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jueves, 24 de septiembre de 2009

Un piloto de los 'vuelos de la muerte' de Argentina, apresado en Valencia

Julio Poch, buscado por la muerte de 1.000 personas arrojadas desde aviones, aterrizó en Manises como comandante de una línea holandesa

Poch, en su época militar. / LP

24.09.09/A. CHECA/VALENCIA/España.

Valencia vuelve a convertirse en escenario del arresto de un prófugo de la justicia argentina. Otro de los presuntos protagonistas del régimen de terror, desapariciones y asesinatos vivido en las décadas de los 70 y 80 en el país sudamericano está preso en Picassent tras ser detenido en el aeropuerto de Manises.
Julio Alberto Poch era uno de los hombres más buscados por la justicia gaucha. A este ex teniente de fragata de la Armada argentina se le atribuye una callada pero sanguinaria labor: pilotar los aviones militares desde los que eran lanzados al mar opositores narcotizados. Hasta 1.000 personas fueron asesinadas en los llamados 'vuelos de la muerte', desplegados por la dictadura argentina entre 1976 y 1983.
Sobre Poch pesaba una orden internacional de búsqueda y captura emitida a finales del pasado año. El juez gaucho Sergio Torres ordenó su detención después de que varios testimonios lo vincularan a las prácticas de la ESMA. Bajo estas siglas se esconde la temida Escuela de Mecánica de la Armada, un centro clandestino de detención y torturas en Argentina en el que estuvieron recluidos más de 5.000 opositores al régimen militar, según la justicia del país sudamericano.
La investigación conjunta de las autoridades argentinas con la Policía Nacional española (el Grupo de Localización de Fugitivos y la Jefatura de Valencia) permitió averiguar que Julio Poch seguía ganándose la vida a los mandos de un avión. Pero en esta ocasión sin ninguna sombra de ilegalidad. El sospechoso trabajaba como piloto para la línea holandesa Transavia. La compañía tiene vuelos regulares entre Amsterdam y la Comunitat (Valencia y Alicante). Poch lleva más de 21 años empleado en dicha firma aérea.
El aeropuerto de Manises fue el escenario escogido por los investigadores para apresar al piloto. Los agentes entraron en el aparato cuando se hallaba realizando una escala de 40 minutos en el aeródromo valenciano. En el interior del avión también se encontraban la mujer del arrestado y su hijo (al parecer, piloto en prácticas), testigos de la detención.


SONRIENTE. Julio Poch, el pasado martes, desciende del avión en Manises tras su arresto. /LP

Los ocupantes del avión no presenciaron el arresto. Los agentes aguardaron a que los viajeros descendieran del aparato y, antes de que se procediera al embarque del nuevo pasaje, apresaron a Poch. Otro comandante de la aerolínea holandesa permitió que apenas hubiera unos minutos de retraso en el despegue.
Tras su detención, una juez de Quart de Poblet ordenó su ingreso en prisión provisional por presuntas torturas. El piloto aguarda ahora en Picassent a que la Audiencia Nacional autorice su extradición a Argentina.