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domingo, 19 de diciembre de 2010

LA CASTA MILITAR // Por: Enrique Prieto Silva


LA CASTA MILITAR
 Por: Enrique Prieto Silva
Viernes, 17 de diciembre de 2010
Con el debido respeto a los lectores militares, quienes han opinado sobre el artículo de Elides Rojas sobre “la piratería militar”, me he sentido con la obligación de emitir una apreciación exaltada y parcializada, dada mi condición de ciudadano venezolano que porta en su mente un cúmulo de conocimientos derivados de la incursión en las disciplinas: docente, jurídica y militar; donde con esta última pude hacer expedita una experiencia sobre la base vivencial del ejercicio en las tres disciplinas. Pero con mayor énfasis y claridad, por la oportunidad que he tenido en la vida particular y profesional de lograr las vivencias mencionadas con conocimiento claro del momento vivido, del entorno también vivencial, y de haber sufrido en carne propia los males generados por todos los gobiernos que incluye Elides Rojas en su artículo, pero no comparto el sumun de su trabajo, cuando concluye sobre la base de su apreciación previa de que: "...muchos pensaron que en la casta militar estaba la solución. Son serios, responsables, honestos y muy disciplinados. El país necesita carácter, necesita disciplina, necesita planificación. Pues, tremendo pelón. Son lo mismo que han sido siempre, pero con mayor degradación."
Sobre este contenido quisiera llamar la atención del respetado periodista Rojas, quien en su expresión de que "muchos pensaron que en la casta militar estaba la solución", en el fondo no hay total certeza. En primer lugar, porque no existe ninguna casta militar, sino ciudadanos venezolanos dedicados al servicio militar; y dentro de ellos (me incluyo), actúa cada quien con una personalidad específica, moldeada por el elemento básico de la institución como lo es la disciplina, que incluye, sí, la seriedad, la responsabilidad, la honestidad y otras más virtudes que conforman el perfil de un ciudadano probo, en este caso especializado en las materias necesarias para el ejercicio de la seguridad de la nación, actuando dentro de la institución Fuerzas Armadas. Obviamente, muchos de sus integrantes incursionan en otras disciplinas y se cultivan, inclusive hasta la especialización, en otras disciplinas, como es común, mas nunca se les forma para un gobierno civil, mas, sí para el gobierno militar, que de acuerdo a la doctrina es un gobierno dictatorial que se instituye en situaciones de emergencia luego de operaciones militares, bien por invasión, toma o retoma de territorios despojados. 
Como puede verse, nunca ha existido una institución, “casta” como la llaman, que se prepare para gobernar (no comando militar), siendo esta la razón de que hayamos tenido en Venezuela gobiernos militares, con pocas y fracasadas excepciones después de la independencia, con el agravante de la institucionalización del gobierno paralelo denominado "comandante en jefe", idea de Páez, hoy restituido por Chávez.
En defensa de los militares, que nada tienen que ver con el contubernio "chavecano", debo decir que el error o equivocación estuvo en los políticos, que habiendo sido lacerados por los que insurgieron el 4F y el 27N, promovieron a este teniente coronel golpista, para que "se constituyera en un presidente militar electo después de Medina Angarita". Tamaña confusión y más grave error. El país necesitaba carácter, disciplina y planificación. Es cierto, pero para un gobierno civil no son compatibles ni el carácter, ni la disciplina, ni la planificación militar. El militar se prepara para hacer la guerra, por ello, tanto su carácter como la disciplina se orientan para sufrir las atrocidades  de un enfrentamiento bélico, y los planes son para esas operaciones. Hoy estamos viendo el resultado de lo que ha hecho Chávez, no por pertenecer a una “casta”, que no existe, sino porque después de haber sido derrotado en una operación de rebelión militar, una gran mayoría de venezolanos lo escogió para ser presidente, a pesar de su vómito "por ahora" del 4F. Muchos quisimos hacerles abrir los ojos, sobre la base de lo que he expuesto, pero fuimos tildados de rompe grupos y de melindrosos.
Sobre lo que ocurrió el 11, 12, 13 y 14 de abril del 2002 es tonto elucubrar. La actitud separatista del movimiento por la lamentable rivalidad y ansias de poder, y la ignorancia de los militares que participaron en las acciones de esos días, condujo a lo esperado, el fracaso. El resultado lo vemos hoy y es estúpido pensar, que quienes tuvieron en ambos lados lo hicieron con raciocinio. No cada quien sopesó sus aspiraciones y vio el mundo del lado que mas le interesó. Lo que vemos, un mal gobierno conducido por militares, es lo más lógico del mundo. Zapatero a tu zapato.