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domingo, 9 de abril de 2006

11 DE ABRIL: VERDAD Y MALDAD. Por: Coronel (FAV) Sammy Landaeta Millán. Opinión. Política. DDHH. Ciudadanía. Venezuela.



11 DE ABRIL: VERDAD Y MALDAD. 

Por: Coronel (FAV) Sammy Landaeta Millán.

En Venezuela y en el mundo, en torno a los nefastos sucesos, del 11 de Abril del 2002, se han señalado diversas razones. Dentro de las conjeturas del ambiente socio político nacional se evidencian dos aspectos fundamentales: En primera instancia, el régimen revolucionario que sustenta el usurpador de la presidencia de la república Hugo Chávez Frías, otorga preeminencia a la tesis del golpe de Estado, como causa del inicio del desastre gubernamental y administrativo, donde nos encontramos, obviándose en oportunidades, hasta las victimas. En segunda, el sector opositor condena “la masacre del 11 de abril” e incentiva a la población a que tenemos el deber de conservar los hechos como un hito fundamental que nos oriente a “prohibido olvidar” basado en el derecho que no asiste a todos, por conocer la verdad e identificar en esencia, desde donde proviene la maldad.

En los predios de la Asamblea Nacional anterior, se mostraron aspectos coincidentes de los sectores representativos del país para la búsqueda de las razones que permitieran esclarecer el caso. En ese sentido, se designó una comisión de la verdad. Pero el tiempo nos ha demostrado que cuando las cosas son precedidas de un “voluntad política mayoritaria” que no le interesa resolverlos, duermen el sueño eterno de los Dioses, se le sepulta, y se le cubre con el manto de la impunidad, para que la madre tierra se encargue de procesarlos. Cuando se nombra una comisión que desecha la razón principal del interés colectivo, esta se diluye, se consume y se agota, como ha resultado ser con aquella que tenía por tarea investigar los sucesos de 11 de abril y hoy tristemente reposa en la soledad de su sepulcro.

Los venezolanos, sin distingos de raza, clase, religión, empleo que profesen ser simpatizantes de cualquier tendencia política o militantes de partidos, tenemos el derecho de protestar, de reclamar y de abogar por conocer quienes tienen las verdaderas responsabilidades de los eventos de abril del 2002. En nuestras mentes existe la interrogante clara, con indicativos de autentica pureza, sin sesgos de ninguna especie que tenemos la necesidad por saber: ¿Qué pasó el 11 de Abril? Ya basta de la reedición del establecimiento de un régimen de facto, que curiosamente le antecedió una publicitada renuncia y el consecuente abandono del cargo del presidente constitucional de entonces.

Los operadores políticos del régimen revolucionario mantienen vivo el recuerdo de la acción contra la revolución y este evento se sobrepone a los otros sucesos. La supuesta actitud permisiva de Hugo Chávez en esos tiempos, se esgrime ahora como un ejemplo de que “no sucederá,” se advierte que de presentarse un evento similar, “actuaré contundentemente con las armas, si fuese necesario” así expresa el jefe del desgobierno, su amenaza y el amedrentamiento. Pero la colectividad en general, necesita conocer la verdad para saber donde están las mentes perversas que autorizaron masacrar a un pueblo.

Con tristeza y decepción observamos que los que utilizaban las armas ilegalmente y disparaban contra “supuestos objetivos” lo hicieron simplemente “en defensa de la revolución.” No tienen culpa, son absueltos y transitan libremente por el territorio nacional. En cambio aquellos que portaban las armas de reglamento, por ser autoridad pública, se debaten entre los juicios postergados y amañados y se consumen en diversos calabozos, donde cada día reciben la noticia de incorporación de nuevos elementos que evidencian su supuesta culpabilidad en los hechos y les alejan las posibilidades de volver a la libertad y el derecho de compartir en sus hogares con sus seres queridos.

Pero también hay directores y asesores de cuerpos policiales detenidos y procesados en juicios sin basamento por “ordenar la actuación” en contra de los defensores de la revolución. Esto, sin incluir la detención, persecución y exilio de militares, periodistas, petroleros, marinos mercantes y otros, que por manifestar su voz de protesta y descontento contra un régimen oprobioso los estigmatizaron ante la colectividad como lo verdaderos traidores a la patria. Hoy en pro de lograr una verdadera acción meritoria en función de buscar la verdad y descubrir el eje del mal nos hacernos las siguientes preguntas: ¿Quiénes son los responsables por los hechos del 11 de Abril del 2002? ¿Quiénes se atrevieron a matar sin piedad a otros seres humanos? ¿Quienes tratan de someternos en un modelo de bandolerismo, a razón de sangre y fuego? ¿Quienes obedecen instrucciones de agentes extranjeros para imponer su ideología en contra de la voluntad soberana?

Nuestro mejor aliado para razonar los sucesos de abril y otros eventos, indudablemente que es el tiempo. Hoy a escasos cuatro años de los tristes hechos, abogamos porque la verdad se imponga, para poder descubrir cual fue el móvil que causó tantas victimas en la llamada “masacre del 11 de abril.” En torno a ello, desconocemos totalmente las intimidades de la muerte del reportero gráfico, Jorge Tortosa, pero en otro ámbito creemos conocer aspectos del caso del guerrillero José Ballestas. Sabemos quien brindó protección a Vladimiro Montesinos y con certeza conocemos que el Canciller de las FARC Rodrigo Granda, esta inscrito en el registro electoral venezolano.

Entre otros eventos nos convendría saber porque Joao de Gouveia disparó y asesinó varias personas en la Plaza Francia de Altamira. Nos agradaría saber porque asesinaron a los soldados declarados en desobediencia en la misma Plaza Francia de Altamira. Desconocemos totalmente porque funcionarios de la DISIP mataron a Germán Delgado asistente del General (Ej.) Néstor González González y escolta de la Periodista Patricia Poleo. Quisiéramos saber porque personas desconocidas dispararon nuevamente en la Plaza Francia de Altamira, contra los manifestantes que el 16 de Agosto de 2004 denunciaban fraude en el referendo revocatorio presidencial. Allí hubo varios heridos y resultó muerta la Señora Maritza Ron.

Tenemos el derecho a obtener las evidencias de la actuación armada de unos supuestos paramilitares colombianos. Con vehemente insistencia quisiéramos conocer las verdaderas razones de la muerte del Fiscal Danilo Anderson y develar las responsabilidades en el caso de la masacre del barrio Kennedy, donde murieron tres estudiantes universitarios.

El 11 de abril del 2002 quizás desencadena una serie de hechos que sugieren aspectos de estudio sobre los términos de verdad y maldad. Hoy por hoy, sin el ánimo de excluir a tantos casos de muertes, atropellos, victimas, detenciones y tortura nos inscribimos en la protesta de la conciencia colectiva por escudriñar en estos nuevos casos: 

¿Que paso en la muerte de Filippo Sindoni? 

¿Qué puede estar detrás de la muerte de los niños de la Familia Faddoul y su chofer Miguel Rivas? 

¿Cuál fue el móvil de la muerte del reportero grafico Jorge Aguirre?

 ¿Quienes actúan con tanta alevosía e impunidad?

 ¿Quiénes explotan el negocio del sicariato y el secuestro? 

¿Donde esta la verdad de estos hechos de violencia? ¿Quienes son los malos en Venezuela?

Cita: “A la luz de la verdad y del tiempo, nada se esconde, el merito brilla y la maldad se descubre” Simón Bolívar. 

Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán.


Caracas, 9 de Abril de 2006.

IMAGEN SUPERIOR: Collage de #LaProtestaMilitar con fotos de la internet libre, créditos a sus Autores. Gracias.