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miércoles, 21 de julio de 2010

En deuda con nosotros mismos…/ Por: René Núñez / PORTACHUELO



PORTACHUELO
                                                         Por: René Núñez (*)
   En deuda con nosotros mismos…
  La economía es una disciplina difícil y compleja. De su buen manejo dependen los resultados satisfactorios. Con frecuencia se observa a economistas opinando diferentes sobre una misma realidad económica. Los modelos económicos por si solo, no bastan para asegurar resultados exitosos; su aplicación dependen gran parte del concurso de la política como disciplina aliada. Más cuando se trata de la pública. Controlar y reducir el índice inflacionario sigue siendo el dolor de cabeza de los gobiernos democráticos serios y responsables; pues, mientras más alta sea la inflación más  problemas sociales se producirán afectando fundamentalmente el poder adquisitivo de los más necesitados y desamparados. No es lo mismo una economía libre o mixta (sector público y sector privado) que una economía cerrada, donde el Estado como único propietario de medios de producción lo planifica y controla todo. La historia del desarrollo económico del mundo moderno confirma que la primera es más productiva y exitosa
 Han pasado 50 años de gobiernos democráticos y la deuda social con los venezolanos continúa. Basta revisar la gestión pública desde 1959 a la fecha para darse cuenta uno del por qué seguimos siendo un país monoproductor (de petróleo), con un elevado gasto fiscal, con una cultura de malos manejos administrativos, con deudas interna y externa sin control, con unos poderes públicos sin autonomía e independencia y, sobre todo, con una actitud gobiernera poca facilitadora de cambios estructurales para hacer del Estado un instrumento más idóneo, transparente y visionario de futuro: el de la prosperidad y seguridad social de todos los venezolanos sin distingo de clase, credo o color político.
 Como nación petrolera hemos tenido oportunidades financieras extraordinarias para haber sembrado el petróleo por doquier y ser hoy un pueblo con alto desarrollo humano: salud, educación, empleos estables y duraderos; sustentada por una economía abastecedora de bienes y servicios en lo interno pero también con capacidad para exportar y producir ingresos iguales o mayores a los generados por el petróleo.
 La pobreza y las desigualdades sociales se han incrementado en los últimos once años bajo el gobierno de Chávez, a pesar de éste haber recibido más de 950 mil millones de dólares, una cifra superior a la recibida por la nación desde Guaicaipuro hasta el último gobierno de Caldera; y haber tenido de su lado de manera incondicional a los poderes del Estado, y el apoyo popular. Hoy el país se encuentra en un laberinto sin salida con Chávez, quien no asume errores, desaciertos y no oye consejos ni le gusta la crítica. Gobierna echando culpas al imperio y a la oposición de su fracaso. Ha elevado los gastos militares, las ayudas a otros países como: Estados Unidos, Inglaterra, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil, Dominica, Honduras y países africanos, cuando lo sensato era haber invertido esos recursos en nuestro país en distintas áreas de infraestructura: viviendas, carreteras, autopistas, puentes, hospitales, centros educacionales como también en el cordón industrial: hierro-acero-aluminio-oro-carbón-eléctrico y el petrolero. Haberse puesto a derecho con los pasivos laborales. Con los requerimientos presupuestarios de la educación-ciencia y tecnología. Pero, no lo hizo. Dilapidó una inmensa riqueza petrolera que ya no tiene. Si no supo manejar el superávit petrolero, menos para confiar ahora hipotecando el país para financiar el gigante déficit fiscal de la nación.
 Conclusiones de estos últimos 50 años de gobierno…
 Del análisis de las políticas económicas de los gobiernos de Betancourt, Pérez I, Caldera I, Herrera, Lusinchi, Pérez II, Caldera II y Chávez I y II, se concluye lo siguiente:
a)       Venezuela ha contado con ingresos petroleros suficientes provenientes del aumento de los precios petroleros para financiar el desarrollo nacional.
b)      El gasto público/burocrático sigue elevado y sin control
c)       La economía sigue dependiendo de la renta petrolera.
d)      Persisten medidas proteccionistas y paternalistas del estado, como controles de precios, control de divisas,  subsidios, estatizaciones, expropiaciones, devaluaciones
e)       La corrupción se mantiene como una cultura administrativa, con  complacencia de los poderes públicos del Estado.
f)        La política de sustitución de importaciones no ha tenido resultados tangibles. No habido claridad de productos, bienes y servicios que debemos producir, desarrollar y proteger.
g)       El endeudamiento interno y externo no ha sido aprovechado para la inversión productiva. Menos las devaluaciones sucesivas de la moneda.
h)       Dirigentes opositores y gobiernos no han sido capaces de promover y lograr un acuerdo nacional para superar trabas y dificultades de las políticas económicas. Poco interés por la inversión en ciencia y tecnología.
i)         Las instituciones públicas no han sido eficaces y transparentes en el cumplimiento de sus responsabilidades.
j)         Ahora hay más pobreza, desigualdades sociales y exclusión.
k)       Finalmente, hemos carecido de líderes en el gobierno con voluntad política y capacidad gerencial para lograr una economía productiva, competitiva y sana, bajo un clima de estímulo a las inversiones con reglas claras y transparentes. Le corresponde a los ciudadanos asumir estas responsabilidades con inteligencia, tolerancia, respeto y trabajo. El 26 de septiembre se necesita una Asamblea plural con mayoría opositora      como primer paso para repensar el proyecto de país ideal
(*) Internacionalista.