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domingo, 11 de julio de 2010

El silencio de los corderos // Tamara Sujú

El silencio de los corderos
Ante la avanzada desmedida del gobierno nacional que sin temor alguno al rechazo ejecuta acciones y da órdenes para afianzar su sistema totalitario por encima de quien sea, aquellos que tal vez pudiera hacer algo, organizar o protestar, callan.
¿El motivo? Llegar al 26 de septiembre a como dé lugar evitando la protesta pacífica y el derecho a pataleo. No importa que se encarcele y persiga a periodistas, se hostigue indiscriminadamente a empresarios, se expropien a diestra y siniestra industrias, comercios, fincas, bienes personales de perseguidos cuya desgracia es motivo de chistes y gracias por quien lo ordena y quienes lo ejecutan demostrando que disfrutan de la maldad.
Ahora bien, con este silencio indolente y permisivo, la esperanza de la gente "común" se ha ido por el agujero negro del Universo. Los que pueden están organizando el gran éxodo. Los que no, viendo cómo mantenerse en pie y seguir luchando contra Goliat, si los corderos de este país ya se están sacando fotos con la banda presidencial sin pasar por “Go” y cobrar los 200.
Parece que los problemas cotidianos como el racionamiento del agua y la luz, la inseguridad galopante que tantas vidas cobra diariamente, el secuestro, la extorsión, el sicarito, el deterioro de las vías públicas, el problema de las cárceles, la escasez de alimentos, el empobrecimiento a través de las perdidas del sector agropecuario, la devaluación del Bolívar, los miles de contenedores con comida podrida por ineptitud y complicidad sinvergüenza de los funcionarios del régimen , el no tener acceso a las divisas que provoca la asfixia de la economía venezolana, entre tantas cosas, no son temas para sumar votos parlamentarios. ¿Absurdo no?
Cualquier cosa que pudiera enojar a quien hoy asfixia la poca libertad que aun respiramos se tapa para ver si se puede pasar agachado. Si nuestros políticos hubieran entendido claramente que sin instituciones y poderes independientes ya no se puede hablar de Democracia y que, quien ostenta el poder incansable y de forma anticonstitucional ha dicho que su socialismo avanza a paso de vencedores y hubieran hecho su trabajo de oposición política verdadera, fueran ellos quienes hoy estarían quizás perseguidos, imputados, exiliados o encarcelados y no los periodistas, dueños de medios, empresarios, estudiantes, representantes de ONG'S y gente de la sociedad civil quienes ante la ausencia de liderazgo político de oposición han asumido el rol.
Y no es que me anime la idea de que deseo verlos en esas circunstancias, sino que la historia nos dice que los grandes opositores a las tiranías han sufrido de estas calamidades cuando sus luchas han sido honestas y sinceras y de alguna forma le han roncado en la cueva al León. Dejar que muy pocos digan lo que la gran mayoría sentimos, como lo hizo Oswaldo Álvarez Paz y no hacerlo en conjunto, de forma imparcial y sin competencias personales o acomodaticias es realmente traicionar a la Patria.
Lo peor de este silencio prolongado que abate a la población es que quizá, cuando los corderos necesiten del pueblo, la gente ya no esté para apoyarlos. Ni habrá ganas, ni energías, ni medios, ni compromiso para salir a defender sus curules perdidos o aplaudirles los ganados.
Señores, el pueblo no come, no paga cuentas, no se protege del hampa desatada y cada día más peligrosa, no lucha contra la insalubridad y las 7 plagas de enfermedades que deambulan por doquier, ni obtiene vivienda digna, condiciones mínimas en el sistema de salud y todas esas cosas que le impiden tener calidad de vida, con "elecciones parlamentarias".
O escuchan los gritos del silencio de la población o se quedaran solos el día que necesiten de ella.
Tamara Suju
La Razón/ND