PAGINAS Y RECORTES

martes, 20 de abril de 2010

PAYASADAS BICENTENARIAS: LAS MISMAS DE SIEMPRE// Por: Joaquín Chaffardet

 
Para mis amigos
PAYASADAS BICENTENARIAS: LAS MISMAS DE SIEMPRE
(Perdonen lo largo)
No soy experto en historia, pero si mi memoria no me traiciona, me parece recordar que según el Hermano Nectario María y mi profesor Rafael Fernández Heres, la Declaración de Independencia tuvo lugar el 5 de Julio de 1811 no el 19 de Abril de 1810. Pero como ya el Iluminado de Sabaneta nos cambió el nombre de República de Venezuela por el confesional “República Bolivariana”, cambió el escudo y la bandera nacionales, no es de sorprenderse porque que cambie la historia, tal como hacen todos los regímenes totalitarios.  ¿O será que el Iluminado presiente que no estará para las celebraciones del verdadero bicentenario de la independencia el 5 de Julio de 2011? Si es así, Dios quiera que sus presentimientos se hagan realidad.
Pude ver segmentos del desfile en Los Próceres y recordé las celebraciones de  la “Semana de la Patria” de Marcos Pérez Jiménez que, como todos los gobiernos fascistas, dedicaba ingentes recursos a desfiles y festivales patrioteros, en los que obligaba a participar a estudiantes, trabajadores y empleados públicos. Entonces eran  la “Semana de la Patria” Y el “Nuevo Ideal Nacional” y ahora son la “Robolución Bolivariana” y el “Socialismo del Siglo XXI”. El mismo negro con distinta lumpia. ¿Verdad Aristóbulo?
Apenas comencé a ver el desfile, oí a la muy ilustrada locutora oficial decir que Belice es una isla del Caribe. Seguramente es egresada de la UNEFA. Y como todas las cosas del chavismo, el espectáculo fue ramplón. La calidad de los grupos folklóricos ataviados en rojo, la coreografía y la música fueron verdaderos fiascos. Para la próxima vez, si la hay, deben contratar a Joaquín Riviera. Seguro que Cisneros se los presta de gratis, como parte de pago por el cierre de RCTV.
 Lo más “folklórico” que observé fue un militar bieloruso que debe ser un supermariscal de campo,  porque tenía todo el frente de su guerrera, no le pude ver la espalda, tapizada con más de 60 o 70 medallas, medallones y chapitas de todos los calibres y colores, así que seguramente pronto veremos al Iluminado con su disfraz de mariscal cubano tapizado de medallas para no quedarse atrás.  
Oí parte del discurso de la presidente de Argentina. Tono de sureña superioridad doctoral, con marcado acento típico, muchos lugares comunes, mucha filosofía de cocina y por supuesto halagos discretos al ego del Iluminado: “hay que completar la gesta de la independencia”, que le suena a música de ángeles al aspirante a Nuevo Libertador, que insiste en que completará la obra inconclusa de Bolívar y nos hará, por fin independientes.
La presidente argentina se refirió con vehemente a la “colonia” británica de las Malvinas, donde por cierto no habita ni un solo ciudadano argentino. Descargó a los británicos y las focas aplaudían a rabiar. Y ya para finalizar su discurso, dijo lo siguiente: “…quiero decirle algo presidente Chávez, la parte del desfile que más me gustó fue la última (que con seguridad fue la parte que más les gustó a todos los invitados), la del caballo blanco con toda la caballería como debe haber sido en 1810 cuando dijeron ¡a la carga! Y corrieron… así debe haber sido Carabobo…” Por supuesto, el Iluminado al comentar más adelante lo dicho por la Presidente, no le dijo que la caballería que ella se imaginaba en Carabobo fueron la comandada por el “traidor” José Antonio Páez y la caballería de la Legión Británica. Tampoco le aclaró a Cristina que en 1810 no hubo ni militares ni caballería ni, en consecuencia, cargas de caballería.
Terminado el discurso de Cristina, el Iluminado, que no puede ver un micrófono porque empieza a tener contracciones involuntarias e irresistibles en las partes más sensibles de su cuerpo, tomó la palabra.
Y  nuevamente, puso al descubierto su inconmensurable ignorancia y su inquebrantable espíritu de bufón. Como era de esperarse, comenzó enviándole un apasionado saludo a su eterno Fidel, solamente le faltó tirarle un “besito volado”. El carajo cree que Fidel vive pegado del televisor para verlo a él. O a lo mejor sí, uno no sabe hasta dónde llegan esas relaciones. De allí pasó a desagraviar al más sanguinario cabecilla que ha tenido la represión cubana: Ramiro Valdés. Las focas de la asamblea nazional aplaudieron a rabiar cuando el Iluminado aseveró que Valdés había sido “…difamado por la burguesía venezolana, difamado por patriota, por guerrero, por solidario…”, como si no hubieran sido los mismos cubanos quienes lo bautizaron con el cariñoso apodo de “Charco e´ Sangre”  
Acto seguido, pasó a tratar de halagar a la Cristina, diciendo que “…el Ché, el argentino cubano y también venezolano. El Ché vivió aquí lavando platos…” y lo interrumpió la presidente argentina, para decirle en tono burlón “ya te lo apropiaste también al Ché…”, y el Iluminado desconcertado por la interrupción terminó diciendo “el Ché vivió aquí, así que es venezolano…”. Buena vaina esa, que nos pretende echar el Iluminado, decir que es venezolano un psicópata asesino como Guevara. Ese criminal no vivió en Venezuela, estuvo pocos días vegetando y sin hacer nada y sin lavar ningunos platos. Se alojó en una pensión ubicada entre las esquinas de Luneta y Mercedes, Parroquia Altagracia, en la que residía para esa fecha un grupo de estudiantes. Guevara, el Carnicero de la Cabaña, nunca trabajó en Caracas, ni en ninguna otra parte. Su función en Cuba de torturador y asesino no fue nunca para el psicópata un trabajo, sino un placer. Y como el que a hierro mata a hierro murió.
Después de la interrupción de Cristina, decidió remendar el capote y halagarla más directamente, acariciando su peronismo. Así, trajo a colación a Juan Domingo Perón. Y demostrando su total ignorancia, dijo como con sorpresa, “…aquí vivió Perón, y yo no sabía, me estoy enterando hoy, en la esquina de San Francisco, donde está la ceiba, donde Bolívar amarró el caballo…yo no sabía que aquí había vivido Juan Domingo Perón, ¡viva Perón!...”
Con estas expresiones el Iluminado puso en evidencia su desconocimiento de la historia contemporánea de Venezuela y América Latina. Los años cincuenta fueron negros para la libertad y la democracia en esta parte del mundo, cuando se estableció con fuerza la llamada Internacional de las Espadas, integrada por los dictadores militares de Colombia, Rojas Pinilla, de Cuba, Fulgencio Batista, de República Dominicana, Rafael  Leónidas “Chapita” Trujillo, de Paraguay, Alfredo Stroessner, de Nicaragua, Anastasio Somoza, de Perú, Manuel Odría, y de Argentina, su inefable y querido General Juan Domingo Perón.  
Expulsado Perón del poder en 1955, su pana Pérez Jiménez le dio refugio en Caracas. En su autobiografía dice Perón que “…me mudé a una casita en el barrio La Florida donde pagaba mil bolívares mensuales…” No vivió pues Perón en la esquina de San Francisco como dijo el Iluminado. La “casita” a que se refiere Perón era la más lujosa quinta de la Calle La Granja, límite entre el Caracas Country Club y la Alta Florida. Allí vivió hasta Enero de 1958, cuando a la caída de Pérez Jiménez los venezolanos enfurecidos saquearon su residencia. De Venezuela huyó despavorido a Santo Domingo y luego a la España de Franco. Pero el Iluminado no puede ocultar su admiración por los dictadores militares, a los que, aunque desconozca sus historias, trata de emular.
Más tarde, cuando veía Aló Ciudadano el programa fue interrumpido por la abusiva cadena y esperando inútilmente que terminara, pude ver un rato la IX Cumbre del ALBA en el teatro Teresa Carreño. Una verdadera vergüenza: el Iluminado cantando y sus chulos, con sonrisas burlonas y cruce de miradas cómplices, aguantando sus canciones, porque por el billete baila el perro. Saludos nuevamente, con sospechosa pasión, a Fidel Castro. Relación que parece sacada de las páginas de Corín Tellado o Félix B. Caignet. Intervención incoherente e incomprensible de su subalterno Evo Morales, quien con su inocultable ignorancia llamó a Sucre "José Antonio Sucre" y divagó sobre diversos temas,  sin que nadie le entendiera su confuso español. La claque de focas aplaudía cada necedad. Discurso del procónsul Raúl Castro, hablando de libertades y democracia. ¡Qué Bolas tan rayadas! Entonces, para rematar, el Iluminado afirmó que Evo era Imbatible, había sido electo con 63% de los votos, pero que más imbatible era Castro (que amor tan arrecho), que había obtenido el 99% de los votos.
Coño, ya no pude seguir viendo el show. Cambié de canal para ver una de vaqueros, que son hasta más verosímiles y no causan vergüenza ciudadana.   
Joaquin Chaffardet