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jueves, 20 de enero de 2011

A toda revolución se expropian nuestros derechos…// Por: René Núñez // PORTAHUELO


A toda revolución se expropian nuestros derechos…
 PORTACHUELO/René Núñez (*) 




miércoles, 19 de enero de 2011
Feliz año a todos. Regreso de nuevo como siempre renovado de bríos morales, éticos y ciudadano para seguir escribiendo como lo he venido haciendo en los últimos treinta años de manera perseverante, independiente y responsable.
 En estas cortas vacaciones decembrinas me fue imposible dejar de reflexionar sobre los pensamientos y las acciones encontradas que caracterizan al venezolano común así como su corresponsabilidad por lo que nos está pasando como país, un país empobrecido no sólo por la creciente miseria sino por el desinterés en la defensa de valores y principios básicos de superación y crecimiento personal y familiar.
 Se está ante una conducta ciudadana pasiva, temerosa para rebelarse cívicamente contra el abuso y las restricciones de sus espacios libertarios, de sus derechos democráticos, de sus derechos humanos a ser felices, entendiendo por felicidad contar con una buena educación libre, con una buena salud pública y privada, con unos empleos directos e indirectos estables y seguros, con seguridad natural y jurídica, con un sistema de justicia transparente y objetivo otorgando siempre la razón al que la tiene sin distingo de ninguna índole.
 “Dejar hacer” “Dejar pasar” en espera de la llegada de un Mesías que por obra de gracia vendrá a resolver y a poner orden en el actual estado de desorden general en que nos encontramos, pareciera ser el consuelo de una mayoría de ciudadanos indiferentes ante los cambios requeridos para superar la incapacidad, la arbitrariedad, y la corrupción de quienes dirigen los destinos de esta nación.
 Unos venezolanos indolentes que les importa poco si sus vecinos están haciendo atropellados, vejados, reprimidos, excluidos, o encarcelados por no acatar o compartir órdenes del régimen de pensamiento único. Parten de la errada creencia que a ellos no les va a tocar o pasar nada si se mantienen callados; a sabiendas del sufrimiento derivado de la pérdida progresiva de sus espacios de libertad, de disfrute, de oportunidades, de mejoras, de diálogo, de fraternidad, de solidaridad, de concordia, y de paz social.
 Aprovechando ese silencio cómplice, el régimen ha seguido adelante con su proyecto autoritario de instalación de un sistema político que nada tiene que ver con los propósitos y los principios consagrados en la Carta Magna democrática del 99.
 Lo ocurrido en diciembre con la aprobación de más de 50 leyes sin discusión y debate plural de ideas, incluyendo la habilitante por año y medio otorgada al poder ejecutivo, la modificación del reglamento del debate interno de la AN, y la orden masiva de expropiaciones en el sur del lago de Maracaibo, nos muestra el desprecio total del régimen por la voluntad popular mayoritaria que se expresó en septiembre pasado para elegir una asamblea nacional plural.
 Después de dejarnos inhabilitados democráticamente en diciembre, el Presidente se presentó este sábado último a la AN a rendir cuentas como si no hubiera roto una silla; en siete horas de discurso hizo un esfuerzo sobre natural para comportarse como un demócrata respetuoso del adversario, tolerante de la crítica, conciliador, y reconocedor del trabajo exitoso del empresariado privado. Para nada hizo referencia del problema de la inseguridad, de la vivienda, como siempre, continuó con la práctica de ofrecer soluciones a futuro después de haber recibido 970 mil millones de dólares por renta petrolera en los últimos doce años...
 A Guayana no la tocó en su discurso para nada; claro, no tenía más promesas de las ya anunciadas como solución a nuestros graves problemas, y lo mejor era hacerse el desentendido de las cifras que arrojan en rojo, sin excepción, todas las empresas básicas, las expropiadas, y la renacionalizada como Sidor. Para disfrazar esas gestiones maulas y con la perversa intención de asumir un control mayor y directo de ellas sin interferencia sindical, inventaron las corporaciones socialistas, actualmente en diseño, donde se centralizarán todas las funciones del hierro, del acero, del aluminio, etc.; sin presidentes ni gerentes, con mandos de bajo nivel direccional cuyos supervisores serán elegidos en portones por los trabajadores.
 Tampoco en la larga alocución presidencial se hizo referencia a los recientes convenios internacionales suscritos por la CVG con algunos países asiáticos donde supuestamente se habrían hipotecado más del 60% de la producción de minerales por varios años a cambio de préstamos, cuyos montos son desconocidos por los trabajadores de Guayana, quienes lo reclaman con justicia por lo menos para que sean invertidos en sus fábricas a fin de detener la obsolescencia de equipos, por un lado, y la adecuación y mejoras de los procesos tecnológicos por otro; además para ponerse al día con los altos pasivos laborales.
 No hay duda, se está ante un gobierno catódico, que gobierna desde los micrófonos y cámaras de radio y televisoras, donde los resultados y la calidad importan poco, más no lo ideológico, que es la prioridad de las “políticas públicas".
 Quienes crean que la derrota del régimen en el 2012 será fácil, están equivocados, pues el gobierno hará todo lo posible para evitarla al costo y riesgo que sea, lo de “no volverán” no es un juego, sino una advertencia. Por ello la Unidad nacional debe privar sobre la unidad democrática.
Twitter: @renenunezr
Pueden oírme en Diplomacia de Micrófono, de 1:00 a 2:00 pm por la emisora La Mejor FM 91.5, acompañado del periodista Armando Grúber