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miércoles, 18 de agosto de 2010

Chávez honra deuda al Consorcio Amazonia, y a los trabajadores venezolanos accionistas de Sidor, les desconoce los derechos...


 Chávez honra deuda al Consorcio Amazonia,y a los trabajadores venezolanos accionistas de Sidor,les desconoce los derechos...
 Mira que me ha costado entender esto del socialismo-comunismo del régimen de turno, y eso que en mis tiempos de estudiante en la UCV compartí muy de cerca la literatura marxista, justo después de la ocupación de la Universidad Central de Venezuela por el primer gobierno de Caldera. Por cierto, una decisión de Estado tomada para desocupar y diezmar por la fuerza a los minúsculos grupos ultrosos que habían tomado el recinto universitario como territorio de lucha para la desestabilización del sistema democrático. Esa medida y la política de pacificación adelantada por Caldera en su primer período de gobierno fueron efectivas en contra de los ya debilitados y divididos movimientos guerrilleros urbanos, alentados y financiados -ese entonces- por la Cuba de Fidel.
 Conmovido por las falencias sociales que uno traía de su hogar provinciano, y la retórica ideológica de alcanzar el "futuro edén" (¿perfección social?) a través del socialismo, influyeron para que en mis inicios como estudiante de estudios internacionales me convirtiera en un revolucionario de cafetín más, proceso de adulación que me duró muy poco tiempo al darme cuenta de que el pensamiento y la acción de los líderes izquierdistas de la federación de centros universitarios de la UCV no se correspondían después de graduarse e incorporarse al mercado de trabajo; además por las causas y las consecuencias de la guerra fría, pactada por los imperios de la época: la otrora Unión Soviética y los Estados Unidos.
 Con la caída del muro de Berlín en 1989 y la disolución de la URSS en 1992, se puso al descubierto el fracaso del comunismo, lo que fortaleció los valores y los principios democráticos en Europa y América Latina.
 Traigo esta reflexión a colación, a propósito del socialismo del siglo XXI que nos pretende imponer una minoría desde el poder en contra de la voluntad de las mayorías nacionales, quienes ya lo habían rechazado en el referendo promovido por el gobierno hace unos años. Una utopía más, donde la supuesta revolución tiende a convertirse en un acto permanente de fe bajo el liderazgo de un Mesías, salvador de todos para el cual se requiere apoyo y lealtad incondicional para mantenerlo de por vida en el poder. Una teoría inviable y traicionera por cuanto nada de lo que se dice muy bonito se cumple en la práctica.
 La semana pasada nuevamente el jefe de gobierno y de la revolución le dio la espalda a los trabajadores de Sidor al negar, por un lado, los derechos de disfrute de utilidades líquidas no declaradas por el Consorcio Amazonia, y, por otro, el desconocimiento de los derechos de los trabajadores accionistas clase "B" de Sidor, quienes amparados en el Art. 282 del Código de Comercio solicitaron separarse de la empresa por el cambio inconsulto de la misión, la cual no garantiza los principios técnicos- productivos de rentabilidad del negocio siderúrgico.
 Cabe recordar que el régimen de turno para recuperar la propiedad mayoritaria de Sidor de manos del Consorcio Amazonia estatizó a esta factoría, reconociendo a los socios argentinos por la transacción la suma total de 1.970 millones de dólares, firmando 6 pagarés para pago de intereses en caso de no cumplirse el cronograma de amortizaciones acordado entre las partes. El consorcio había pagado por Sidor 1.050 millones de dólares.
 A la fecha el Gobierno ha venido cancelando la deuda a la transnacional, quedando pendiente alrededor de 600 millones de dólares; vale destacar que la nación venezolana ha erogado por intereses de mora 74 millones de dólares.
 En cambio a los trabajadores accionistas, el régimen socialista no le ha dado la gana de reconocer el valor de sus acciones. La semana pasada volvieron a ser engañados por el presidente Chávez cuando la CVG le presentó para su aprobación el punto de cuenta referente a la separación de los trabajadores como accionistas, con base en el acuerdo de recibir un trato digno similar al concedido al grupo capitalista argentino, la respuesta como era de esperarse fue NO. Aunque el presidente dejó abierta la posibilidad de revisarlo pero para los años venideros dependiendo de la situación financiera de Sidor.
 Quienes trabajamos y conocemos a Sidor, somos pesimistas con esta condición presidencial; pues el futuro de Sidor ya es presente: resultados en rojo con pérdidas anunciadas para diciembre por el orden de los 3.500 millones de bolívares fuertes. Además existe de por medio un préstamo chino pagadero con las producciones de acero del próximo lustro. Y decir que la Sidor privada mientras estuvo bajo la dirección del consorcio sureño produjo ganancias y excedentes de caja trimestralmente, beneficiando a 15.242 trabajadores activos y pasivos propietarios con ingresos mensuales promedio de 2.000 bolívares fuertes.
 El régimen socialista no tiene presupuesto para pagar pasivos laborales pero sí tiene para seguir ayudando y financiando proyectos en otros países. Hace pocos días Chávez firmó en Santa Marta un armisticio político con el nuevo presidente de Colombia Juan Manuel Santos, con chequera en el bolsillo acordó reconocer la deuda de 800 millones de dólares a los exportadores colombianos, no agradecido con eso también asumió financiar obras bolivarianas en ese departamento. Luz para la calle, oscuridad para la casa.
Edición 1.119. Le invito a oír Diplomacia de Micrófono, de lunes a viernes, de 1:00 a 2:00 de la tarde por La Mejor FM 91.5