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viernes, 15 de enero de 2010

Carta de Gordon O’Connor -Ministro de la Defensa del Canadá- a un pacifista

Algunos en occidente dicen estar muy preocupados por los derechos humanos de los terroristas de Al Qaeda que están en manos de los diferentes ejércitos que actúan en los países donde Al Qaeda tiene bases.

A continuación expongo lo que le contesta a algunos de esos inquietos por los derechos humanos del terrorismo de Al Qaeda el Ministro de Defensa de Canadá. Se trata de una carta que envía una canadiense pacifista a las autoridades quejándose del trato que se da a los “insurgentes presos” (= terroristas) detenidos en Afganistán. Le contesta el ministro de Defensa en los siguientes términos:

“Estimada ciudadana comprometida: Gracias por su carta en la que expresa la preocupación por el trato que damos a los terroristas talibán y de Al Qaeda en manos de las Fuerzas Armadas Canadienses. Se los transferimos al Gobierno de Afganistán que los mantiene presos en su sistema carcelario. Pero, en atención a las quejas que recibimos de ciudadanos comprometidos como usted, hemos creado un nuevo programa LARK [iniciales en inglés para Responsabilidad Aceptada de los Liberales para con los Asesinos]. De acuerdo con ese programa, hemos decidido seleccionar un terrorista y colocarlo bajo la dependencia de la familia de usted. El próximo lunes tendrá usted en su casa a Alí Mohamed Amé ben Mamud (puede llamarlo simplemente Amé). Espero que puedan tratarlo amablemente tal como exigía usted en su carta de protesta. Lo más probable es que necesite usted contratar a algunos ayudantes para esa misión. Cada semana nuestro departamento le va a hacer una visita de inspección para comprobar que se tienen en cuenta los principios de buen trato que exigía usted en su carta. Debo advertirle que Amé es un psicópata extremadamente violento, pero confiamos en que, con la sensibilidad que usted manifestaba en su carta, logrará superar ese inconveniente. Seguramente tiene usted razón al describir esos problemas como meras diferencias culturales. Pero insistimos en que su huésped resulta extremadamente eficiente en el combate cuerpo a cuerpo y que puede matar con un lápiz o un cortauñas. Le rogamos que no le pidan a Amé que demuestre esas habilidades en el grupo de yoga al que usted asiste. Además, Amé es un experto en fabricar artefactos explosivos con productos caseros; así que tenga bien guardados esos productos a menos que en su opinión esa decisión pueda ofender a Amé. El terrorista no querrá relacionarse con usted o con sus hijas (excepto sexualmente) puesto que él considera a las mujeres como meros objetos. Ese es un aspecto muy sensible, puesto que se le han observado tendencias violentas respecto a las mujeres que no cumplen con el atuendo prescrito en las costumbres islámicas. Así pues, confío en que a usted no le moleste llevar el burka; de ese modo contribuirá usted a respetar la cultura y las creencias que manifestaba en su carta. Gracias otra vez por su preocupación. Estamos muy reconocidos a las personas como usted e informaremos a nuestros conciudadanos de su cooperación. Buena suerte y que Dios le bendiga. Atentamente, Gordon O´Connor, ministro de Defensa de Canadá”.

Me alegra el reproducir esta carta y de la iniciativa del programa LARK [en inglés, literalmente “alondra” y coloquialmente “jarana”]. Creo que funcionaría muy bien con la ministra Chacón y con el Presidente Zapatero, tan preocupados ellos por las misiones de paz y la comprensión intercultural. Que hipócritas. Lo que deberían hacer es ser responsables y consecuentes con las situación en la que se encuentran nuestros soldados en Afganistán, ya que se encuentran en una guerra o en cualquier lugar allá donde se encuentren nuestras tropas ejerciendo su deber de defendernos, defender la paz y luchar contra los terroristas. Pero cuando José Bono dice que prefiere morir a matar, lo que debería hacer es irse con el ejército a ver que le parece la situación que estos héroes están sufriendo, veríamos si no pensaba diferente y dejaba de decir tantas sandeces. Nuestros soldados no están plantando flores o construyendo escuelas, sino que se están jugando lo más preciado que tienen y que no es otra cosa más que la vida.