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jueves, 22 de abril de 2010

Consejos comunales en rojo // Por: Patty Fuentes Gimón


Consejos comunales en rojo
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En su corta vida, los consejos comunales presentan vicios de liderazgo, discriminación partidista y luchas internas que impiden su consolidación
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Por: Patty Fuentes Gimón

"Es así. Lo que me incentivó a formar parte de los consejos comunales es la caótica situación en la que vivimos. Esa es una zona muy popular: nos faltan muchas escaleras y caminerías, las aguas negras no están bien canalizadas y la inseguridad es terrible. Por eso decidí colaborar con mis compañeros para poder vivir mejor", expresa Juan Subero, quien desde enero está tratando de conformar, junto a otras treinta personas, un consejo comunal en el sector Marín, de Caucagüita.

Los consejos comunales duran dos años. Cada vez que se vence ese plazo, comienza la tragedia con la Fundación para el Desarrollo y Poder Comunal (Fundacomunal).

"El proceso para registrarnos es muy engorroso. Desde principios de año hemos ido enviando todos los requisitos, pero los de Fundacomunal nunca nos atienden, dicen que están ocupados y nunca se dan las asambleas. Es un atraso terrible, una burocracia", denuncia Subero.

El presidente de la Fundación para el Desarrollo Integral de los Servicios Públicos de Sucre (Fundasucre), José Luis López, estima que 70% de los consejos comunales de ese municipio están en situación de renovación, pues sus juntas directivas ya culminaron sus períodos y, hasta ahora, no han podido reconstituirlos.

¿Por qué no han podido llevar a cabo las renovaciones? "Lo que pasa es que antes la clase media no quería participar porque eso era una iniciativa de los vecinos chavistas. Ahora, que se han dado cuenta de que los consejos comunales son figuras pertinentes y útiles, quieren formar parte de ellos. En la mayoría de los casos lo que sucede es que antes nada más había chavistas y hoy hay de todo, por lo que Fundacomunal no los registra, les pone trabas, no les acepta los documentos... Siempre encuentran la manera de argumentar que no pueden registrarse", explica López.

El vocero de la comunidad de Caucagüita lo confirma. "Uno de los requisitos para que Fundacomunal registre al consejo es que los que lo conforman sean miembros del PSUV, que pertenezcan al chavismo. Ellos dicen: 'Si no estás identificado con el proceso revolucionario, ¿qué vas a hacer en un consejo comunal?'. Es que para ellos si no estás en el chavismo, no estás en nada", dice y asegura que, independientemente de las tendencias políticas, el propósito de esos grupos es discutir las necesidades de las comunidades: resolver los problemas de las vialidades y de las escaleras, crear mesas para atender lo relacionado con el deporte, la cultura, la educación, etc.

"Cualquiera puede ayudar a los vecinos, pero ellos sólo piensan que estás a favor o estás en contra", añade.

YO TRABAJO Y TÚ DISFRUTAS
Muchos se postulan a la directiva de los consejos comunales con la intención de figurar. El caso del sector Apolo 8, de Mariche, parece ser ese.

Dulce Pérez lleva más de dos años participando en servicios comunitarios. Hasta hace aproximadamente diez meses formaba parte del antiguo consejo comunal de ese sector.

Cuando se venció ese equipo, los vecinos de la zona hicieron votaciones para elegir a los nuevos representantes de la comunidad que, según ella, no han dado la talla. "Ellos no funcionan como debe ser. Solamente le dan participación a las cabezas de las mesas de trabajo.

Los que estamos en la parte de abajo no podemos ni opinar. La mayoría de ellos ganó con un punto de diferencia, pero lo entienden como `nosotros ganamos y ustedes perdieron'. No saben bien qué es un consejo comunal", manifiesta.

Para ella, el consejo comunal anterior sí concretó muchas obras en ese sector: levantó un muro de contención, construyó varias carreteras, cambió algunas tuberías de aguas blancas...

"Esto no es un inconveniente político, pues tanto en el de antes como en el de ahora había gente chavista y opositora. El problema es que el actual no sabe dónde está parado, no conocen a nadie y no se dejan orientar por los que llevamos tiempo trabajando allí. `Yo soy y yo soy', es lo que piensan", agrega Pérez.

La señora relata que, desde el año pasado, tenían aprobada la construcción de una guardería, pero el consejo comunal levantó un acta diciendo que el local no estaba apto para ese fin. "Nos echaron para atrás ese proyecto. Lo que quieren es sabotear la gestión. Eso es egoísmo puro. Ni trabajan ni dejan trabajar", denuncia.

Pérez no titubea al decir que seguirá luchando por mejorar las condiciones de Apolo 8, pero no se identifica con el nuevo consejo comunal porque los vecinos votaron por esa directiva para que dieran respuestas a sus necesidades, pero hasta ahora no ha sido así.

"La gente quería algo diferente, pero es mejor viejo conocido que nuevo por conocer. Los del consejo comunal no entienden que no se trata de ganar o perder, sino de un equipo de trabajo para que a la comunidad le lleguen los recursos que necesita. Pero no. El cachicamo trabajó y la lapa disfruta mientras lo daña", lamenta.

http://www.talcualdigital.com/Avances/Viewer.aspx?id=34253&secid=28