PAGINAS Y RECORTES

viernes, 10 de diciembre de 2010

Cuando se destruye la naturaleza se acaba la humanidad. Por: Vinicio Guerrero Méndez


Cuando se destruye la naturaleza se acaba la humanidad

Vinicio Guerrero Méndez

"Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda tu alma y con toda tu mente"                                                                 ( Mt. 22, 37)
                                                                            
Estos desastres naturales que estamos viviendo  estas últimas semanas, pareciera que la naturaleza pretende  destruirnos. Fenómenos naturales, que se suceden debido a  la crueldad que la plaga hombre ha ocasionado a la tierra.
Es en estos casos cuando debemos tomar las armas de la compasión, como tarea de justicia social y  amor fraterno y no de  competencia y  oportunismo para lograr meritos hipócritas, como que quien da más o abraza mejor al damnificado.
 Es la compasión que tiene esa capacidad de meterse en la piel y el charco con el necesitado; de ver un futuro tan incierto como el lo ve.  Sentir lo que el damnificado siente.
Es bien sabido que no debemos tirar la basura a la calle, ni desperdiciar los recursos, creo que somos una raza pensante que podría y debería hacer todo lo posible por mejorar nuestro hermoso planeta a la manera en que Dios lo hizo.   ¡Sorprendente! y no lo contrario. Viejos hábitos difíciles de hacer morir
No porque los tiempos hayan cambiado, cambia Dios de parecer. Eso no… Muchos pretenden echarle la culpa a Él. Afortunadamente Dios no necesita que "yo" lo defienda, puede valerse solo sin mi ayuda... pero, Dios no es el directo responsable de la suerte adversa que estamos viviendo; al contrario, nos hemos olvidado de  nuestro Señor; el mismo que nos garantiza la vida y la libertad, para convertirnos en esclavos y servidores de la idolatría traída de otros países, quienes confían en divinidades de hechura humana, con su capacidad de codicia, de acaparamiento y de enemigo de la vida y siempre buscando la dinámica de desigualdad, de opresión,  de sometimiento, falta de respeto a la vida y la justicia, sin darse cuenta de con ello, no nos puede garantizar más que el engaño.
Las promesas no se han cumplido hasta hoy y no se cumplirán jamás, se han vuelto borrosas en la lejanía. Destrucción y desolación es el panorama que nos va quedando a través de estos últimos años.  Un mal recuerdo histórico.  
Pero hay un camino para encontrarse con Dios que no pasa por un templo, culto o iglesia. Eso es lo que muchos de nosotros  imaginamos,  que hallaríamos a Dios en cualquiera de esos lugares; dicho en otras palabras: “El que hace lo que Jesús dice conocerá el origen de sus dones”.
 Lo que Dios nos pide –según Jesús- no es que seamos “religiosos”, sino que seamos “humanos”. Los mandamientos divinos orientan la existencia entera del hombre hacia Dios. Miran al corazón. Dios debe ser buscado con todo el corazón. Jesús llamó este el mayor y primer mandamiento.
La oración! No la dejes nunca por nada. Ella da brillo a tus ojos, ardor a tu corazón, fuerza a tu voluntad. Persevera todos los días, sin desistir y Dios te escuchará.
 Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO MENDEZ
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