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jueves, 3 de febrero de 2011

Sentido común= libertad+respeto // Por: René Núñez // PORTACHUELO

PORTACHUELO/René Núñez (*) 
jueves, 03 de febrero de 2011 
Sentido común= libertad+respeto

Hemos caído muy bajo como país. Inimaginable. Pero realidad nacional. No puede ser, un grupo importante de venezolanos, por cuatro miserables lochas devaluadas hayan perdido el sentido común de sus vidas. Llegando al extremo de no importarles la reducción y el deterioro progresivo del sistema de libertades, ni el irrespeto a normas y principios, derechos humanos y derechos democráticos por parte de quienes se suponen han de ser modelos de una sociedad por gobernar para todos y sin exclusión alguna.
 Ignorantes o se hacen los desentendidos de que el proyecto político en marcha no les va a afectar sus vidas, pobres los pobres quienes al final son los más golpeados económica, social y jurídicamente.
 Inexplicable. Cuando se suponía que la democracia, con todas sus deficiencias, sus errores, sus desaciertos, era la mejor vía para la lucha social reivindicativa, aparece de repente ese grupo de compatriotas con precios en su conciencia prestándose a semejante estafa social, al plegarse a un proyecto autoritario maquillado de demócrata cuyos propósitos, en una primera etapa, contempla y así está ocurriendo, la destrucción de la economía privada y la conculcación progresiva de los derechos de propiedad, los derechos civiles, los derechos mercantiles, los derechos políticos, y los derechos humanos. La segunda, vendrá cuando todo el control de la sociedad esté centralizado y asegurado, para luego emular aquel acto público de declaración del comunismo en Cuba por Fidel Castro, dejando de lado la promesa de justicia social y liberal. Cuba, ejemplo de atraso y de miseria bajo la dictadura de los hermanos Castros, autores intelectuales y materiales del secuestro del progreso y el desarrollo del pueblo cubano.
 La realidad es que el proyecto del atraso social venezolano sigue en marcha, copiando los pasos del modelo castrista. “No hay vuelta atrás”. “La revolución vino para quedarse”. Son “mensajes a García”.
 No hay duda, por la confusión y la manipulación discursiva el socialismo del siglo XXI ha logrado asentarse en las clases más débiles, la estrategia perversa de lucha de clases, la constante incitación al odio y a los resentimientos sociales, ha dado frutos importantes. Entretanto, los vivos de arriba se han dedicado a enriquecer sus cuentas personales y hacer grandes negocios de todo tipo y a todo nivel, escondiéndose detrás de la prédica revolucionaria.
 ¿Qué hacer? ¿Cómo hacer? ¿Cuándo hacer? Son las preguntas que se hace a diario una inmensa mayoría, la cual la dirigencia recta, decente y fiable democrática ha de responder para recobrar no sólo la esperanza sino la dignidad en procura de pensar en un futuro posible con progreso y desarrollo estable y duradero, mediante la creación de empleos, seguridad natural y jurídica, con la autonomía e independencia de poderes públicos capaces de ser accesados por cualquier ciudadano en la búsqueda de respuestas oportunas, serias y justas.
 Todos tenemos que asumir unidos ese compromiso, un acuerdo ciudadano de país más allá de partidos y gobiernos, como debe ser. Un derecho humano no dependiente del reconocimiento por parte del Estado o de un partido político alguno, sino como un derecho inherente a la vida humana.
 Inaceptable, se nos trate de diferenciar por razones culturales, sociales, religiosas, ideológicas o partidistas. La vida de todos merece respeto. Por encima de ella no hay otra prioridad. Tanto gobernantes como gobernados, se deben a ese respeto, un respeto mutuo sin distinción de nivel de autoridad o condición social
 Los derechos humanos son principios irrenunciables. Por tanto, nos rebelamos y debemos todos hacerlo cada vez sean desconocidos, ignorados o pisoteados por alguien. No podemos dejarnos atemorizar ni silenciar por invocar un justo y humano reclamo.
 Nadie por el nivel de autoridad o condición social y económica que tenga tiene derecho a valerse de la legitimidad para violarlos o ir contra ellos. No señor. Los derechos humanos nunca prescriben. Es nuestro deber siempre de recordarlos, a pesar del chantaje de la amenaza y de las restricciones.
 Tengámoslo muy claro compatriotas. La vida por naturaleza es evolutiva. Quienes la impidan, merece de nosotros rechazo categórico. Aquí es cuando tenemos que entender una vez por todas, que no se trata de un problema ideológico. Sino de una necesidad de evolución mas no de involución o atraso social como hasta hora ha resultado el proyecto revolucionario, donde un grupo reducido de burócratas del poder gozan de privilegios, de seguridad integral, viven como reyes, mientras los demás quedan condenados a la miseria y a la pobreza, a la violencia, a vivir con la escasez, sin capacidad de elección de gustos, de preferencias, y de posibilidades de crecer dignamente como ser humano.
Twitter:@renenunezr
Pueden oírme en “Diplomacia de Micrófono”, de 1:00 a 2:00 pm por la emisora LaMejor FM 91.5, acompañado del periodista Armando Grúber.
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