El Presidente Nicolás Maduro prueba el sistema antiaéreo ruso ZU-23,
uno de los que estaría presentando "novedades" AFP
DENUNCIA
Lo que mandaron los rusos
Con cierto misterio se
maneja la información sobre el armamento que ha vendido el gobierno de
Putin a Venezuela. Diputados opositores obtuvieron datos preocupantes
sobre esas compras.
Por: Oscar Medina.
EL UNIVERSAL. domingo 17 de noviembre de 2013 12:00 AM
La orden de comprar armas y
equipo de guerra a Rusia se ha cumplido: la Fuerza Armada Bolivariana se
pertrechó de tal manera de fusiles, tanques, aviones, blindados y
sistemas de artillería hasta convertirse en el comprador estrella de
Moscú. Pero ¿han sido adquisiciones acertadas? ¿Ese equipamiento está a
tono para responder cuando se le requiera? Al parecer no: comienza a
colarse información preocupante y ya hemos visto helicópteros caer.
En
mayo de 2001 empezó a decidirse todo. Los presidentes Hugo Chávez y
Vladimir Putin acordaron desarrollar y ampliar las relaciones entre
ambos países en más de un sentido y con la mira puesta tanto en hacer
grandes negocios como en la gestación de eso que llaman "un nuevo orden
mundial multipolar". Y en ese contexto, las armas tienen un peso
considerable.
Como se sabe, desde sus primeros años de gobierno
Chávez le puso empeño al plan de romper los tradicionales nexos
militares entre Venezuela y Estados Unidos. La revolución no podía
depender del imperio, claro está. Había que conseguir nuevos
proveedores. El 14 de mayo de 2001 se firmó el primer papel de
cooperación técnico-militar con la Federación Rusa y al día siguiente
otro referido a inteligencia militar, que incluyó hasta la preparación
en suelo ruso de especialistas venezolanos. En diciembre la relación se
hizo aun más formal: se creó la Comisión Intergubernamental
Venezolano-Ruso de Alto Nivel (CIAN). Y así fuimos "estrechando", hasta
llegar a 2013.
En mayo pasado se hizo público que el Gobierno
bolivariano es el mayor comprador de armas y equipo bélico ruso en
América Latina. Anatoli Isaikin, director de Rosoboronexport, la
exportadora estatal rusa, ubicó a Venezuela en el cuadro de clientes
especiales: de los 14, 5 millardos de dólares que vendieron en la región
a lo largo de doce años, 11 millardos de dólares corresponden a las
compras ordenadas desde Caracas. En marzo ya el Stockholm International
Peace Research Institute ubicaba a Rusia como el principal proveedor de
armas de Venezuela y al país como el mayor comprador de armamento de la
región, contando además sus encargos a otros vendedores.
Se
estima que nada más entre los años 2005 y 2007 se firmaron con los
camaradas rusos contratos de compras por más de 4 millardos de dólares,
en operaciones que incluyeron la adquisición de los famosos aviones
Sukhoi (24 de ellos), alrededor de cincuenta helicópteros en tres
modelos diferentes (MI 17, M 26 y M 35) y un lote de 100 mil fusiles
Kalashnikov AK 103.
En el informe de la Asociación Civil Control
Ciudadano, titulado "Venezuela. Adquisiciones de sistemas de armas y
material militar 2005-2012" se explica claramente: "En 2004, Chávez
trazó tres líneas estratégicas para conceptualizar la nueva doctrina
militar venezolana: Defensa Integral de la Nación. La primera línea
estratégica, denominada Fortalecimiento del Poder Militar, comprendía la
ejecución de un plan de reequipamiento militar, que incluía tanto la
adquisición de nuevos sistemas de armas, como la recuperación de los
existentes. La idea se centraba en encontrar fuentes alternativas para
el suministro de material militar y establecer una industria bélica
local".
Muy bien, el reequipamiento se hizo. Y sigue en curso.
Pero, ¿qué se ha comprado? Y más importante aun: ¿en qué condiciones
está eso que se ha comprado?
Tanques parados
Los
diputados Stalin González (UNT) y Tomás Guanipa (PJ), quienes forman
parte de la Comisión Permanente de Defensa y Seguridad de la Asamblea
Nacional, manejan información sobre el estatus en que estaría parte de
esos equipos de guerra importados de Rusia: "Tenemos datos confiables
que nos indican que en general casi todo lo que se le ha comprado a
Rusia presenta o ha presentado problemas y fallas", aseguró González:
"Algunos, claro, se han resuelto, pero otros no. Y rayan en lo absurdo".
González, papeles en mano, asoma un caso: "Se supone que el
Gobierno compró alrededor de 90 tanques de un modelo llamado T 72 B1.
Resulta que son tanques construidos hace más de 40 años, que fueron
repotenciados pero que han presentado una cantidad importante de fallas.
Esos tanques prácticamente no pueden utilizarse porque consumen mucho
lubricante y solo pueden operar con lubricante ruso, que no hay. O no
siempre hay. Un país que exporta hidrocarburos no ha podido resolver el
problema de los lubricantes de esos equipos por la sencilla razón de que
son tanques muy viejos. ¿Cómo nos vamos a defender de los gringos
así?".
La referencia a "los gringos" es más que una ironía del
diputado a propósito del recurrente discurso oficial. En 2009 Colombia
anunció que permitiría el uso de algunas de sus bases militares a
Estados Unidos. Y fue esa una de las grandes razones invocadas por
Chávez para -ante esa amenaza- reforzar el equipamiento nacional con
blindados, tanques y lanzacohetes de fabricación rusa. En agosto de
2009, de hecho, el gobierno ruso aprobó un financiamiento a Venezuela de
2 mil 200 millones de dólares para proveerse tal como lo pedía el
entonces presidente.
En septiembre de ese mismo año Chávez viajó
a Rusia y uno de sus primeros anuncios al regresar a Venezuela fue:
"Pronto comenzarán a llegar unos cohetitos rusos (...) que no fallan. No
vamos a atacar a nadie, pero con esos instrumentos de defensa haremos
frente a cualquier amenaza, venga de donde venga". Esos "cohetitos",
misiles, tendrían -según se dijo en el momento- la capacidad de alcanzar
objetivos a 300 kilómetros de distancia. En ese viaje, lo informaron
desde Rusia, Chávez habría insistido en que le suministraran sistemas
antiaéreos y tanques T 72 y T 90.
Y sí, los T 72 son los del problema de intolerancia al aceite criollo.
"En
buena medida se podría decir que se han hecho compras de equipos
obsoletos", advirtió Guanipa: "Y la información que manejamos corrobora
de alguna manera las denuncias que se hicieron en el pasado en este
sentido". González aporta un matiz: "Según los datos de los que
disponemos, se puede concluir que, por ejemplo, los Sukhoi parecen estar
funcionando bien, parecen haber sido una buena compra, pero no se puede
decir lo mismo sobre los helicópteros, de los cuales, incluso hay al
menos un modelo que está totalmente inoperativo".
Lo que han
podido conocer los diputados es que no todos los 24 Sukhoi están aptos
para volar y que está en marcha un par de financiamientos para proyectos
de recuperación y otros asuntos referidos a los aviones que rondarían
los 150 millones de dólares.
El estado de los helicópteros es,
de acuerdo a los datos, más comprometido tanto por lo que se ha visto,
como por lo que se conoce solo puertas adentro de la Fuerza Armada.
Control
Ciudadano hizo el recuento de los helicópteros rusos que se han
accidentado hasta hoy: se trata de seis, cinco del modelo Mi-17V-5. Y se
trata también de algo peor que una inversión caída a tierra: han muerto
31 personas.
De acuerdo al informe de Control Ciudadano sobre
las compras de armas de Venezuela, se habrían adquirido 38 helicópteros
de este modelo. Pero podrían ser más. Ese documento se trabajó con la
información recopilada en medios informativos y sitios especializados en
el tema. En todo caso, además de los accidentados habría una cantidad
considerable de estos Mi-17V-5 en tierra sin poder despegar por
diferentes tipos de fallas.
Sería peor -en caso de ser
comprobada- la situación de los helicópteros MI-35M, al menos desde el
punto de vista material. "La flota ha tenido tantas fallas importantes y
estructurales no superadas que ninguno de los aparatos está disponible
para su uso", aseguró González.
A rendir cuentas
"Lo
que tenemos sobre los equipos militares rusos es preocupante", apunta
el diputado: "Uno se pregunta, ¿cómo es que hicieron esas compras así?
Hay equipos con fallas recurrentes de software, con problemas
estructurales, sin sistemas de comunicaciones, incluso unos blindados
que presentan problemas de funcionamiento en condiciones de mucho
calor, otros que son vehículos de combate que se quedan sin batería en
pleno uso, reclamos por falta de repuestos y piezas y otras tantas
cosas".
El informe de Control Ciudadano hace un énfasis especial
en la falta de información precisa sobre las compras de armas: "...no
ha sido posible determinar con exactitud la cantidad, modelo y costo de
los equipos militares adquiridos por Venezuela en el período 2005-2012,
debido a que en la anterior Asamblea Nacional se acordó decretar la
confidencialidad de los acuerdos militares suscritos con Rusia y
Bielorrusia". Y señalan entre sus preocupaciones como organización, la
"opacidad" en las compras y los "problemas de operatividad que han
mostrado algunos sistemas".
"Esto no es un asunto que se puede
escudar en la seguridad nacional", explica González: "Estoy de acuerdo
en que el Gobierno mantenga temas en bajo perfil por seguridad nacional,
pero si hay tantos problemas con los equipos rusos los venezolanos
tenemos derecho a saberlo porque eso se ha comprado con dineros
públicos. Con la excusa del secreto por seguridad no se puede ocultar un
daño al patrimonio de la Nación, al patrimonio público".
Los
parlamentarios asomaron otros ejemplos: los sistemas misilísticos
Pechora 2M han presentado además de fallas operativas y limitaciones,
deficiencias en la disponibilidad de partes y repuestos. En el caso de
un modelo de cañones antiaéreos: "Cuando vieron las municiones, se
dieron cuenta de que compraron una cosa y recibieron otra".
Pero
además la información que recopilaron presenta aspectos especialmente
llamativos: la supuesta adquisición de otros 100 mil fusiles
Kalashnikov, de un número similar de carabinas y -lo más curioso- la
compra de una enorme cantidad de minas.
"Son miles de minas",
señala González: "Desconocemos por qué el Gobierno habría comprado
tantas minas, si es que de verdad lo ha hecho. Y desconocemos el
propósito o si son antipersonales o antiblindados, pero nos preocupa y
queremos saberlo porque si son antipersonales estaríamos pasando por
encima acuerdos internacionales que prohiben su uso". En efecto,
Venezuela firmó en 1997 la Convención o Tratado de Ottawa que prohibe el
uso, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales
y que establece la destrucción de las existentes en los países que lo
suscribieron.
Para aclarar estas dudas e informaciones solo
queda tocar a las puertas del despacho de la Ministra de la Defensa. Y
eso propondrán esta semana los diputados en la Asamblea: preguntarle a
la Fuerza Armada si el dinero de la nación ha sido bien invertido o no.