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viernes, 11 de marzo de 2011

Lina murió disgustada por las últimas liberaciones // Humberto Berroteran, esposo de Lina Ron,


Humberto Berroteran, esposo de Lina Ron, recordó en entrevista a Actualidad de Unión Radio, lo que fue la vida de la dirigente política fallecida el pasado sábado. Aseguró que ella predicaba con la palabra y con el ejemplo. “Era la mujer más desprendida que yo haya conocido”.Unión Radio

Indicó que era “entregada totalmente, no le importaba el recoge latas, el homosexual, la lesbiana, el descamisado, como ella los llamaba. Era entrega totalmente y por supuesto una gran ama de casa, muchos desconocían como era Lina en la cocina”.

Berroteran dijo que su casa siempre se llenó de personas con problemas, “y siempre se le buscaba la solución, siempre había una alternativa”.

No obstante Berroteran indicó que Lina Ron falleció “muy molesta” por las últimas liberaciones. “Cuando se enteró que habían soltado a este hombre que fue capaz de poner bombas en las Embajadas de Colombia y el Consulado de España", refiriéndose al general Felipe Rodríguez, alías el Cuervo.


FUENTE: Unión Radio


Hola a Todos

Tres versiones: Chaffardet, Gustavo y Eddie.

Saquen sus propias conclusiones.

Saludos.
 
VERSION JOAQUIN CHAFARDET

Subject: J. Chaffardet: sobre Lina Ron

Ni una letra de más, ni una letra de menos.

Como diría Gramsci: "sólo la verdad es revolucionaria".

Saludos A.

J. Chaffardet a propósito de Lina Ron

¿Sembrada en el amor del pueblo?… o en la ignominia.

En nuestro país es casi una obligada tradición que al fallecimiento de una persona le sigue un automático “perdón de los pecados”, siendo que para quienes somos, o creemos ser, cristianos tal perdón solamente lo puede otorgar Dios. Perdón que dependiendo de la fe que profese cada quien se obtiene de diferentes maneras. Pero los venezolanos, que somos “buena gente”, sensibleros y adicionalmente cortos de memoria histórica, usurpamos esa potestad del Supremo y rápidamente procedemos a perdonar cualquier conducta reprochable y condenable del fallecido. Es como si la mujer de la guadaña venezolana se llevara consigo a la eternidad los daños y tropelías que en vida cometió el fallecido, dejándolo libre de pecado en la tierra de los mortales.

Hoy hemos sido sorprendidos con la noticia de la muerte de la impropiamente calificada por sus copartidarios y los medios de comunicación como la

“dirigente” o “líder social” o “comandante” Lina Ron. Personaje que no pasaría de ser uno de tantos que adornan la picaresca y el folklore criollo, por sus disfraces de militar y sus cabellos teñidos de amarillo chillón que parecían tratar de ocultar su origen étnico. Pero Lina Ron fue más que un personaje folklórico, fue un personaje siniestro, actor y producto de la siembra de odio y violencia por parte de quien fue la razón de su vida y de su accionar: El Iluminado de Sabaneta.

Lina Ron se presentó y cultivó para sí la imagen de la violencia física y verbal con el apoyo expreso o tácito del régimen. Sus agresiones de toda índole, físicas, armadas y verbales contribuyeron a sembrar odio, temor y dolor en individualidades e instituciones. Invasiones y asaltos a mano armada de edificios y otros inmuebles en complicidad con los verdaderos estafadores inmobiliarios. Promotora de actos de terrorismo como la bomba en Fedecamaras. Su actividad, desde el primer día en que apareció en la escena pública, estuvo signada por el atropello y la violencia con alevosía y ventaja, apoyada en la complicidad y la complacencia del régimen. Sus acciones se encuadran dentro de lo que se denomina terrorismo de Estado. El grupo de facinerosos armados por el régimen y dirigidos por ella en poco se diferencian de los Tonton Macoutes de Duvalier o de los Paleros de Chapita Trujillo, que sembraban el terror en la población y cobraron la vida de miles de ciudadanos en Haití y República Dominicana.

Lina Ron fue cultora y predicadora del odio y la violencia, practicante apasionada del culto a la personalidad, eufemismo para decir jalabolismo, de su comandante presidente. Una de sus frases famosas en este sentido fue "Con Chávez todo, sin Chávez plomo", clara expresión su primitivismo que no era sino el mismo del régimen chavista.

Las agresiones de Lina Ron tuvieron como víctimas a simples ciudadanos que manifestaban pacíficamente contra el régimen, instituciones como Globovisión, El Nacional, RCTV, el Arzobispado, embajadas, Fedecámaras, etc.

Actos de terrorismo que llevó adelante siempre con el apoyo abierto del gobierno y en particular de la Guardia Nacional y los cuerpos de seguridad.

Para llevar adelante sus tropelías, Lina Ron y sus grupos de delincuentes disponían, y disponen todavía, de armas de fuego de todo tipo y de bombas lacrimógenas provistas, sin duda alguna, por el mismo gobierno.

Lina Ron, tenía “licencia para agredir y hasta para matar” emitida por el mismo Iluminado de Sabaneta. Gozó a lo largo de su trayectoria de agente de la violencia de impunidad total. Por supuesto, no hubo juez que culminara ninguno de los procesos que se intentaron contra ese destacado icono de la violencia delincuencial oficialista. Lina Ron fue la imagen más cruda pero quizás la más ajustada a la verdadera naturaleza del régimen que acogota a los venezolanos. Paradójicamente, su rival en materia de violencia fue su idolatrado comandante presidente al que, por razones obvias, nunca pudo superar. A lo mejor esa circunstancia le habrá permitido viajar al más allá con la tranquilidad de no haber traicionado su eterna lealtad a su comandante presidente.

Lina Ron pasará a la historia pequeña de la patología nacional como cultora del odio y de la violencia. Su rostro, su voz, su lenguaje y sus disfraces militares que proyectaban con precisión sus oscuros sentimientos, le permitirán a las futuras generaciones hacerse una idea de los desmanes del “socialismo del Siglo XXI” y de la boliburguesía chavista que hemos tenido que soportar los venezolanos de hoy.

Para el oficialismo es una pérdida importante. Es la pérdida de uno de los iconos de la violencia del régimen. En nombre del régimen adolorido y consternado, el inefable Izarra, al anunciar la muerte de esta prócer del proceso, escribió en twitter: "Honor y gloria a Lina Ron. Quedará por siempre sembrada en el amor del pueblo". “Honor y gloria a Lina Ron” es “honor y gloria a la violencia y al primitivismo chavista”. Y como se anunció será enterrada en Cementerio General del Sur, Lina no quedará “por siempre sembrada no en el amor del pueblo”, sino sembrada por siempre en la ignominia que es ese cementerio para los caraqueños y para todos los venezolanos. Es la elección más apropiada para depositar sus restos mortales. En su sepelio, como en el de cualquier malandro capitalino, no faltarán los grupos de delincuentes motorizados haciendo tiros al aire y amedrentando a los compradores y vendedores del mercado popular de El Cementerio.

Con la muerte de Lina Ron desaparece un importante agente de la violencia y la inseguridad que hoy atormenta a los venezolanos. Su desaparición, después de las sucesivas desapariciones de Luis Tascón perseguidor de la libertad y promotor de la persecución política, de William Lara promotor de la censura y enemigo de la libertad de expresión, de Guillermo García Ponce homicida de vieja data, ideólogo del PSUV y adulterador de la verdad desde el panfleto oficialista VEA, de Muller Rojas promotor de la destrucción de las fuerzas armadas, pareciera ique la sabia naturaleza se ha tomado muy en serio el allanarnos en alguna medida el camino hacia la liquidación del totalitarismo.

JOAQUIN CHAFFARDET

VERSION GUSTAVO

Las Armas de Coronel

Dedicado a documentar los abusos de poder del régimen chavista, para el conocimiento de la gente de hoy y de la gente del futuro.

sábado 5 de marzo de 2011


La herencia de Lina Ron

La herencia que nos deja la desaparecida dirigente chavista Lina Ron es una de odio, agresión y deformación ética. Hace un mes “Quinto Día” publicó una entrevista con esta dirigente, llevada a cabo por Sabastiana Barráez, que la pinta de cuerpo entero. No hay manera de engañarnos porque es ella quien habla, aún llena de vida y viendo hacia un futuro que parecía sín límite de tiempo.

Responde a una pregunta sobre corrupción en el régimen diciendo: “podría decir mil nombres, pero tengo una ley de vida: ‘Yo, delatora y sapa ¡Jamás!’. Como acompañante, hermana, fiel combatiente de mi comandante en jefe Hugo Chávez, debería ser él quien respondiera esa pregunta”. Ya en esta respuesta tenemos unas coordenadas bastante precisas sobre la moral de la señora Ron. Según ella la denuncia con nombre y apelidos de corrupción es una “delación”. Y, agrega, “no soy sapa”. Al decir esto, al negarse a dar nombres, está admitiendo ser parte integrante, cómplice, de ese inmenso sancocho de malandros y podredumbre en el cual se convirtió la mál llamada revolución “bolivariana”. Pero hay más, Lina Ron dice que debe ser su jefe y hermano, Hugo Chávez, quien responda a esa pregunta. Sabe que el jefe de la pandilla, el malandro mayor, nunca va a denunciar a ninguno de sus secuaces de corrupción.

Sin dudas, Lina Ron fue una cómplice activa de la pudrición moral imperante en la revolución chavista.

Luego dice Lina Ron que “todos los diputados opositores de la Asamblea Nacional son de derecha”, como si ello fuera un estigma. Esa pobre mujer no supo nunca que hablar hoy en día de izquierdas y derechas es mostrar estupidez. Chávez es de ultraderecha en muchos aspectos mientras Oswaldo Alvarez Paz es claramente de izquierda en otros. Lo que existe realmente en cualquier país es liderazgo honesto y liderazgo deshonesto, ladrones y gente decente, abusadores y gente amante de las leyes. O es que alguien todavía piensa que Mugabe, Kim IL Sung, Castro, Chávez, Obiang, Gaddafi y Kirchner son de izquierda, en el sentido de ser “buenos”? No. Ellos son o fueron malandros, bajo todos los índices existentes de la definición entre lo que es digno y lo que es indigno. Y quien lo dude solo tiene que ver las estadísticas sociales y económicas en los países que hn manejado, para darse cuenta de que esta pandilla de malhechores ha destruído naciones enteras, convirtiendo sus sociedades en legiones de limosneros y esclavos.

Termina diciendo Lina Ron que si “Chávez llegase a perder [las elecciones de 2012] habría “combate, plomo. Si perdemos las elecciones, que no las vamos a perder, habría torturas, persecuciones, revueltas populares en todos lados”, y a esto agregó: “no vamos a perder, porque si perdemos lo que viene es una guerra civil. La ultraderecha nos odia a muerte”.

Esta señora, al decir esto, mostró desconocer lo más elemental del juego democrático ( a pesar de que decía representarlo). Afirma que si “perdemos, hay plomo”. Ni más ni menos. Si perdemos, dice, le damos un palo a la lámpara, si perdemos hay muerte, si perdemos vamos a arrebatar.

La herencia de Lina Ron es una de mediocridad y complejos. Es el legado de quien salió de la montonera para tratar de convertirla en ley. Yo espero que nuestros niños del futuro lean a Gallegos, a Picón Salas, a Uslar Pietri y Briceño Iragorry y no pierdan su tiempo con los videos llenos de odio de la Sra. Ron, parte de una Venezuela de pesadilla que seguramente irá a parar al basurero de la historia

Publicado por Gustavo

VERSION EDDIE

Lina Ron
Eddie A. Ramírez S.

El fallecimiento de la señora Lina Ron no me trajo a la memoria como primer pensamiento los múltiples abusos que cometió en nombre de una revolución en la que creyó de buena fe. Al contrario de Chaderton, José Vicente o de Carlos Escarrá, Lina fue una chavista auténtica, convencida de que su Comandante es un adalid de los pobres y que la revolución permitiría la construcción de una Venezuela mejor.

Mientras muchos chavistas vagabundos se dedican a saquear al país y a defender solo de boca a la revolución, Lina se fajaba a combatir a quienes consideraba lacayos del imperio y obstaculizadores del proceso que conduciría al “hombre nuevo”. Fue una víctima del engaño perverso de quien tanto admiró y por quien hubiese dado su vida. Defendió la revolución de la única manera que sabía, es decir con insultos y agresiones hacia cualquiera que no comulgara con las ideas de su Comandante.

Su agresividad innata la hizo acreedora de la rabia o la burla de muchos y, seguramente, algunos se alegrarán de su fallecimiento. Quien esto escribe comprende su manera de actuar a la que fue inducida por el odio que predica el inquilino de Miraflores, el cual ha contagiado a muchos compatriotas. Quizá por falta de oportunidades y de formación, sus reacciones eran impulsivas. Era auténtica, de un solo discurso, no tenía las máscaras de celestinas que lucen muchos jueces, fiscales, ministros y otros jerarcas del régimen que condenan a inocentes o defienden lo indefendible para conservar prebendas y lucrarse con los recursos del Estado. Paz a sus restos.

COMENTARIO Y REMISIÒN:


La vida es una obra de teatro que no permite ensayos... por eso,canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada minuto de tu vida, antes de que baje el telón y la obra termine sin aplausos.

Nancy Iriarte Díaz.