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viernes, 3 de junio de 2011

AQUEL CORONEL… // Por: YAYITTA RAINIERO


AQUEL CORONEL…
Cuando nos referimos a un coronel, pensamos en una figura siniestra, amañada a las rígidas enseñanzas de una férrea educación castrense, lo vemos como un ser desprovisto de sentimientos, incapaz de sentir compasión, cariño y amor por sus semejantes. Ese  tipo de coronel es un ser apático, desinteresado en cuanto a nobleza, desconocedor del carisma que todo ser humano tiene que sentir ante el dolor  ajeno; antes por el contrario, es un ser materialista, subyugado por la apetencia de futuros lujosos, de posesión de grandes cosas como mansiones, yates, joyas costosas, viajes, mujeres licenciosas o no, por supuesto, con dineros mal habidos en pro de su propio beneficio, se transforma en un ser creído que se siente seguro cuando le ofrecen prebendas o cargos importantes  que sabemos son ficticios y se convencen ante la vista de un puñado de míseras monedas, en la creencia que por arrodillarse y hacer manifiesta la humillación sumisa adoptada para  vender su alma inclusive al diablo, cierran su corazón a la sensibilidad y a la bondad, sin respetar su propia vida, a su familia, madre, padre, esposa (o) e hijos Este coronel no tiene sentimientos, corazón ni fe. Abundan los miles de ejemplos que tenemos de esta clase de coroneles despiadados,  aberrantes, torpes, atorrantes, infieles, incultos que son una verdadera lacra, que no son merecedores de llevar el nombramiento y el apelativo de coronel. Este grado, adquirido quizá mediante triquiñuelas y no por condición o vocación militarista, le queda grande al que lo posea de manera fraudulenta, algunos afortunadamente no pudieron llegar al grado honorífico de coronel, por intrigantes y pésimos estudiantes, lo cual a la vista, le resta los méritos que a otros con valor y jerarquía,  merecen toda clase de condecoraciones y reconocimientos.
Toda regla tienes sus excepciones y por supuesto, en esta ocasión, estoy segura que sí existen las excepciones en las reglas: tal es el caso de un soldado de nombre John Gebhardt, destacado en Afganistan, quien al darse cuenta de que una familia entera fue vilmente ajusticiada, quedando herida una pequeña con un balazo en su cabecita,, surgió en el sentimiento del militar, la honra de sentir el amor por su prójimo y actuando en su condición de hombre y padre honesto, de principios fundamentales, se hizo cargo de la pequeña, la cual apoyada en su regazo comenzó a mejorar, quedando demostrado que no importa la férrea enseñanza castrense, sino la fe, la bondad y la honradez, para dar paso a la conmiseración para con los desposeídos.
Pero no es solo este caso  digno de alabanza; en Venezuela  abunda  una pléyade de abnegados, honrados, honestos, leales hombres y mujeres que recibieron el honroso titulo de Coroneles con el orgullo y la promesa inquebrantable de servir con dignidad  y respeto, lealtad y fidelidad a su juramento. Estos hombres y mujeres probos son adalides en la defensa de los  valores intrínsecos de la Patria. En todas y cada una de las ramas de los ejércitos militares de Venezuela existieron y existen Coroneles de gran valía, capaces de dar su vida (en efecto lo han hecho) por defender sus ideales, como ha sido el caso de los valientes y aguerridos Coroneles de la Aviación Militar Venezolana, siempre dispuestos  a darlo todo en pro de ayudar al prójimo en momentos de desastres. Muchos de estos valerosos Coroneles han sido dados de baja y emigrados a otros países por situaciones adversas que no les han permitido continuar con una carrera que a todas luces, era la seguridad de la Patria; otros han perdido sus vidas en acciones de trabajo allende los mares, obedeciendo y sirviendo en otros menesteres. 

No soy militar, más debo agradecer a los valientes Coroneles de la Fuerza Aérea Venezolana, piloteando los magníficos helicópteros Súper Puma, quienes arriesgaron sus vidas, para rescatar a los damnificados de la tragedia de La Guaira, motivado a la terrible y dolorosa vaguada del año 1999. En estas operaciones participaron los Pilotos Orgánicos del Grupo Aéreo de Operaciones Especiales No 10 de la Fuerza Aérea Venezolana, Base Aérea de Palo Negro del Estado Aragua, los Pilotos No Orgánicos entrenados en los Helicópteros Súper Puma AS-332-B1. El Comandante de Operaciones Aéreas de la FAV G/B (av.) César Arteaga Arteaga y el Comandante del Grupo No 10 Coronel (av.) Víctor Palencia Alarcón Entre estos valiosísimos personajes mencionamos al Coronel (av.) Sammy Landaeta Millán.

HONOR A QUIEN HONOR MERECE.

YAYITTA RAINIERO
Yayitta55@hotmail.com

IMAGEN:
Helicópeto Super Puma -AS332-B1- de la Fuerza Aérea Venezolana, durante en Operativo de Busqueda, Rescate y Salvamento realizado en ocasión de la Tragedia de Vargas. Estado Vargas.  VENEZUELA. Diciembre de 1999.