PAGINAS Y RECORTES

miércoles, 21 de abril de 2010

PROTECCIÓN CIVIL //ALERTA ROJA // Por: Nelson Bocaranda Sardi


ALERTA ROJA. Tras haber desmantelado en los últimos años la plataforma con la que la Dirección de Protección Civil y Administración de Desastres contaba, el Gobierno tiene una angustia permanente -y creciente- a medida que pasan los días y las noticias traen recuentos de movimientos telúricos, deslaves, inundaciones, sequías, erupción de volcanes y otros incidentes en todo el planeta Tierra. Sobre todo los temblores tan seguidos en zonas cercanas a Venezuela aumentan el desasosiego entre los rojitos. Sabiendo las vulnerabilidades con que contamos, desde distintos entes públicos han comenzado a sonar las alarmas ante una eventual emergencia nacional o local en la capital caraqueña. Con la salida del general Antonio Rivero de ese ente público el 25 de abril del 2008 (en la Gaceta apareció cuatro días después su destitución) las cosas empeoraron pues se detuvieron los cursos internacionales a los que los más preparados funcionarios, con años de experiencia desde la década pasada asistían en diversos países, así como a los más importantes congresos globales donde las emergencias de tierra, agua, aire y fuego son estudiadas y actualizadas las respuestas gubernamentales. Ni siquiera el mantenimiento adecuado de los equipos existentes se ha hecho y por ello la mayoría está inservible. Como detalle reciente, ni siquiera para el obligatorio desfile de ayer tenían uniformes que lucir. Quien administraba PC cuando Rivero, el coronel (Ej) Rosales Almao, se quedó en el cargo hasta hace poco bajo las órdenes del licenciado Luis Díaz Curbelo, quien asumió la dirección dependiente del Ministerio del Interior a la salida del general que la semana pasada pidió la baja en una carta crítica de la situación de la FANB al ministro de la Defensa. El temor de una emergencia en Caracas, zona por lo demás sísmica y que sufrió el último terremoto en 1967, provocó llamados a los distintos embajadores venezolanos en las principales capitales del mundo solicitándoles adquirir equipos de emergencia como hospitales de campaña, tanques, filtros y plantas de agua; suministros médicos, comidas no perecederas, kits de emergencia, radiotransmisores, linternas, pilas y otros implementos para ese temido momento que Dios quiera no nos llegue. Les manifestaron que sacarán dinero de las múltiples partidas secretas de Miraflores para cubrir los estipendios en monedas duras. Pero adicionalmente a esa preocupación se añaden ahora varias denuncias de presunta corrupción en el ente oficial. Con el terremoto de Haití se encendieron más alarmas en contra del equipo de PC pues los socorristas, bomberos y otros funcionarios que viajaron a ese país así como los que salieron a Chile han protestado pues no les dieron los viáticos ofrecidos y estos últimos se las vieron negras para comer en el país sureño. Adicionalmente, la denuncia que miembros de la Fuerza de Tareas Simón Bolívar elevaron al ministerio de adscripción refiere que el director de PC -presuntamente- habría cobrado 200 mil dólares de la Cancillería para esos fines pero los dilapidó en otros menesteres, según los denunciantes. Igualmente responsabilizan al subdirector, C/N (r) López Benítez, de ese desorden administrativo. Lo más grave hasta el momento tiene que ver con otra confidencia relacionada con la ayuda humanitaria a Haití, donde acusan al actual embajador venezolano y su esposa de “presuntamente” estar vendiendo los cargamentos de alimentos allá enviados. Seis denunciantes, entre ellos testigos militares, afirman que la ayuda que llega desde Caracas -luego que empresas o instituciones hacen el donativo en Venezuela y PC lo envía en vuelos de aviones Hércules de la FAV o en barcos de la Armada- el embajador y el secretario de la embajada no permiten que los funcionarios de PC allá establecidos entreguen los alimentos, enseres o medicamentos a las personas hambrientas o necesitadas. La venta de una bolsita de leche enviada desde Venezuela por $60 en el mercado negro haitiano es la acusación más grave contra los diplomáticos venezolanos. Igualmente pasa con las bolsas de azúcar. La cifra en el informe asciende a 8 toneladas de ayuda desaparecida de los depósitos iniciales en suelo haitiano. Los informantes reiteran que todo esto lo han conversado con el director y nada ha hecho hasta el momento…