEL DÍA: REFLEXIONES PARA TENER ÉXITO EN TU TRABAJO. Por: Arsenio González. Venezuela.

 


Aunque el crecimiento personal puede tener muchos significados, en su mayoría, se asocia al éxito en el ámbito laboral. Más allá de lo material, se trata de encontrar un trabajo que compagine con tu vocación, desarrollar tu potencial, asumir liderazgo y perseguir nuevas metas. En este sentido, hay frases que pueden resultar muy inspiradoras:

  • Todo el esfuerzo del mundo no importa si no estás inspirado (Chuck Palahniuk): Todo esfuerzo vale la pena mientras mantengas la motivación para emprender tus proyectos.
  • Todo éxito tiene lugar fuera de la zona de confort (Michael John Bobak): Si aún no te has animado a ir por tus metas de crecimiento personal en el ámbito laboral, debes recordar que la magia te estará esperando fuera de la zona de confort.
  • He visto que cuanto más trabajo, más suerte parece que tengo (Thomas Jefferson): En algunos casos, lo que parece cuestión de suerte, realmente es el resultado de años de esfuerzo. Esta reflexión es un ejemplo de cómo el trabajo duro puede ser muy gratificante.
  • Nunca eres demasiado viejo para tener otra meta u otro sueño (C.S. Lewis): Si has pensado que tus metas son muy ambiciosas para tu edad, ¡te equivocas! Con esta reflexión te motivarás a perseguir tus sueños, pues, el momento que decidas comenzar, sencillamente es el correcto.

LO SIENTO; POR FAVOR, PERDÓNAME, TE AMO, GRACIAS
SOMOS AMADOS Y APRECIADOS MUCHÍSIMO Y PARA SIEMPRE
NO TENEMOS NADA QUE TEMER
NO HAY NADA QUE PODAMOS HACER MAL
YO SOY HIJO DE DIOS Y POR LO TANTO HEREDERO DE TODAS LAS RIQUEZAS DEL UNIVERSO
ARSENIO GONZÁLEZ
EL NEGRO E’ MACHA

CUMANÁ, 28-02-2021

Twitter: @aragonzal 


sábado, 27 de febrero de 2021

MENDIGAR TU DERECHO ES NO TENER DIGNIDAD. Por: STANISLAW DUBIS CASTILLO. Opinión. Exilio. Venezuela. España.

 


MENDIGAR TU DERECHO ES NO TENER DIGNIDAD.  

Hurgando en el baúl electrónico, encontramos un artículo escrito el 30/12/2018 que; por alguna razón, tal vez la celebración del año nuevo, no publicamos. Lo habíamos titulado tal como titulamos este. Mendigar tu derecho es no tener dignidad. Con asombro, una vez leídos los conceptos que se emitían en aquel entonces, encontramos que poco ha cambiado en la realidad de dos años atrás para favorecer a los venezolanos; al contrario, el deterioro socioeconómico ha continuado, afectando cada día de manera más grave a todo el pueblo. 

 

En loúltimos meses, circulan en las diversas redes innumerables comentarios, opiniones y noticias acerca de llamados y justos reclamos de muchísimos sectores debido a lo paupérrimo e inhumano de sus sueldos y pensiones. El espacio para dar nuestra opinión al respecto puede ser perfectamente ocupado por el listado infinito de incumplimiento de responsabilidades como patrono por parte del narcorégimen, y las causas que lo han llevado a ello; sin embargo, vamos a centrarnos en lo que a los derechos se refiere y la dignidad para su reclamo. 

 

La gran mayoría de venezolanos tenemos derechos intrínsecos, ganados meritoriamente por aquellos que han cumplido con su etapa productiva al servicio de la nación o del sector privado en cualesquiera de sus camposeducativo, fabril, de servicios, médicos, militares, de construcción, etc. Cada venezolano que haya transitado y cerrado su etapa de servicio laboral se ha ganado el derecho a disfrutar de una vejez digna. Eso, tristemente dista un largo trecho de ser realidad en Venezuela. Peor y más grave aún: Los trabajadores activos, esos que siguen su brega diaria, no escapan al impacto de la distorsión económica que horada la sociedad venezolana. 

 

Quienes hoy día arriban al otoño de sus vidas, habiendo vivido tiempos mejores en este país, no tendrían por qué mendigar favores para el cumplimiento de una obligación de Estado a las bandas narcocriminales que ejercen temporalmente el gobierno; eso no debería ser una alternativa. Quien labora, aquel que es productivo, debería también por su lado tener ingresos que le permitan un desarrollo natural de una vida decente, así como la de aquellos de quienes tiene a su cargo.  

 

Ahora bien, vamos al grano. Las opciones tradicionales de protesta no han surtido efecto; adicionalmente, los pseudopolíticos colaboracionistas del bodrio gobernante no aportan ni ideas ni opciones, mucho menos alternativas. El modelo de protesta al que nos han llevado está agotado¿Qué espera la sociedad venezolana para asumir su rol de protagonismoSomos creyentes en que el liderazgo subyace en cada persona, en sus acciones y sus decisiones. Pero lo que vimos en las noticias y que circuló en las redes durante la semana del 21 al 27 de febrero de este 2021 nos ha causado un impacto difícil de digerirEl caballero Guaidó, pues ya no se sabe lo que es ni qué papel desempeña en el país y su obscura realidad, se dirige a Maduro, pidiendo aumento de sueldos, salarios y pensiones dignos para los venezolanos, acordes la realidad económica que se vive. ¡Por favor! ¿Cómo va a despertar la voluntad de nadie alguien que no tiene claramente definido su rol ni su función? Se supone, en nuestra manera de interpretar las cosas, que lejos de solicitar nada a un régimen absolutamente ilegal, debería plantear propuestas concretasPor decirlo de alguna forma, nos pareció un cuadro patético de alguien que supuestamente nos representa 

La generación nacida entre los años 70 y 80 ha demostrado hasta la saciedad su incompetencia, su falta de profundidad política, su limitada visión de lo que Venezuela realmente requiere. Dijese Rómulo Betancourt: “Les falta calle y burdel”, le añadimos nosotros: gónadas.  

 

Vistas las circunstancias, el único temor que debe subyacer en el espíritu de lucha, es el miedo a ser otro país similar al de los cubanos. A ellos, el cansancio los venció y la apatía reina en su isla; son una sociedad sumisa.  Si en algún momento, hace algunos años, se dijo que Venezuela no es Cuba, hay que demostrarlo ya. Es perentorio el desarrollo de estrategias sorpresivas y creativas, contundentes. Nadie tiene porque mendigar sus derechos, pero sí luchar por ellos con arrojo y dignidadAquí encontramos el único pero a esta disertación. Eso no se aprende, eso no se enseña, eso nace y se lleva en el corazón y debajo de la dermis ciudadana. 

 

No más invitaciones a salidas concertadas, elecciones, ni más opiniones ni análisis. Veintidós años de escribir causas y consecuencias, predicciones y lucubraciones son más que suficientes. El país ya no soporta más. Es ahora o es nunca. Lo peor que nos puede pasar como sociedad y como nación es que sigamos sin que ocurra nada. Hasta allí llegó nuestro futuro, y el de tus hijos y el de tus nietos. En nuestras manos está el decretar la existencia o la muerte de nuestra amada Venezuela. 

 

No podemos mendigar lo que por derecho nos corresponde. La dignidad de un pueblo no se negocia: se posee y se impone. Los venezolanos, por naturaleza, jamás hemos sido mendigos. 

STANISLAW DUBIS CASTILLO 

26-02-21   



REMISIÓN: 

Hola Sammy.
Mientras me dure el reposo, creo que voy a matar el tedio escribiendo tonterías.
Decía Cuto Lamache, escribe que algo queda.
Espero te agrade y lo publiques. Feliz fin de semana
Gracias
STANISLAW E. DUBIS
Consultor de Seguridad.
Security Consultant.

IMAGENES SUPERIOR E INFERIOR: : Nubia y su familia prefieren aguantar hambre antes que robar o mendigar en la calle, por cortesía de CRONICA UNO 

Descarga el texto del articulo, en Word: Tus derechos no se mendigan 



 31 DE DICIEMBRE DE 2018