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jueves, 22 de abril de 2010

LAS MUJERES DEL RÉGIMEN // Tránsfugas de la política femenina….

 LAS MUJERES DEL REGIMEN
 Tránsfugas de la política femenina….
Entre las estrategias utilizadas en todos los Regímenes Autoritarios ha estado como política el dominio absoluto y déspota sobre diferentes colectivos sociales para que presten servicio fiel a los intereses del grupo que detenta el poder. Entre estos el colectivo de las Mujeres, en particular las menos organizadas, siempre ha destacado por el extraordinario provecho que podemos brindar, entre otras, por dos razones fundamentales: generamos plusvalía oculta en grandes cantidades y somos expertas en la construcción de las redes sociales necesarias para el sostenimiento  ideológico de todos los sistemas. En nuestro país este Régimen así como ha cabalgado sobre los sentimientos y aspiraciones de toda la población al declararse Socialista y Revolucionario, también de manera cínica y desvergonzada se ha declarado Feminista y defensor de los Derechos Humanos mientras los pisotea y limita de manera sistemática. Elementos políticos claves, las Mujeres y sus luchas y además los DDHH de la población, ambos presentes hoy en las conciencias colectivas y que forman parte de las aspiraciones concretas de las mayorías históricamente excluidas.
Vemos con estupor cómo el Régimen Autoritario y Despótico de Hugo Chávez y su Combo cívico-militar de Corruptela están utilizando franca y abiertamente a las Mujeres como Colectivo Social. Es harto conocido el control que el presidente se ha esforzado en tener sobre todos los poderes Constituidos y naturalmente también sobre el poder Constituyente, o sea la población en su conjunto. En este sentido vemos como ha desarrollado una estrategia política hacia las Mujeres y con ellas, colocándolas como cabeza visible en casi todos los Poderes: Tribunal Supremo de Justicia, Fiscalía General de la República, CNE, Asamblea Nacional, Poder Moral, recientemente la primera Autoridad Única, designada a "DEDO" para el Distrito Capital y frentes ministeriales estratégicos como el importantísimo y clave Ministerio del Trabajo, así como en otras Instituciones en particular las que deberían responder a las necesidades sociales y reivindicativas de la población. De más está por señalar que para el INEMUJER y el Mipopo de la Igualdad y la Equidad de Género ha colocado a una Mujer absolutamente fiel a sus caprichos que ha llegado a declarar públicamente que aún "si él se declarara Dictador abiertamente ella lo apoyaría porque es como su hijo". Esto explica porque desde esta Institución supuestamente de y para las MUJERES, las actividades públicas televisadas y encadenadas siempre cuentan como orador principal a un hombre: el presidente. La Ministra lo convierte así en el vocerO de las Mujeres.
Vemos entonces cómo hoy la mayoría de las Instituciones Sociales y de carácter Político están encabezadas por Mujeres, las Mujeres del Régimen. Cabe destacar que las Instituciones referidas al control económico y administrativo de las riquezas, como buen patriarca, se las ha reservado en exclusividad a los Hombres y de ellos a los Militares principalmente.
Esta realidad le sirve al Régimen de dos maneras, por un lado responde simbólicamente a la necesidad histórica de las Mujeres como colectivo social en cuanto a nuestras luchas por una mayor participación en la esfera política y en los asuntos públicos, sirviendo así como paño caliente de nuestras aspiraciones históricas, al frenar nuestras luchas por creer que hemos alcanzado el poder. Por otro lado le lava la cara a un Régimen Autoritario y Déspota, colocando  figuras femeninas que por su valoración simbólica de Madres-Buenas-Abnegadas-Honestas-Sensibles sirven para ejecutar acciones que pueden y de hecho van en contra de los intereses de las mayorías, e incluso acciones que se salen de la CRBV;  quedando  mediatizadas las reacciones que ante estas acciones puedan producirse,  al ser ejecutadas por Mujeres. Atacar a una Mujer se vuelve algo cuesta arriba en nuestra cultura patriarcal que nos ha colocado en el lugar siempre de las víctimas y no como victimarias. Agregándole a esto el uso inescrupuloso de la Ley sobre el Derecho de las Mujeres a vivir una Vida Libre de Violencia, que ha servido de instrumento de retaliación política para aplicársela a los adversarios del Régimen, los criminaliza y además banaliza nuestro Derecho a la No Violencia.
Las Mujeres representamos simbólicamente el lado "bueno" de la humanidad: maternidad, ética del cuidado, atención, afecto, solidaridad, cariñó, buenas intenciones y además, por la debilidad que se nos atribuye (sexo débil), se nos considera "incapaces" de cometer actos que vallan en contra de las demás personas. Esto está siendo muy bien aprovechado por este Régimen que necesita asirse de todas las formas y maneras que le permitan disimular sus verdaderos propósitos e intereses.
Pero dice un dicho que podemos engañar a much@s por un tiempo pero no a  tod@s todo el tiempo. Y las Mujeres hoy  hemos ido comprendiendo la necesidad política de la participación en los asuntos públicos y además de la Doble Militancia, o lo que es lo mismo tener con nosotras y en nuestra práctica política, nuestra propia Agenda como Mujeres. Ya que de no ser así lo único que logramos ser, es la trasfiguración de mujeres convertidas en hombres y desdibujadas en una manera de hacer política que ya está develada por la Teoría de Género como una manera absolutamente masculina y autoritaria de ejercer el poder. Las Mujeres que no responden a nuestros propios  intereses como Colectivo Social no son Mujeres prácticamente hablando, no nos representan pues. Aquí no tenemos Mujeres en el Poder, las que están responden a otros interese distintos a los nuestros. Son sólo tránsfugas de la política que no tienen doble militancia y que además ni siquiera le sirven a un Partido político o a una corriente ideológica, que sería respetable porque es un derecho, sino a los intereses personalísimos de un solo Hombre y sus inmensas aspiraciones de Poder Absoluto.

Desde el siglo XVIII, las Mujeres, dimos un salto cualitativo en nuestro nivel de conciencia, al pasar del gesto individual y aislado a la acción colectiva y organizada que colocó la discusión, sobre nuestra opresión y desigualdad con respecto a los hombres, en el debate público y en el difícil camino de la construcción de la  Democracia y con ella de la verdadera Justicia Social, Económica y Política como aspiración universal y meta prioritaria del Colectivo Social de las Mujeres y de todos los y las explotad@s del mundo.
Para el logro de este objetivo las Mujeres como Movimiento Social y como Colectivo Político tenemos la necesidad de nuestra "doble militancia" como condición que pareciera que nos persigue. Todo lo que hacemos siempre lo tenemos que hacer por partida doble y hasta triple, como la jornada laboral. En nuestra actuación política la cosa no es diferente, tenemos la obligación histórica y el compromiso político de mantener una Doble Militancia. Cualquier participación ideológica y política tiene necesariamente que ir acompañada con la otra militancia: La Militancia en la causa de las Mujeres. Nuestra propia causa convertida en una militancia política. Porque lo de las Mujeres hace rato que sabemos que no es personal ni privado, sino que es es político y público en su origen.       
La muerte de Olympe de Gouge (1792) guillotinada, luego de redactar la Declaración de los derechos de la Mujer y la Ciudadana (1791), la derrota sufrida luego de nuestra activa participación en la Revolución Francesa cuando se prohibió explícitamente la presencia de las mujeres en actividades políticas, nuestra derrota en los intentos de Alejandra Kollantai de superar la opresión de las Mujeres en la Revolución Rusa y tantas atrocidades cometidas en todo el mundo contra las mujeres  no han podido aniquilar nuestras justas aspiraciones, por nuestros derechos como personas y como ciudadanas.
 En el siglo XIX, las mujeres luchamos por nuestros derechos económicos, sociales y políticos con el feminismo como movimiento social de carácter internacional y con una clara visión política de avanzada.  Y aún hoy se escuchan los ecos de los principios de libertad, igualdad y fraternidad pregonados por las ideas ilustradas desde el siglo XVII que siguen  pendientes en nuestra Agenda aún por realizarse. Nuestra lucha nos devela cada vez más el verdadero camino para alcanzarlas.
En el siglo XX las Mujeres hemos obtenido innumerables victorias sobre las mentalidades conservadoras y sobre el sentido de dominación que sobre nosotras se ha impuesto desde los sistemas sociales en los que hemos vivido. Estas conquistas incluyen una Teoría como la Teoría de Género de los años 80 que nos permite interpretar el mundo y en él, el papel que las Mujeres como colectivo hemos jugado y de cómo se han construido las relaciones ante y con los hombres. Las mujeres hemos enarbolado el concepto de Patriarcado y definido como tal el sistema socio-cultural de dominación de los Hombres sobre las Mujeres enraizado en todas las instituciones sociales y que se erige desde los sistemas de Producción en los cuales destacan las clases sociales y la Propiedad privada sobre los medios de producción. El conocimiento objetivo de esta realidad y las interpretaciones que el colectivo de las Mujeres han realizado a partir de esto nos ha dotado de una identidad propia como colectivo político y hoy podemos con orgullo recordar las luchas que por nuestra liberación hemos impulsado y en este sentido  ratificar que hemos abrazado siempre y seguiremos impulsando con mucha fuerza la perfectibilidad de la Democracia.
 En medio de avances y retrocesos, las mujeres hemos alcanzando importantes niveles de conciencia colectiva que nos dota de suficiente autonomía y reconocimiento de nuestros derechos como Humanas. Tenemos muy claro que siempre que avanza la Democracia, nosotras avanzamos en nuestras conquistas. Desde el voto, con el reconocimiento de nuestro trabajo de reproducción social ampliada, pasando por nuestros Derechos Sexuales y Reproductivos hasta llegar hoy (siglo XXI) a la inclusión de conductas, antes naturalizadas, como los abusos sexuales y las violencias de todo tipo contra nosotras, consideradas hoy como delitos contra las mujeres e incluso como crímenes de guerra y de lesa Humanidad en la Corte Penal Internacional. Y en los últimos tiempos en Venezuela nuestra lucha contra la Impunidad y en la defensa del Derecho a la Vida, ha sido camino de construcción de Ciudadanía. Las mujeres nos hemos "restiado" por la profundización de la Democracia y su consolidación, porque sabemos que es la única manera de alcanzar nuestro norte político, el de la verdadera igualdad que respete las diferencias y el de la no discriminación de todo tipo. Ni sexual, ni política, ni religiosa, ni ideológica….
 La historia nos ha demostrado una y mil veces que solo en Democracia, hemos avanzado en nuestras aspiraciones y salvaguardado nuestras conquistas. Hemos sido víctimas directas e indirectas de las atrocidades y los múltiples abusos que se cometen  en regímenes populistas, fascistas, totalitarios, militaristas, autoritarios y en general antidemocráticos. De eso tenemos mucha historia recorrida.
Esta etapa del desarrollo capitalista, con su proyecto económico y de poder: el Neoliberalismo y la consecuente agudización de las desigualdades, así como el empobrecimiento de la humanidad (mujeres en su mayoría) especialmente en nuestros países; necesita para la consolidación de su plan de sobrevivencia escenarios contrarios al avance de la verdadera Democracia. Vemos el surgimiento de regímenes totalitarios de "nuevo cuño" que aprovechándose de las aspiraciones históricamente acumuladas por los pueblos en general y por nosotras en particular, pretenden con un discurso demagógico, manipular y confiscar nuestros sentimientos de cambio, revolucionarios, progresistas y profundamente democráticos; pretendiendo que se agoten nuestras luchas en cambios fundamentalmente legislativos, que pueden crear una fantasía de realización. En nuestro país se ha pretendido que las Mujeres abracemos masivamente un Proyecto Personal de Poder de un Hombre. Proyecto que por demás está en absoluta disonancia con las aspiraciones de las Mujeres como colectivo social pero en absoluta consonancia con los intereses del capital internacional. Por sostener como criterio el pensamiento único como válido, por ser Despótico, Autoritario, Discriminatorio y Excluyente, elementos todos que son contrarios a nuestras necesidades políticas como colectivo social.
Las Mujeres, hoy más que nunca, estamos enarbolando el criterio de unidad en la diversidad y rescate de todas las libertades democráticas como principio de interpretación de la actual coyuntura socio-política y económica, y en nuestro país, por ejemplo, dando muestras de la madurez alcanzada como movimiento social, nos hemos incorporado masivamente en la lucha general por la defensa de la Democracia. Si tenemos Derechos consagrados en leyes, queremos resultados apreciables y concreción real en el ejercicio de esos Derechos. Necesitamos liderazgos femeninos con Doble Militancia y plena conciencia de Derechos.   Las Mujeres como nadie sabemos que:
 O hay Democracia para todos y todas y en todo o no habrá Democracia para nadie, en nada. Las Mujeres como colectivo no podemos estar con este Régimen porque necesitamos profundizar y avanzar en la Democracia y este régimen la niega una y mil veces más cada vez.
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