PAGINAS Y RECORTES

jueves, 22 de julio de 2010

MILITARES RETIRADOS: JUBILADOS E IGNORADOS

Avance | La Nación | 21/07/2010 08:11:58 p.m
Jubilados e ignorados

Militares retirados llevan 1.470 días esperando el pago de sus beneficios. La presidenta del TSJ no los atendió porque acompañaba a Chávez en un acto de grado.

Por: Jesenia Freitez  // Fotos por: Renier Otto
Falta poco para que la magistrada Luisa Estella Morales se jubile de sus funciones públicas, probablemente en condiciones distintas a los 68.980 militares de la Fuerza Armada Nacional quienes esperan por la cancelación del régimen de remuneraciones y beneficios socioeconómicos que les corresponde.
Los castrenses retirados se postraron ayer en las instalaciones del Tribunal Supremo de Justicia con una torta y mariachis para recordarle a la magistrada, al mejor estilo de los cumpleaños venezolanos, que debe hacer valer la orden de cancelación de una deuda que ya alcanzó su cuarto aniversario.
Representantes del Grupo Pichincha, la Asociación Nacional de Guardias Nacionales en situación de Retiro (Asonaguanar) y la Federación Nacional de Tropas Profesionales de la Fuerza Armada Nacional en situación de Retiro (Fenatropofar), entre otras; cansados de esperar por una respuesta, introdujeron un documento para exigir que se cumpla la Orden Mandato dada por la Sala Constitucional del TSJ al Ministerio del Poder Popular para la Defensa para que expida las órdenes necesarias y se proceda a la cancelación del referido beneficio de alimentación.
Los militares en situación de retiro se proponen hacer una cruzada para exigir que se les trate con respeto y no se les violen sus derechos constitucionales. Aunque solicitaron ser atendidos por Luisa Estella Morales, se entrevistaron con Roy Hernández, asistente de la magistrada, quien les indicó que dejaran el documento y se retiraran. Ahora deben esperar cinco días hábiles más para que les den algún tipo de respuestas.
Hasta la fecha, más de 700 militares jubilados han fallecido esperando el beneficio de alimentación que les correspondía. Los que aún sobreviven esperan que los recursos les lleguen, pues la mayoría sobrepasa los 70 años de edad y se encuentran enfermos.