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lunes, 24 de agosto de 2009

El Guardia del Pueblo


Agosto 24, 2009

Cuando existe sentido de pertenencia y vocación de servicio, los lazos que unen al hombre con una causa o Institución son profundos y sinceros. Como uno de tantos oficiales que abrazamos la carrera de las armas y que por ese mismo compromiso tuvimos que arriesgar nuestras vidas y nuestras carreras, hoy, a pesar de encontrarnos en las cárceles, en la clandestinidad o el exilio, no podemos dejar de expresar la profunda tristeza y desacuerdo frente a los lamentables hechos de los cuales se hacen cómplices los generales y coroneles de la FAN sólo por ambición de de dinero y poder. En específico, me refiero a las declaraciones públicas que un coronel del Guardia Nacional de Venezuela emitió al país a propósito del plan “Caracas Segura” y el Guardia del Pueblo.

El Coronel (GN) Néstor Benavides Torres, Jefe de Estado Mayor del Comando Regional Nro. 5 (CORE-5) explicó en un programa de televisión, a todo el pueblo venezolano el importante rol del Guardia Nacional en función de enseñar a los jóvenes venezolanos a jugar perinola, metras y otros juegos tradicionales. Primero es importante agregar que particularmente estoy orgulloso de los valores, tradición y folklor venezolanos, que además mi padre me enseñó todos esos juegos, por cierto, además me inculcó grandes valores como la honestidad, la dignidad, el respeto, el trabajo y el amor a la Patria. Sin embrago sentí tristeza, pero a la vez vergüenza, cuando las cámaras enfocaban a una Guardia Nacional, uniformada, con los símbolos de nuestra Institución, como parte de una “escuela de juegos tradicionales” la cual tiene la misión de enseñar perinola, metras, y otros juegos tradicionales considerados dentro de un plan de emergencia frente a una situación de violencia enmarcada en una realidad en la cual hoy Caracas es catalogada como una de las ciudades más peligrosas e inseguras del mundo.

No tengo dudas, que unos y otros, a todos los venezolanos, por cierto, tal vez mas a quienes viven barrio arriba, quienes tienen que “encuevarse” a partir de las 6pm para sobrevivir, se preguntaron: ¿Qué carajos hace la Guardia Nacional enseñando juegos cuando la delincuencia crece y es incontrolable?, cuando ya no es negocio robar carros sino el secuestro exprés?, cuando ya hoy matan a un joven por un par de zapatos?, cuando los paramilitares y las FARC tienen el control de nuestros pueblos en fronteras?, cuando el sicariato se ha venido convirtiendo en un negocio rentable? . Seria incontable la cantidad de problemas graves de seguridad y defensa que tiene Venezuela para que nuestros Guardias Nacionales estén dedicados a enseñar juegos tradicionales.

Pero la respuesta es fácil y sencilla. Es la necesidad de identificarse, de congraciarse, de arrastrase a cuesta de lo que sea, a cuesta inclusive de los valores, la tradición y el profesionalismo de una Institución con profundas raíces. Qué gran preocupación y tristeza habrá en la mente de ese Guardia Nacional observando cómo sus “líderes” se hacen cómplices de tanto deterioro, de cómo juegan tan alegremente con una Institución, de cómo el hambre de poder no tiene límites.

Qué si existió el Guardia del Pueblo? Si, muchos años atrás, en los 40, 50 y 60, fue esa época de oro en que el oficial era un hombre pulcro, incorruptible, honesto, justo y profesional; fue esa época en donde el Guardia Nacional era incapaz de extorsionar o matraquear a nadie porque al frente de su unidad había un verdadero líder, moralista e idealista; fue esa época en la cual el campesino, llanero o el andino, en el rincón más inhóspito del país sentía paz, sosiego y seguridad cuando llegaba el Guardia Nacional que era incapaz de hacer pactos con malandros o con politiqueros, era ese Guardia que ciegamente obedecía a la Constitución y las Leyes y que tenía bien claro que no obedecía a personas ni ideologías políticas; obedecía a un mandato Constitucional de servir al Estado venezolano. Ese era el verdadero Guardia del Pueblo.

Desde el exilio

Javier nieto

Preso y perseguido político.