PAGINAS Y RECORTES

jueves, 27 de abril de 2006

RELIGIÓN Y MUERTE. Por: Coronel ® (FAV) Sammy Landaeta Millán. Opinión. Venezuela.

Foto: Monseñor Jorge Piñango, por cortesía de JotaDobleVe Opina

RELIGIÓN Y MUERTE. Por: Sammy Landaeta Millán. 

Las muertes violentas en Venezuela por diversos eventos de fines de semana, arrojan cifras superiores a los partes de bajas, en lugares donde se libran combates por acciones de Guerra. En esta oportunidad la inseguridad reinante que vive la Nación, cobró la vida del Sub Secretario de la Conferencia Episcopal Venezolana, Monseñor Jorge Piñango.

Lo cierto es que la muerte acecha en todos los ambientes, sin distingos de raza, clase, credo, empleo o simpatía política y cobra innumerables victimas. Con el trágico deceso del prelado de la Iglesia Católica se conmociona de nuevo al país. En su gran mayoría las personas han quedado estupefactas, desconcertadas y asombradas. Con el asesinato de Monseñor Piñango, en términos del ritual eclesiástico, nos atrevemos a pronunciar que se ha derramando la sangre de Cristo. No es para menos.

Recordamos con agradecimiento al padre Ramos oficiando una misa de acción de gracia en Santa Maria de los Guaicas, El Ocamo, Estado Amazonas, al regresar ilesos en el helicóptero FAV siglas 1260, después de habernos perdido, bajo un mal tiempo. Mantenemos presente los consejos del padre Juan Antoñón a quien conocimos de adolescentes y luego compartimos como profesionales en el batallón de paracaidistas José Leonardo Chirinos y asistimos a sus misas en la parroquia de San Francisco de Asís, Estado Aragua. Espiritualmente estamos con el entrañable amigo y consejero, Pbro. Cnel (Av.) Humberto Acosta Fuentes, vicario episcopal de la Fuerza Aérea Venezolana (La Aviación Militar, revolucionaria) y jefe de la Parroquia Nuestra Señora de Loreto, Base Miranda, La Carlota, Caracas, donde alguna vez fuimos miembros del consejo parroquial y en el presente, se nos prohíbe entrar hasta para oír la santa misa. Hoy en este momento aciago que vive la Iglesia, nos solidarizamos con los sentimientos de nuestros amigos sacerdotes y de todos en general. Les enviamos la palabra de estimulo, de fe, de fortaleza, de esperanza y de resistencia, dondequiera que los haya destinado Dios Nuestro Señor.

En el país estamos consternados, indignados, molestos y algo mas, por el vil asesinato de un distinguido miembro de la Iglesia Católica Venezolana. Ante este abominable zarpazo de la vida revolucionaria, que no nos cabe la menor duda que lo sea, no debemos bajar la bandera de la libertad que llevamos con dignidad y sacrificio, hasta que logremos arrebatarle las pretensiones al Comunismo Internacional. Sabemos que en diversas países de América Latina los sacerdotes han sido blanco de atentados y asesinatos por parte de procesos de izquierda, por ello nos negamos a creer que Venezuela sea una excepción.

Aunque el momento sea de dolor, amargura, tristeza y llanto debemos rechazar la actitud política del Dr. Isaías Rodríguez, Fiscal General de la República, quien trasciende el plano de la confidencialidad del caso, toma partido y esgrime a la luz pública los aspectos correspondientes a las investigaciones, describiendo detalles que son producto de procesos sumariales. Es inaudito. A nuestra manera de observar, las declaraciones claramente vilipendian la moral del fallecido Monseñor Piñango y sus familiares. Lo que es más aberrante, es la forma orientar el desprestigio de la Iglesia Católica, como institución. Pero no lo lograran. Si nosotros estamos indignados. ¿Como se sentirán los sacerdotes?

Por otra parte, observamos con satisfacción que la Iglesia Católica Venezolana no haya asumido ningún papel de convertirse en un potencial contendor del desgobierno, pero tampoco se ha subyugado a sus designios. Pero eso no quiere decir que desde la óptica del gobierno bolivariano y del bandidaje revolucionario no se observe a la Iglesia Católica y a sus miembros, como “sus enemigos” ¡Debemos estar pendientes!

También pensamos que para algunos sacerdotes que comulgan con la mezcolanza del izquierdismo revolucionario y en oportunidades se han arrodillado ante los designios del usurpador de la presidencia de la republica Hugo Chávez Frías, el evento trágico los coloca en una posición comprometida. Deben oír su voz interior y dejar que florezca la verdad desistiendo de aferrarse al maligno, porque de lo contrario, este en su afán de proyectarse como todopoderoso latinoamericano, los arrastrará, hasta las tinieblas.

Desde los inicios del pretendido proceso revolucionario en Venezuela, ha existido una animadversión por la iglesia católica, institución a la que muchos hemos y estamos dispuestos a defenderla. Recordemos las acusaciones contra Monseñor Baltasar Porras por la versión sesgada de los sucesos del 11 de Abril de 2002. Evoquemos la magnitud de las ofensas contra la dignidad de Cardenal José Ignacio Velasco en el momento de sus exequias y reflexionemos sobre las verdaderas actitudes que podrían tener las ofensas que profesaban una turba de agitados manifestantes frente al Palacio Arzobispal de Caracas, exigiendo: “paredón para el Cardenal Castillo Lara”. ¡Debemos vernos en ese espejo!

Hoy también se hace preciso destacar que su eminencia Jorge Cardenal Urosa Savino se pronunció recientemente sobre el mantenimiento de la religión en las escuelas y eso parece que disparó las alarmas y provocó un gran fisura en el edifico amistoso que se había comenzado a refaccionar entre el desgobierno y la Iglesia, luego de la recién investidura del Cardenal. Quizás eso no lo vieron con buenos ojos, algunos activistas del bochinche revolucionario y podría inferirse que tal vez alguien aparentemente, se tomó la ley en la mano para congraciarse con los altos dirigentes del proceso, pero la situación le salió mal. Pensamos que se quiso someter a un representante de la Iglesia a un calvario pre planeado, para infundirles temor, pero resulto asesinado en un ritual de sacrificio.

Roguemos al señor por el eterno descanso de su siervo Monseñor Piñango. Somos solidarios con su distinguida familia, al hacerles llegar las más expresivas palabras de condolencia y respaldemos la digna posición de la Iglesia al exigir respeto, consideración y justicia ante la desaparición física de tan alta dignidad eclesiástica. ¡Paz a sus restos!

Hoy más que nunca, debemos defender la integridad de la Iglesia Católica hasta el último día de la revolución de traidores y bandidos, que ya esta bastante cerca. Pensemos, que si por los designios del proceso, hoy murió un sacerdote; también falleció un hombre y lo que es mas grave, fue asesinado un hombre de religión. ¿Quién morirá mañana?

Recordemos que donde hay un católico hay una iglesia y tenemos el deber de protegerla.

Cita: “Protegeré la religión hasta que me muera”

Simón Bolívar








Sammy Jesús Landaeta Millán.

Coronel Aviación.

CIV-3.441.697

Email: sammylan@yahoo.es

Twitter: @ProtestaMilitar 

Caracas, 27 de Abril de 2006

lunes, 24 de abril de 2006

VIDA Y MUERTE: ¿MISTERIOS O SOMBRAS? Por: Coronel ® (FAV) Sammy Landaeta Millán. Opinión. Venezuela.















VIDA Y MUERTE: ¿MISTERIOS O SOMBRAS? Por: Sammy Landaeta Millán.

El sábado 22 de Abril del 2006, en el marco del evento “acuéstate por la vida” auspiciado por jóvenes universitarios, mas de 80.000 personas, nos acostamos en la Avenida Francisco de Miranda, del municipio Chacao en Caracas, Venezuela. En dicho acto reclamamos una política efectiva de seguridad que contrarreste la acción del hampa y la incapacidad del desgobierno para combatirla. Lo hicimos con el firme propósito de rechazar la ocurrencia de 70.000 muertes en siete años de ejercicio del Gobierno Bolivariano y Revolucionario de Hugo Chávez Frías, porque tenemos el derecho de exigir transparencia y veracidad en las investigaciones. Y debemos poseer la garantía estatal de preservar la VIDA de las personas, ya que hemos notado, que cuando estas sucumben por cualquier causa, su muerte se transforma en verdaderos casos de misterios y sombras. 

En el abominable secuestro y asesinato de los hermanitos Faddoul y su chofer, Miguel Rivas, suceso que conmociono al mundo entero, la incapacidad manifiesta del Fiscal General de la Republica, Dr. Isaías Rodríguez nos dejó atónitos. Se cometió un grave error en el sentido de “autorizar la cremación” de los cuerpos de los niños. Eso es inaudito, en materia de homicidios y casos medico legales, porque las evidencias que podrían evaluarse en un futura exhumación de cadáveres se eliminaron, por causas de una “supuesta humanidad del régimen.” Así se resuelva el caso, el mismo no recibió el tratamiento adecuado para preservar las evidencias y cometieron un imperdonable error.

La historia reciente de muertes accidentales por diversas índoles estigmatiza al gobierno revolucionario como un régimen peligroso con vicios que demuestran una mala política de seguridad ciudadana. Pero no solo las calles y las cárceles, son espacios abiertos o cerrados de muertes sin respuesta. También en la Fuerza Armada Nacional se han escenificado diversas tragedias que desdicen mucho de su administración y la mayoría de los sucesos que se conocen, se sesgan, se clasifican, se mantienen en secreto o sus investigaciones administrativas no concurren a nada, o simplemente quedan impunes.

Recordemos que en el año 2001 el Teniente (Ej.) Alessandro Sicatt Torres, roció de thiner a tres soldados en la sala disciplinaria del Batallón de Cazadores del Fuerte Paramacay con sede en Maturín, Estado Monagas y en ese caso el indicado fue absuelto y luego recusado una vez que la Cuarta División Blindada de Maracay solicito la detención y encarcelamiento del Oficial. Posteriormente, en marzo de 2004 fueron incinerados en la sala disciplinaria de Fuerte Mara, Estado Zulia, 8 soldados del Ejército venezolano. Diversas versiones circularon en torno al caso. Se especuló sobre la tesis de un plan de fuga o sobre el supuesto de haber firmado contra el presidente Chávez en pro de la solicitud del un referendo revocatorio. Al final tres médicos y un soldado resultaron imputados por el caso de esos militares quemados. Otro evento que también acaparó la atención fue el fallecimiento de los soldados Rómer Lujan y Raúl Royet quienes resultaron quemados en una celda de castigos del Batallón de Cazadores del Ejercito, Manuel Cedeño, con sede en Cumana, Estado Sucre. ¿De que abominable cultura aprenderían la FAN, esas nefastas practicas?

Sabemos y conocemos cual ha sido el “tratamiento revolucionario” con respecto a las muertes del 11 de abril del 2002. Allí se mantienen una especie de ensayo y error para aportar la mejor tesis que beneficie al proceso revolucionario. Pero quisiéramos indagar en otros aspectos. El 19 de abril de 2006, día de la firma del acta de la independencia nacional se cumplieron cuatro años del accidente aéreo del Helicóptero Súper Puma Cougar, siglas 4423 que se precipitó a tierra en el Callejón de Tacagua, Estado Vargas. A todos los venezolanos nos asiste el derecho de recordarle a la colectividad nacional e internacional que en ese hecho se reflejaron muchas dudas después del regreso de Hugo Chávez, para usurpar el poder. Allí perecieron 10 profesionales que pertenecieron durante toda una vida a la Fuerza Aérea Venezolana y a la hora de su deceso, lo hicieron como integrantes de La Aviación Militar, de la era revolucionaria.

Con tristeza recordamos a los dignos profesionales que se fueron. Con extrañeza pudimos observar en algunos de ellos, un arraigo revolucionario apresurado, y con dolor honramos su memoria. Con curiosidad observamos que dentro del mencionado helicóptero fallecieron algunos de los oficiales generales que formaron parte de la “operación restitución de la dignidad militar” y fueron auténticos artífices de la restitución de Hugo Chávez en la presidencia, después del 11 de Abril del 2002. Dos días antes del accidente, en ocasión de recibir el cargo del Comandante General de la Aviación el G/D Luís Alfonso Acevedo Quintero se pronunció en los siguientes términos: “La FAN y en especial la Aviación Militar quieren estar activamente en la vanguardia de la Venezuela que renace al calor de un nuevo esquema democrático” ¡En el tiempo el sistema democrático lo hemos visto desmoronarse!

Aún cuando ya estábamos en situación de retiro y en franca oposición al desgobierno de Hugo Chávez, en nuestra condición de piloto instructor de los sistemas de helicópteros súper puma, fuimos llamados a una reunión de consulta por parte de la Junta Investigadora de Accidentes de la Aviación Militar. Sugerimos diversas aspectos que podrían conducir al esclarecimiento de las causas del accidente pero quedaron en el aire tres presuntas apreciaciones no aceptadas por nadie: Sabotaje, motín abordo y derribo del aparato. Quizás las voces y las dudas de los compañeros, amigos, subalternos y superiores medios, también fueron acalladas por la política gubernamental de “ascensos post- mortem.”

Poco tiempo después vimos que nuevamente la tragedia se cernía sobre la aviación militar revolucionaria, el 22 de Agosto de 2004 se precipitó a tierra en la zona de Mariara, Estado Carabobo un avión de trasporte de tropas, falleciendo 10 militares y 15 civiles que provenían desde la Isla La Orchila, las causas fueron atribuidas al mal tiempo. El 10 de diciembre de 2004, fallece el Inspector General de la Guardia Nacional, G/D (GN) Rafael Dubront Torres y 15 personas más, en un accidente aéreo, al estrellarse un avión de ese componente en la inmediaciones de El Junquito, Estado Miranda. En marzo de 2006, en un indeterminado accidente fue hallado siniestrado en el Estado Amazonas, el helicóptero Sikorsky, donde viajaban tres civiles y cinco militares. Allí fallecieron Los capitanes Jhojan Flores y Willy Salvatierra, los sargentos Raúl Bárrase y Ericsson Marín, miembros de la tripulación. Además del Teniente coronel (Ej.) Jesús Rodríguez, el señor Germán García y la Doctora Mileidys Campos. La medico Isvelis Villegas fue la única sobreviviente. ¿Quién explica tantos accidentes aéreos?

Otro caso que nos ocupan es la muerte accidental del G/B (Ej.) Tomás Moncanut Avella y un gerente de PDVSA quienes efectuaban una prueba de un vehículo “Tiuna” en las instalaciones del Fuerte del mismo nombre y finalmente, nos sorprendió la muerte violenta del Coronel (Ej.) Ender Granadillo Perozo, en Maracaibo, Estado Zulia, a manos presuntos sicarios. Dicho oficial, fue administrador del Ministerio de la Defensa y director de Finanzas durante las gestiones del G/J (Ej.) Luís García Carneiro García. ¿Qué pasó?

No basta con referir los homicidios y accidentes. Relacionar sus estadísticas y protestar por el derecho a la vida. El país nacional tiene el derecho a saber y conocer las causas de muerte de los involucrados, más aún cuando se advierte que algo muy turbio puede estar pasando en la institución militar ¿Cuantos más, deben perecer para saber la verdad? ¿Por qué tanto misterio? ¿Que se oculta?

Cita: “A la sombra del misterio no trabaja sino el crimen”. 

Simón Bolívar.

Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán.

Caracas, 24 de Abril de 2006

domingo, 9 de abril de 2006

11 DE ABRIL: VERDAD Y MALDAD. Por: Coronel (FAV) Sammy Landaeta Millán. Opinión. Política. DDHH. Ciudadanía. Venezuela.



11 DE ABRIL: VERDAD Y MALDAD. 

Por: Coronel (FAV) Sammy Landaeta Millán.

En Venezuela y en el mundo, en torno a los nefastos sucesos, del 11 de Abril del 2002, se han señalado diversas razones. Dentro de las conjeturas del ambiente socio político nacional se evidencian dos aspectos fundamentales: En primera instancia, el régimen revolucionario que sustenta el usurpador de la presidencia de la república Hugo Chávez Frías, otorga preeminencia a la tesis del golpe de Estado, como causa del inicio del desastre gubernamental y administrativo, donde nos encontramos, obviándose en oportunidades, hasta las victimas. En segunda, el sector opositor condena “la masacre del 11 de abril” e incentiva a la población a que tenemos el deber de conservar los hechos como un hito fundamental que nos oriente a “prohibido olvidar” basado en el derecho que no asiste a todos, por conocer la verdad e identificar en esencia, desde donde proviene la maldad.

En los predios de la Asamblea Nacional anterior, se mostraron aspectos coincidentes de los sectores representativos del país para la búsqueda de las razones que permitieran esclarecer el caso. En ese sentido, se designó una comisión de la verdad. Pero el tiempo nos ha demostrado que cuando las cosas son precedidas de un “voluntad política mayoritaria” que no le interesa resolverlos, duermen el sueño eterno de los Dioses, se le sepulta, y se le cubre con el manto de la impunidad, para que la madre tierra se encargue de procesarlos. Cuando se nombra una comisión que desecha la razón principal del interés colectivo, esta se diluye, se consume y se agota, como ha resultado ser con aquella que tenía por tarea investigar los sucesos de 11 de abril y hoy tristemente reposa en la soledad de su sepulcro.

Los venezolanos, sin distingos de raza, clase, religión, empleo que profesen ser simpatizantes de cualquier tendencia política o militantes de partidos, tenemos el derecho de protestar, de reclamar y de abogar por conocer quienes tienen las verdaderas responsabilidades de los eventos de abril del 2002. En nuestras mentes existe la interrogante clara, con indicativos de autentica pureza, sin sesgos de ninguna especie que tenemos la necesidad por saber: ¿Qué pasó el 11 de Abril? Ya basta de la reedición del establecimiento de un régimen de facto, que curiosamente le antecedió una publicitada renuncia y el consecuente abandono del cargo del presidente constitucional de entonces.

Los operadores políticos del régimen revolucionario mantienen vivo el recuerdo de la acción contra la revolución y este evento se sobrepone a los otros sucesos. La supuesta actitud permisiva de Hugo Chávez en esos tiempos, se esgrime ahora como un ejemplo de que “no sucederá,” se advierte que de presentarse un evento similar, “actuaré contundentemente con las armas, si fuese necesario” así expresa el jefe del desgobierno, su amenaza y el amedrentamiento. Pero la colectividad en general, necesita conocer la verdad para saber donde están las mentes perversas que autorizaron masacrar a un pueblo.

Con tristeza y decepción observamos que los que utilizaban las armas ilegalmente y disparaban contra “supuestos objetivos” lo hicieron simplemente “en defensa de la revolución.” No tienen culpa, son absueltos y transitan libremente por el territorio nacional. En cambio aquellos que portaban las armas de reglamento, por ser autoridad pública, se debaten entre los juicios postergados y amañados y se consumen en diversos calabozos, donde cada día reciben la noticia de incorporación de nuevos elementos que evidencian su supuesta culpabilidad en los hechos y les alejan las posibilidades de volver a la libertad y el derecho de compartir en sus hogares con sus seres queridos.

Pero también hay directores y asesores de cuerpos policiales detenidos y procesados en juicios sin basamento por “ordenar la actuación” en contra de los defensores de la revolución. Esto, sin incluir la detención, persecución y exilio de militares, periodistas, petroleros, marinos mercantes y otros, que por manifestar su voz de protesta y descontento contra un régimen oprobioso los estigmatizaron ante la colectividad como lo verdaderos traidores a la patria. Hoy en pro de lograr una verdadera acción meritoria en función de buscar la verdad y descubrir el eje del mal nos hacernos las siguientes preguntas: ¿Quiénes son los responsables por los hechos del 11 de Abril del 2002? ¿Quiénes se atrevieron a matar sin piedad a otros seres humanos? ¿Quienes tratan de someternos en un modelo de bandolerismo, a razón de sangre y fuego? ¿Quienes obedecen instrucciones de agentes extranjeros para imponer su ideología en contra de la voluntad soberana?

Nuestro mejor aliado para razonar los sucesos de abril y otros eventos, indudablemente que es el tiempo. Hoy a escasos cuatro años de los tristes hechos, abogamos porque la verdad se imponga, para poder descubrir cual fue el móvil que causó tantas victimas en la llamada “masacre del 11 de abril.” En torno a ello, desconocemos totalmente las intimidades de la muerte del reportero gráfico, Jorge Tortosa, pero en otro ámbito creemos conocer aspectos del caso del guerrillero José Ballestas. Sabemos quien brindó protección a Vladimiro Montesinos y con certeza conocemos que el Canciller de las FARC Rodrigo Granda, esta inscrito en el registro electoral venezolano.

Entre otros eventos nos convendría saber porque Joao de Gouveia disparó y asesinó varias personas en la Plaza Francia de Altamira. Nos agradaría saber porque asesinaron a los soldados declarados en desobediencia en la misma Plaza Francia de Altamira. Desconocemos totalmente porque funcionarios de la DISIP mataron a Germán Delgado asistente del General (Ej.) Néstor González González y escolta de la Periodista Patricia Poleo. Quisiéramos saber porque personas desconocidas dispararon nuevamente en la Plaza Francia de Altamira, contra los manifestantes que el 16 de Agosto de 2004 denunciaban fraude en el referendo revocatorio presidencial. Allí hubo varios heridos y resultó muerta la Señora Maritza Ron.

Tenemos el derecho a obtener las evidencias de la actuación armada de unos supuestos paramilitares colombianos. Con vehemente insistencia quisiéramos conocer las verdaderas razones de la muerte del Fiscal Danilo Anderson y develar las responsabilidades en el caso de la masacre del barrio Kennedy, donde murieron tres estudiantes universitarios.

El 11 de abril del 2002 quizás desencadena una serie de hechos que sugieren aspectos de estudio sobre los términos de verdad y maldad. Hoy por hoy, sin el ánimo de excluir a tantos casos de muertes, atropellos, victimas, detenciones y tortura nos inscribimos en la protesta de la conciencia colectiva por escudriñar en estos nuevos casos: 

¿Que paso en la muerte de Filippo Sindoni? 

¿Qué puede estar detrás de la muerte de los niños de la Familia Faddoul y su chofer Miguel Rivas? 

¿Cuál fue el móvil de la muerte del reportero grafico Jorge Aguirre?

 ¿Quienes actúan con tanta alevosía e impunidad?

 ¿Quiénes explotan el negocio del sicariato y el secuestro? 

¿Donde esta la verdad de estos hechos de violencia? ¿Quienes son los malos en Venezuela?

Cita: “A la luz de la verdad y del tiempo, nada se esconde, el merito brilla y la maldad se descubre” Simón Bolívar. 

Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán.


Caracas, 9 de Abril de 2006.

IMAGEN SUPERIOR: Collage de #LaProtestaMilitar con fotos de la internet libre, créditos a sus Autores. Gracias. 

lunes, 3 de abril de 2006

GANGRENA REVOLUCIONARIA

El régimen militarista y autocrático que sustenta el usurpador de la presidencia de la República Hugo Chávez Frías en Venezuela, se desmorona. La proximidad de un incierto proceso electoral presidencial, lo muestran en dos áreas incongruentes; en una, nervioso, apesadumbrado, callado, como lector ordenado, y en otra como guapetón, atropellador, amenazante y desafiante. En síntesis, no ha dejado de ser un actor esquizofrénico, tratando de ajustarse a los escenarios y a las circunstancias de la necrosis que lo circunda.

El autócrata, hace innumerables esfuerzos para mimetizarse en el ambiente y adopta diversas facetas que le permitan dar indicios de que en Venezuela se conduce un amplísimo proceso democrático, pero lamentablemente los vicios gubernamentales lo consagran como cabeza visible de un régimen de fuerza, basado en la mentira, el odio, la manipulación, la confusión, el irrespeto a las dignidades humanas, adornado con el reciente galardón de la corrupción administrativa, otorgado por el bandidaje cívico militar.

Referimos, que en pro de recuperar su imagen, el desgobierno lanzó una campaña anticorrupción dirigida a “sanear” el ambiente gubernamental revolucionario, lo hizo, identificando casos alarmantes de despilfarro, malversación, dolo y otros. Pero la podredumbre sobrepasó las intenciones y la presión de la olla podrida se manifestó incontenible. Las denuncias acusatorias entre funcionarios ha sido imposible de frenar. La actuación de imberbes Diputados que quieren dar indicios de moralidad de un proceso decadente, fantasioso, mentiroso e incapaz, no se pueden acallar. Ellos, se encuentran ante una pastosa realidad; son parte de un “proceso robolucionario” disfrazado de Socialismo.

En ocasión del recibimiento de su eminencia Jorge Cardenal Urosa Savino, Hugo Chávez vio otra oportunidad de reivindicarse con las masas, desplegó todos los honores correspondientes a la alta investidura de la dignidad eclesiástica y se colocó al lado del ungido, para dar muestras de su apego a la Iglesia Católica Venezolana. Pero el pueblo sabe que esa institución ha sido mancillada, vulnerada, vilipendiada y atacada en forma inclemente. No basta con mostrase “al lado de” sino estar inmerso en la fe cristiana y profesar el respecto a sus pastores y en el pasado reciente, Hugo Chávez y sus acólitos han dado muestras de no comulgar con los procedimientos de la Iglesia Católica.

Hugo Chávez, en su discurso frente al Cardenal Urosa, abogó por la reconciliación y se pronunció por rechazar una “agenda oculta" de la oposición, para el proceso electoral presidencial. Lo hizo sin recordase que hace mas de 7 años alentaron a un pueblo y lo convencieron que acabarían con la corrupción, el hambre y la miseria. Ahora a ese mismo pueblo lo asesinan en nombre de una revolución. En realidad quién tuvo una nefasta agenda a espaldas de la colectividad nacional ha sido precisamente él y sus colaboradores. Nadie pidió, ni sufragó por consolidar un proceso revolucionario Castro Comunista que a la par, va dejando una huella indeleble de dilapidación de recursos del Estado e innumerables personas lesionadas, detenidas, perseguidas, enjuiciadas y muertas por protestar y disentir de su régimen revolucionario.

Pese a esto, los miembros de la iglesia pastoral, peregrina y consejera de las masas en procura del bienestar común, conformaron una comisión facilitadora para el proceso electoral. Pero al parecer el régimen comprueba que los prelados no son útiles para solidarizarse con el bochinche, la ineficiencia y la incapacidad revolucionaria. Se estima que la transparencia de la Iglesia no les conviene para sus designios electorales y el ministro de Información y Comunicación William Lara le lanzó el primer zarpazo, calificó al grupo, como una “comisión escuálida” termino despectivo con que se estigmatiza a la oposición.

Se hace necesario acotar, que desde los inicios del nefasto proceso Hugo Chávez se hizo llamar: Teniente Coronel Ejército, Hugo Rafael Chávez, Frías Presidente de la Republica y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional, luego se identificó como “Comandante Hugo Chávez” y en el reciente acto de la firma del contrato con las empresas mixtas para la explotación petrolera, el mismo locutor protocolar revolucionario, lo denominaba: “Ciudadano Hugo Chávez.” ¿Será que el término Comandante no le convenía? O ¿Se dio cuenta que un sector mayoritario del país, no se deja comandar?

Por otra parte, la designación del Teniente Coronel del Ejercito Francisco Arias Cárdenas como Embajador ante las Organización de las Naciones Unidas causó salpullido en la revolución. Arias, quien acompañó a Chávez en el intento de golpe de Estado de 1992, es el mismo que lo retó a medirse en el ámbito presidencial, valiéndose de una gallina, en una cuña televisiva, y algunos sectores del chavismo no comulgan con él. Aunque Hugo Chávez afirmó que su presencia en las filas del gobierno es un “acto de coraje,” los sectores civilistas en contienda con los militaristas dentro el régimen, la calificaron como un "premio a la traición." Así lo sentenció el nefasto diputado responsable por la elaboración de la lista del apartheid de la sociedad nacional, Luís Tascón.

Con el nombramiento de Arias, Hugo Chávez lanza una estrategia de frenar a un posible contendor electoral y lo alienta como un posible candidato a ser su sucesor, generando desesperanza en algunas individualidades que desde el proceso y la FAN todavía veían en Arias Cárdenas una opción opositora al autócrata. Su presencia en el Fuerte Tiuna en Caracas, durante los sucesos del 11 de Abril del 2002 así lo confirmaba. Quizás con esa acción Chávez trunca alguna insubordinación en la Fuerzas Armadas. No hay cabida para sorpresas. Arias está con el proceso y ambos dan borrón y cuenta nueva a la acusaciones de cobarde, traidor, golpista, imperialista y condón. ¡Que falta de dignidad y pundonor!

La presión electoral y la amenaza cierta que siente Hugo Chávez por el cercano fin de su nefasto proceso, lo obligan a mantenerse en un constante búsqueda de atenuantes. Nuevamente utiliza la estrategia de miedo y amenaza con modificar la Constitución para reelegirse indefinidamente. Pero la gangrena social y política que vive la revolución, sobreasa la intención de perpetuidad de su líder y el pueblo decidió amputarla del sistema político venezolano, sin importarle la forma ni el precio.

Cita: “Todo el cuerpo de la historia enseña que las gangrenas políticas no se curan con paliativos”

Simón Bolívar

Coronel (Av.) Sammy Landaeta Millán
Caracas 03 de Abril de 2006