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domingo, 11 de octubre de 2009

Yoani Sánchez: ‘‘Mi vida está en otra Cuba, no en otra parte''


YOANI SANCHEZ ha merecido entre otros reconociemientos los Premios Ortega y Gasset y Maria Moors Cabot de la Universidad de Columbia.
 Publicado el domingo, 10.11.09
ADALBERTO ROQUE / AFP/Getty Images/2009
Por:WILFREDO CANCIO ISLA / wcancio@elnuevoherald.com
Yoani Sánchez, la bloguera que ha ganado reconocimiento internacional por su crítica al castrismo, aún no ha obtenido permiso de las autoridades cubanas para viajar la próxima semana a Estados Unidos a la entrega del Premio Maria Moors Cabot 2009, galardón que recibió su blog ''Generación Y'' como una de las mejores coberturas periodísticas del año.
"En los últimos intentos para viajar fuera de Cuba, la estrategia para impedírmelo ha sido demorar los trámites hasta que pase la fecha del evento al que debo asistir'', declaró Sánchez a El Nuevo Herald. "No tengo muchas esperanzas de que esta vez sí me dejen salir, pero no me entristece demasiado pues cada día viajo virtualmente a miles de lugares''.
Sánchez, de 34 años, tiene visa estadounidense desde hace varias semanas, pero su solicitud de salida temporal al extranjero no ha recibido el visto bueno de las autoridades cubanas, y podría perderse la ceremonia de premiación, fijada para el miércoles 14 en la legendaria Universidad de Columbia, en Nueva York.
El gobierno cubano le ha negado la salida en tres ocasiones anteriores desde mediados del 2008, cuando solicitó viajar a Madrid para recibir el Premio Ortega y Gasset de Periodismo Digital, el más prestigioso de su género en el ámbito de la lengua española. Ese mismo año la revista Time la seleccionó entre las 100 personalidades más influyentes del mundo.
Interrogado por El Nuevo Herald sobre si esta vez se le concedería a Sánchez el permiso de viaje, el portavoz de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington, Alejandro González, declinó referirse al asunto y calificó a la bloguera como "la chica de turno en la guerra mediática contra Cuba''.
El premio Cabot, la más antigua distinción internacional en periodismo, le concedió un reconocimiento especial a Sánchez el pasado julio por considerar que el blog constituye "una perfecta mezcla de observaciones personales y profundos análisis que ilustran, mejor que nadie, lo que es la vida cotidiana para los cubanos de la isla''.
El acceso a Generación Y desde el interior de Cuba fue bloqueado por las autoridades desde marzo del pasado año. Sánchez envía los textos por correo electrónico a amigos en el extranjero para que los cuelguen en el blog.
Aunque Sánchez opinó que el reciente acceso de los cubanos a los teléfonos celulares y otras tecnologías modernas ha significado un paso de avance en la distribución de información dentro de la isla, consideró que no podrá hablarse de un cambio sustancial hasta que no existan servicios de internet y televisión por cable para la población "a un precio razonable y sin condicionamientos políticos''.
¿Qué ventajas y desventajas te ha traído la fama dentro de Cuba?
Mis amigos siempre decían que yo gozaba del don de la invisibilidad. Nunca me gustó eso de hacerme notar y ahora he tenido que adaptarme a que las personas me identifiquen y me paren en la calle. Pese a que tengo unas gafas enormes no logro escabullirme. Si alguna ventaja tiene la fama es que proporciona cierto grado de protección, pero no hay que engañarse, no se trata de un blindaje inmune. Otros, mucho más famosos, han sido alcanzados por el largo brazo de la represión.
¿Cómo fue tu niñez, tus padres influyeron en tu desempeño e inquietudes intelectuales?
Nací en el año del Primer Congreso del Partido Comunista [1975] y llegué a la adolescencia cuando los soviéticos iniciaban la perestroika y aquí se hablaba de ‘‘rectificar los errores y las tendencias negativas''. Nunca fui eso que se denomina ‘‘una pionerita de comunicados'', pero sí una buena estudiante y una lectora incansable. Mi padre fue maquinista de tren y militante del Partido Comunista; mi madre, empleada en una base de taxi y miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas [UJC]. Fui testigo del proceso que hizo caer sus máscaras y creo que eso influyó mucho en mi percepción de lo que me rodeaba.