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viernes, 6 de agosto de 2010

En buena hora hermanos colombianos // Por: Roberto Carlo Olivares

En buena hora hermanos colombianos

Mañana 7 de agosto de 2010, se posesionará Juan Manuel Santos como el nuevo presidente de la República de Colombia. Ascenderá al cargo de las manos del señor Álvaro Uribe, quien deja la presidencia colombiana con una  aceptación popular del 70% después de ocho años de mandato constitucional. No las tuvo fácil Uribe y no las tendrá fácil Santos, pero la tarea más complicada ya fue recorrida por el presidente saliente y Santos solo tendrá que rematar los cabos sueltos.

Uribe deja a Colombia como el segundo país más próspero, seguro y democrático de toda Suramérica después de Chile.  Bajo su mandato Colombia triplicó la inversión extranjera y redujo a los grupos criminales subversivos de las FARC y el ELN a su mínima expresión. Hace ocho años los terroristas contaban con 20 mil hombres y hoy en día no llegan ni a 6 mil insurgentes. Enfatizando que 1/3 de ellos se esconde en territorio venezolano, amparados en militares corruptos y un régimen forajido presidido por Hugo Chávez.

Colombia ha reducido la pobreza y la criminalidad en más de un 30% y se ha convertido en un destino privilegiado para turistas de todas las nacionalidades. Su moneda se ha fortalecido considerablemente llegando hasta el punto de tener que hacer reajustes fiscales, ya que de lo contrario la economía se vería afectada por la rápida revalorización del peso colombiano. Todo lo inverso de Venezuela y los demás países de la región.

Los secuestros han disminuidos en más de un 50% y ciudades como Medellín, considerada en un época como la ciudad más violenta del mundo, ya no se encuentra ni siquiera entre las más peligrosas de la región.

Venezuela es la antítesis de Colombia y ambos países sirven como ejemplo vivo de lo que se debe y no se debe hacer con una nación. Qué vayan ahora los acéfalos comunistas latinoamericanos que se disfrazan de izquierdosos socialistas, a revisar los índices sociales, macroeconómicos y microeconómicos de Colombia; espero que después de darse un baño numérico de realidad  económica y socio-política, hablen menos sandeces.  

Hace dos años en una columna me referí a Uribe como el “Roosevelt latinoamericano” y ahora lo vuelvo a reafirmar. Creo que Álvaro Uribe no solo marcó pauta en Colombia, sino que en el futuro muchos gobiernos de la región tratarán de emular sus políticas económicas y sociales. Siempre estuvo rodeado de gente muy preparada y sus asesores, entre ellos el mismo Juan Manuel Santos que fue ministro de la defensa, han sido patriotas a carta cabal.

Santos tendrá sencillamente que continuar las mismas políticas de Uribe con una que otra variación personal, nada que no se haya logrado anteriormente en otros países democráticos del mundo. Colombia tiene unas instituciones muy bien valoradas que se fortalecieron bajo el mandato de Uribe y que sirven verdaderamente como contrapeso efectivo al poder ejecutivo del país neogranadino.

La seguridad jurídica es envidiable y precisamente allí radica el quid del asunto. Colombia ha mantenido siempre esa seguridad jurídica como aliciente imperativo de inversión, ya sean capitales nacionales o extranjeros. El dinero es cobarde y nadie que no confié en las reglas del juego, invertirá en países de dudosa reputación como Venezuela. De hecho, muchas empresas y transnacionales se han mudado de Venezuela a Colombia en los últimos años.

Hoy en día Venezuela tiene el riesgo país más alto del mundo y se ha mantenido entre los primeros 5 puestos constantemente. Pareciese ser que en lo único que punteamos a nivel mundial es en criminalidad, corrupción, inflación, desempleo y fuga de capitales.

Indudablemente la tarea más complicada que tendrá Santos será el aniquilamiento definitivo de la guerrilla colombiana. Después de las pruebas que ha presentado Colombia sobre la presencia de los jefes de las FARC en Venezuela y más de 1.500 guerrilleros en territorio venezolano, Santos no tendrá gran opción de maniobrabilidad. Eso lo sabe muy bien él ya que formó parte del plan en conjunto con Uribe y las Fuerzas Armadas colombianas.

Las opciones de Santos son solo dos: O bombardea la frontera y persigue a los guerrilleros en territorio venezolano, única manera de aniquilar a la guerrilla definitivamente, o continúa denunciando a Chávez por la vía diplomática a nivel internacional, incluyendo instancias como la ONU y la Corte Penal Internacional. Con esto lograría debilitar la imagen del gobierno venezolano todavía más, pero les otorgaría a los insurgentes tiempo para reorganizarse y cometer más atentados, cosa que desde mi punto de vista considero inaceptable.

Ya veremos que ocurre entre Chávez y Santos con el tema de la guerrilla y si nuestro enajenado dictador prefiere entregar a los guerrilleros de manera obligatoria y en contra de su corazón, con tal de poder seguir manteniéndose a corto plazo en el poder.

En definitiva nuestros hermanos colombianos viven uno de sus mejores momentos y así como en una época Venezuela era un país envidiable, ahora Colombia se ha convertido en una nación floreciente llena de optimismo y con un futuro promisorio.

Desde mi tribuna escrita le hago un reconocimiento al presidente Álvaro Uribe y a todos los hermanos colombianos. Igualmente le deseo a Juan Manuel Santos toda la sapiencia del mundo y mis mejores deseos serán proyectados por el bienestar de la nación neogranadina. ¡En buena hora Colombia!

Felicitaciones… 
“En la desgracia la suerte nos unió, el valor nos ha unido en los designios, y la naturaleza nos dio un mismo ser para que fuésemos hermanos”
Simón Bolívar
 ¡Patria, Democracia y Libertad!
Roberto Carlo Olivares
06-08-10 
IMAGEN PRINCIPAL:  COLOMBIA / BOLÍVAR Y SANTANDER EN EL CONGRESO DE CÚCUTA / WIKIPEDIA