Recién lo ratifiqué esta noche, cuando un amigo, uno de los 25 trabajadores de BZS seleccionados para atender a Chávez, Lukashenko y su comitiva en los actos de colocación de la primera piedra que ejecuta esa empresa iraní en Guasimal, Maracay, me mostró fotos de lo sucedido el jueves 18 cuando se escenificaba ese acto, practicamente a escondidas por cuanto, tanto la empresa como el gobierno regional y nacional, se cuidaron mucho de que nadie se enterara de que Chávez estaría en Aragua ese día.
Lo cierto es que cientos de personas (entre trabajadores de BZS y humildes aragüeños) estaban apostados a las puertas de la obra esperando poder pasar a decirle a Chávez las irregularidades que en la obra se suceden, desde los abusos y arbitrariedades del sindicato chavista que les cobra hasta para anotarlos en una "lista de espera" para un hipotético trabajo en la obra, hasta reclamar por los apagones de hasta dos y tres veces diarias en Aragua, la falta de agua y la inseguridad en el que de estado bandera por lo pacífico se ha convertido en una de las entidades más peligrosas de Venezuela.
Al parecer, la orden en los diferentes "anillos de seguridad" era no permitir el paso de la gente, solo que los aragüeños allí apostados, después de seis horas esperando bajo el inclemente sol de ese jueves, no estaban dispuestos a permitir que Chávez se fuera sin escucharlos, por lo que, una vez seguros de que el presidente estaba en el sitio, procedieron a forzar el portón de acceso a la obra, custodiado por vigilantes y unos pocos policías, el cual cedió al primer empujón duro de la poblada. Vencido el primer "anillo de seguridad", los vecinos se fueron con fuerza hasta el segundo, donde soldados de Casa Militar hacían guardia y cedieron también ante el decidido empuje de los trabajadores y vecinos.
En ese momento Chávez se disponía a dar el golpe con un pico en la tierra que diera por iniciadas las obras y, al oir de sus guardaespaldas que venía una poblada y que habían pasado dos de los escollos de la seguridad, recordó sus viejos tiempos del 4 del Febrero y evocando al vetusto Museo Militar arrancó a correr hacia un camión blindado que estaba cerca, ya que el helicóptero en que llegó estaba muy lejos del sitio y, empujando al tirano Lukashenko dentro del vehículo, arrancaron hacia la Base Aérea de Palo Negro vía avenida Aragua, por donde pudieron escapar luego de tumbar una cerca que divide el sitio de las obras del barrio allí enclavado.
Mientras huía despavorido en el blindado, los vecinos lo seguían pidiendo que se parara para que escuchara sus planteamientos y, al ver que no dejaría la carrera, le lanzaron botellas llenas de refresco, agua y cuantro conseguían a su paso mientras le gritaban ¡cobarde!! cobarde!!
Esto, que ocurrió en Guasimal, Maracay, el jueves 18 a eso de las 4 de la tarde, no pudo ser difundido al público porque las únicas televisoras presentes eran Tves y Venezolana de Televisión, pero decenas de los presentes lo filmaron o tomaron fotos en sus cámaras. Un dato curioso para quienes les gusta elucubrar: el gobernador de Aragua, Isea, no estuvo en ese acto...
Lo cierto es que cientos de personas (entre trabajadores de BZS y humildes aragüeños) estaban apostados a las puertas de la obra esperando poder pasar a decirle a Chávez las irregularidades que en la obra se suceden, desde los abusos y arbitrariedades del sindicato chavista que les cobra hasta para anotarlos en una "lista de espera" para un hipotético trabajo en la obra, hasta reclamar por los apagones de hasta dos y tres veces diarias en Aragua, la falta de agua y la inseguridad en el que de estado bandera por lo pacífico se ha convertido en una de las entidades más peligrosas de Venezuela.
Al parecer, la orden en los diferentes "anillos de seguridad" era no permitir el paso de la gente, solo que los aragüeños allí apostados, después de seis horas esperando bajo el inclemente sol de ese jueves, no estaban dispuestos a permitir que Chávez se fuera sin escucharlos, por lo que, una vez seguros de que el presidente estaba en el sitio, procedieron a forzar el portón de acceso a la obra, custodiado por vigilantes y unos pocos policías, el cual cedió al primer empujón duro de la poblada. Vencido el primer "anillo de seguridad", los vecinos se fueron con fuerza hasta el segundo, donde soldados de Casa Militar hacían guardia y cedieron también ante el decidido empuje de los trabajadores y vecinos.
En ese momento Chávez se disponía a dar el golpe con un pico en la tierra que diera por iniciadas las obras y, al oir de sus guardaespaldas que venía una poblada y que habían pasado dos de los escollos de la seguridad, recordó sus viejos tiempos del 4 del Febrero y evocando al vetusto Museo Militar arrancó a correr hacia un camión blindado que estaba cerca, ya que el helicóptero en que llegó estaba muy lejos del sitio y, empujando al tirano Lukashenko dentro del vehículo, arrancaron hacia la Base Aérea de Palo Negro vía avenida Aragua, por donde pudieron escapar luego de tumbar una cerca que divide el sitio de las obras del barrio allí enclavado.
Mientras huía despavorido en el blindado, los vecinos lo seguían pidiendo que se parara para que escuchara sus planteamientos y, al ver que no dejaría la carrera, le lanzaron botellas llenas de refresco, agua y cuantro conseguían a su paso mientras le gritaban ¡cobarde!! cobarde!!
Esto, que ocurrió en Guasimal, Maracay, el jueves 18 a eso de las 4 de la tarde, no pudo ser difundido al público porque las únicas televisoras presentes eran Tves y Venezolana de Televisión, pero decenas de los presentes lo filmaron o tomaron fotos en sus cámaras. Un dato curioso para quienes les gusta elucubrar: el gobernador de Aragua, Isea, no estuvo en ese acto...