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jueves, 21 de abril de 2011

Al margen de la Constitución Nacional // FERNANDO OCHOA ANTICH | EL UNIVERSAL

 
Al margen de la Constitución Nacional
FERNANDO OCHOA ANTICH |  EL UNIVERSAL
domingo 17 de abril de 2011  05:50 PM
La inaceptable amenaza a los venezolanos que significó la celebración del 13 de abril de 2011, debe ser motivo de reflexión de la Mesa Democrática. No es fácil de explicar, si no hubiese aviesas intenciones de intentar controlar el poder por cualquier medio, que Hugo Chávez se atreviese a presentar 300 batallones de milicianos armados de fusiles, acompañados de los militantes de su partido, en un mitin político que tuvo por objetivo lanzar su candidatura presidencial, desafiar a la oposición y presentar, en una demostración de fuerza, a las Milicias Bolivarianas. Si el régimen chavista tuviese la intención de respetar el resultado electoral, no tendría ninguna razón para organizar un acto político, descaradamente violatorio de la Constitución Nacional. No estoy planteando un Plan "B", ni mucho menos...

Las salidas no constitucionales de las crisis políticas perdieron su vigencia en los dolorosos acontecimientos del 11 de abril de 2002 y de la huelga general de 2003. Lo que sostengo, es la necesidad de prever diferentes acciones que limiten las posibles artimañas que, estoy seguro, debe estar planificando Hugo Chávez para lograr ganar las elecciones presidenciales de 2012. Un buen ejemplo de ese riesgo está en las maniobras dilatorias del Consejo Nacional Electoral para entregar el cronograma electoral. No es posible olvidar, que justamente el retardo injustificado de la fecha del Referendo Revocatorio de presidente de la República le permitió a Hugo Chávez salir airoso de ese reto. Es necesario presionar popularmente al CNE para obligarlo a establecer la fecha de las elecciones presidenciales.

Esa presión no puede orientarse exclusivamente a enfrentar las triquiñuelas electorales de Hugo Chávez, sino que debe ampliarse a combatir todas las acciones inconstitucionales que realice el régimen. Oponerse, por ejemplo, a la Reforma de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada debería ser objetivo prioritario de la oposición. Esta reforma coloca al gobierno chavista al margen de la Constitución Nacional. Es una violación de tal magnitud del orden constitucional que no es posible aceptarla y dar el caso por cerrado. Se requiere movilizar a los venezolanos a objeto de cuestionar ese acto de ilegalidad. Es necesario, además, convencer a los miembros de la Fuerza Armada del inmenso riesgo que vivirá su profesión como consecuencia de muchas de las normas allí aprobadas, sin ni siquiera haberse debatido en su propio seno.

En estos días, Oswaldo Páez-Pumar escribió un excelente artículo, en el cual analizó la gravedad de lo ocurrido. Su razonamiento fue irrefutable: en la introducción de la ley, Hugo Chávez estableció que dicha reforma se propone "lograr la mayor eficacia política y calidad revolucionaria en la construcción del socialismo, mientras que la Constitución Nacional dispone que la Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política...al servicio de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna". Más adelante sostiene "que el teniente coronel Hugo Chávez se propone violar la Constitución Nacional y en efecto la viola, porque son antitéticos los fines que la Constitución Nacional le señala a la Fuerza Armada Nacional y los que se propone alcanzar con la Ley".

Este hecho es de suma gravedad, ya que de aceptarse se abrirían tales posibilidades de maniobra a Hugo Chávez que sería realmente muy difícil lograr el reconocimiento de una victoria electoral. Dije anteriormente, que era imprescindible convencer a los miembros de la Fuerza Armada de los riesgos que corre su profesión. Eso sólo es posible lograrlo mediante una campaña a través de los medios de comunicación que cree una verdadera matriz de opinión que rechace esa arbitrariedad. Los miembros de la Fuerza Armada deberían responderse, entre muchas, las siguientes preguntas: ¿Qué significa que el presidente de República ostente el grado de comandante en jefe y dirija el desarrollo general de las operaciones militares? ¿Por qué se disminuye la importancia de los comandos de Fuerza?

¿Por qué al clasificar el personal militar no se nombra la milicia? ¿Por que al establecer el otorgamiento de los grados militares sí aparece el oficial de milicia? ¿Pueden ser extranjeros los oficiales de milicia? ¿No debilita los valores militares que puedan ascender a oficial de milicias personas sin profesión militar? ¿Qué efecto tendrá en los ascensos militares que los oficiales que asciendan a general en jefe y a mayor general no tengan límites en el tiempo de servicio? ¿Por qué se remite al reglamento los grados y jerarquías de milicia y, al contrario, sí se desarrollan los de la Fuerza Armada? ¿Por qué se limita el ascenso hasta ciertos grados de los oficiales técnicos y de tropas y no así los de milicia? Respóndanse ustedes mismos.

fochoaantich@gmail.com
FUENTE: EL UNIVERSAL
REMISION: Edgar Morillo