PAGINAS Y RECORTES

viernes, 16 de julio de 2010

INDIGNACION ante la profanación del tumba del Libertador / Ana M.Pinto M..



Con profunda consternación constato que el último y el más sagrado de los símbolos de la Patria ha sido profanado. Luego de 133 años de haber sido llevados al Panteón Nacional, los restos del Libertador fueron exhumados, entre gallos y medianoche, bajo el pretexto de hacer una investigación científica, consumándose con este el climax último de los abusos del poder en la manipulación de la memoria histórica de nuestra nación.

Lamento profundamente como Venezolano como la figura del hombre más grande no solo de Venezuela, sino de América, haya sido tan degradada y prostituida por fines políticos. Hoy el Libertador ha sido secuestrado para convertirse en propaganda panfletaria e imagen del partido político del gobierno, cuando las leyes siempre han prohibido su uso para cualquier parcialidad política, sea del tipo que fuere. Hoy la espada del Libertador se ha convertido en el objeto de adulación predilecta para premiar lealtades políticas, y se la conferido hasta a comprobados dictadores y asesinos acusados internacionalmente de genocidas, sin el más mínimo remordimiento (Incluso se ha llegado al exabrupto de regalarle dos veces al a un mismo dictador). Incluso se ha llegado a formar, que El Libertador fue fiel militante de una ideología política que ni siquiera existía cuando pasó por esta tierra.

Hoy amanecemos y nos enteramos que de madrugada, el Sarcófago del Libertador fue abierto. Hecho único en la historia Patria, que desde la repatriación de los restos del padre de la Patria a finales del siglo XIX por el Presidente Guzmán Blanco, nunca había sucedido, ni siquiera en la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.

¿Cuáles son las razones para hacerlo? ¿Quién lo ha autorizado? ¿Por qué no se nos consultó o informó previamente a los Venezolanos? ¿Es acaso potestad del Gobierno de turno abrir las tumbas de los héroes de la Patria, cuando y por las razones que ellos, una parcialidad transitoria en el ejercicio del poder, consideren?.

¿O es que acaso un ciudadano por el hecho de ser presidente de turno tiene el derecho a usar a voluntad cualquiera de los tesoros históricos de la nación, desde usar para actos la espada del libertador políticos-partidistas hasta abrir a voluntad las tumba del padre de la Patria? ¿Quién y en cual Ley, en cual artículo de la Constitución, le da facultades para que un ciudadano envestido de presidente pueda saciar sus más exacerbados deseos y fantasías sin ningún tipo de límites? . ¿Qué vendrá ahora?

La profanación de los restos del libertador no se hace en aras del conocimiento científico ni histórico, sino con el objeto de “confirmar” que el Libertador no murió por la enfermedad que lo atormentó durante toda su vida, sino que fue asesinado, envenenado por la “oligarquía”, buscando con ello una nueva justificación histórica para el proyecto político chavista y hacer ver que el Presidente Chávez es el llamado por la providencia a terminar la labor inconclusa de Bolívar, la que el Libertador no pudo pero él si podrá. Que nadie tenga duda que los resultados de tal supuesta investigación ya están “comprobados”. “¡Bolívar fue asesinado!” dirán al mundo, “y ahora nosotros, los hijos de Bolívar, ¡tenemos que vengarlo y cumplir su sueño!”, y para poder hacerlo, claro, “necesitamos más poder”.

Hoy en día ya no se celebra, por caprichos del Presidente, el desfile de la más importante batalla de nuestra historia, rompiendo una tradición de más de medio siglo., sino que ha sido cambiado por un acto partidista en una parada militar en la capital del a República. Hoy en día se permiten que, ejércitos de naciones extranjeras que en nada lucharon ni contribuyeron en nuestra lucha por la independencia, incluso ejércitos de dictaduras que en nombre de revoluciones oprimen a sus pueblos, desfilen en los más sagrados suelos patrios y que pisoteen con ello el honor y la memoria que quienes dieron su sangre por el sueño de crear una República libre y soberana.

Hoy en día nuestra bandera ha sido usada con el respeto que se la da a un coleto sucio. El tricolor se ha vuelto omnipresente en nuestras ciudades, sin que ello implique fervor patrio sino más bien lo contrario, pues no puede rendir honor a la Patria cuando hasta pipotes de basura rebosantes de inmundicia son “adornados” con el tricolor nacional. Demás esta decir, como esta junto al escudo, fue convertida en un instrumento de división, que dependiendo del número de estrellas y de a orientación de caballo, quien las uso ha pasado a ser para muchos sinónimo de Venezolanos y Apátridas.

Todo esta inmunda manipulación de los símbolos de la patria, del cual hasta ahora solo se ha salvado (por ahora) el Himno Nacional, tiene una clara intensión, cuya justa explicación es una tesis histórica-psicológica se extiende más allá de estas líneas, pero que esencialmente está destinada a borrar la memoria histórica de una nación, hacer un “reset colectivo”, para poder implantar nuevos valores, nuevos mitologías, crear “un hombre nuevo”, que facilite la implantación de un régimen político adverso a la profunda raíz democrática de nosotros los Venezolanos.

Cualquiera puede estudiar los procesos históricos que se han dado en otras latitudes y otros tiempos, y constatarán como, para la instauración de regímenes autoritarios, siempre los autócratas y dictadores han requerido profanar los símbolos y las instituciones más sagradas de los pueblos para volverlos vulnerables al nuevo evangelio político. Acabar con el respeto hacia las iglesias y religiones establecidas, cuestionar la historia oficial, deslegitimar a las instituciones civiles, manipular los símbolos patrios. Hoy en día, hasta la figura de Jesucristo se ha vuelto emblema de la guerrilla, junto con Virgen María y el niño Jesús, en una completa aberración. Para las revoluciones políticas y los revolucionarios no existen límites. Para ellos todo tiene justificación en nombre de sus siempre “sagradas” revoluciones, siempre las más importantes de la humanidad, siempre en el camino hacia las utopía del cielo en la tierra, siempre tan trascendentales que de ellas depende el futuro de la especia humana.

No existen palabras para expresar mi indignación con la profanación de la tumba del Libertador. Es una desgracia que muchos de los que se atribuyen el calificativo de bolivarianos actúan en contra de los principios más elementales de la doctrina del Libertador. Quienes se dicen nacionalistas, colocan en manos de extranjeros las más importantes y sensibles responsabilidades de la nación. Quienes dicen luchar por la soberanía nos han vuelto más dependiente que nunca de otros países y del petróleo. Quienes dicen buscar la paz, se preparan y fomentan siempre el conflicto. Que oscura es la época que vive la Patria. Pero como decía Carl Sagan, mas vale encender una vela, que maldecir la oscuridad. Llegará el día en que aprendamos de todos los errores de nuestra historia, y surgirá una generación de Venezolanos que realmente esté comprometida con llevar a Venezuela a su tantas veces negado, destino de grandeza.



Ana María Pinto Márquez  // FACEBOOK