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lunes, 28 de junio de 2010

Si, nunca un Ejercito como el de hoy // Por: Javier Nieto Quintero




Si, nunca un Ejercito como el de hoy 

Tras la celebración del acto con motivo del 189 aniversario de la Batalla de Carabobo, el dictador venezolano expresó “nunca antes Venezuela tuvo un Ejercito como el que tiene hoy”. 

Siempre he sido muy cuidadoso con las generalizaciones, por supuesto con sus excepciones especialmente en los grados de la oficialidad media y subalterna, estoy de acuerdo; Venezuela nunca había tenido un Ejercito tan deteriorado en sus bases éticas, morales, institucionales y profesionales. 

Esta es precisamente la opinión de la actual oficialidad en servicio activo. Este es el comentario dentro de las unidades operativas, este es el malestar del grueso de esa oficialidad que ingresó a la Academia Militar de Venezuela (AMV) con la intención de servir a la Patria, pero que hoy sirve es a un partido político; este es el sentimiento de aquel cadete infante, blindado o artillero que soñaba con prepararse para defender nuestras fronteras del enemigo, pero hoy contempla con gran tristeza una estatua de homenaje al enemigo en el barrio 23 de Enero; esta es la pena que hay en todos esos oficiales que son obligados a gritar consignas políticas y que ven a su Ejercito convertido en una organización indisciplinada donde por delante del mérito prevalece el amiguismo y el compadrazgo. Este es el sinsabor, una mezcla de sentimientos, que hoy existe en esos Mayores y Comandantes que observan con tristeza como el alto mando militar permite que una guerrilla urbana en los barrios de Caracas, y una guerrilla rural en nuestra frontera, se esté instituyendo como una fuerza “regular” al servicio de la revolución. 

Sin duda todos aquellos oficiales, soldados y SOPC que en los años 60 ofrendaron su vida por defender la integridad del Territorio Nacional son también testigos, algunos aun en esta tierra, otros desde la vida eterna; estoy seguro ellos también estarán diciendo que nunca antes Venezuela tuvo un Ejercito como el de hoy. Nunca este desastre de Institución, nunca tal grado de genuflexión y servilismo; nunca antes nuestro Ejército estuvo tan huérfano como hoy. Es eso, un hijo desprotegido, cuyos padres andan engolosinados con las migajas de un sol o buen cargo. El proceso ha sido sistemático y calculado: corrupción, indisciplina, ideologización, desmoralización, y finalmente vendrá la fusión con las milicias civiles para confundir y crear una sola doctrina: la doctrina de una fuerza irregular al servicio del partido y no de la Nación. 

Pero nunca se debe apagar la luz de la esperanza. Nelson Rolihlahla Mandela tras sus 26 años como prisionero político –por cierto por luchar en contra de la injusticia y discriminación- así lo dijo “la fe y la esperanza es lo que nos mueve en esta hora difícil”, luego llegó a ser Presidente (1994-1996) y arquitecto de grandes cambios para logra unión entre los surafricanos. En nuestro caso nunca he perdido ni perderé la fe y esperanza en lo que algunos llamamos la reserva moral de la FAN. Se trata de ese sector de la oficialidad que tiene liderazgo, que no está al servicio de ningún partido político o persona alguna, que está al servicio de los sagrados intereses de la Nación, que sabe cuál es la única salida, y que está dispuesto a tomar riesgos por el futuro de la Patria. 

Desde el exilio 
Javier Nieto 

Preso y perseguido político.