Velas importadas desde Zimbabue. Antorchas fabricadas en Irán. Lamparitas chinas de papel o libélulas haitianas. Todo eso corresponde a relaciones comerciales de honesta buena vecindad. Pero algunos megavatios colombianos incorporados a las redes puestas en servicio por la Cuarta República para confort y progreso de nuestra esquilmada nacionalidad, ¡por Dios, esa provocación ni bajo las ordenanzas del propio Libertador!
Pedro Lastra
¡OLIGOFRÉNICO!
Imposible no estar de acuerdo con Jaime Bayly cuando califica al presidente de oligofrénico. Según el DRAE "deficiente mental". Desde luego y con perdón de los deficientes mentales, que suelen ser ángeles de bondad infinita. Contrariamente a lo que sucede con este nuevo subgénero de la venezolanidad animal, los miembros del cogollo que obedece las ordenes del teniente coronel y practican la sumisión con igual sino mayor maldad que el jefe de la tribu.
Propio de primates en estado originario, los funcionarios de gobierno demuestran una tal carencia de los más elementales procesos cognoscitivos que se le atribuyen al pitecántropos, que al escucharlos abrir la boca y soltar sus sandeces provocan un irreprimible deseo de hundir la cabeza en un saco de algodón y pedirle al altísimo nos dispense de seguir acompañándolos en este duro tránsito por la Venezuela chavista.
De los memos entre los memos, el más memo es el gorilón que funge de ministro del poder popular para las relaciones exteriores. Pobre poder popular. Dios se compadezca de las relaciones exteriores. En el colmo de la perspicacia, rodeado de esa niebla que flota en los despachos de la cancillería y que se ve rasgada de vez en cuando por una totuma con corbata, suelta tan orondo que la oferta colombiana de vendernos electricidad es ¡una provocación política! Tan alteradas están sus escasas neuronas por la normalidad que impera fuera de nuestras fronteras, que el solo hecho de que más allá de los límites de esta africanizada republiqueta la gente pueda bañarse, encender la televisión, planchar su ropa o secarse el pelo sin tener que pedirle permiso a los gobernantes, le parece una auténtica provocación. Un acto de terrorismo. Un atentado a las costumbres de la buena vecindad.
Velas importadas desde Zimbabue. Antorchas fabricadas en Irán. Lamparitas chinas de papel o libélulas haitianas. Todo eso corresponde a relaciones comerciales de honesta buena vecindad. Pero algunos megavatios colombianos incorporados a las redes puestas en servicio por la Cuarta República para confort y progreso de nuestra esquilmada nacionalidad, ¡por Dios, esa provocación ni bajo las ordenanzas del propio Libertador!
Escucha y ve uno por Globovisión los desvaríos de la totuma diplomática del chavismo y no resiste las ganas de desternillarse de la risa. O de la indignación. Ahora resulta que Marco Aurelio García, el trotskista de la 4ª Internacional que asesora a Lula ha venido a ofrecernos sus conocimientos en ingeniería eléctrica, él, el pobre Marco Aurelio, intelectual de tres al cuarto que si sabe encender la luz de su lamparita de noche para leer la última edición del Trotsky de Pierre Brué o el testamento del funambulesco George Mandel es mucho. Y lo acompañan nada menos que Ramirito Valdés y Julio de Vido. Pillos todos al servicio de la revolución cubana y de las mafias porteñas, que no saben más que reprimir, aplastar, encargar obras y embolsicarse las comisiones. ¡Dios, líbranos de estos oligofrénicos!
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Alberto Rodríguez Barrera
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