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lunes, 6 de junio de 2011

Chávez el opio que destruye a Venezuela // Por: Coronel (GN) Antonio Semprun




La ineptitud y el fracaso son estigmas de quienes nacen perdedores.
- Antonio Semprun -

Cnel. (GN) Antonio Semprun
Oficial de Plaza Altamira

DOMINGO 5 DE JUNIO DE 2011

Chávez el opio que destruye a Venezuela

La historia de América Latina está marcada por dictaduras y caudillos. Venezuela no escapa de esa triste historia. Durante la era del General Juan Vicente Gómez, con los recursos de la renta petrolera que percibió Venezuela se crearon grupos de capitales que fueron aprovechados a través del presupuesto de estado en forma de compras del gobierno, de contratación de trabajo, en pagos de sueldo y salarios de una cantidad creciente de funcionarios públicos en forma de créditos públicos y subsidios. En el año 1929, con los recursos de la renta petrolera, el dictador canceló la deuda interna y externa que el país había heredado el siglo anterior.

En los años cincuenta hace su aparición en el escenario nacional Marco Evangelista Pérez Jiménez, después de participar en el derrocamiento del gobierno democráticamente electo del General Isaías Medina Angarita y derrocar a Rómulo Gallegos, el alto mando militar le transfirió los poderes de la junta de gobierno, comenzaría en Venezuela otra época de férrea dictadura militar en la que se enunció la doctrina del Bien Nacional. Su gobierno fué una dictadura autoritaria y personalista que silenció a la oposición, prohibió la existencia de algunos partidos políticos, cerró medios impresos e impuso la censura a la radio y la televisión.

Durante esa época se incentivó la inversión de capitales extranjeros, se promovió la eliminación de ranchos y se desarrolló un plan de súper bloques para resolver el problema de viviendas que afectaba a los venezolanos de escasos recursos, se construyeron Conjuntos Académicos Militares, el Círculo Militar, el Hotel Humboldt, construido en la cima del Ávila y unido por un lado a la ciudad y por el otro a la costa marina a través de un teleférico, las avenidas Andrés Bello, Nueva Granada, Sucre, Victoria, prolongación de la avenida Bolívar, San Martín, Urdaneta, Páez, Fuerzas Armadas, México, Paseo Los Ilustres, se construyeron carreteras, puentes y obras de gran envergadura con las que modernizó al país, todo esto fué posible al ingreso obtenido de las exportaciones de petróleo que generaban la entrada de enormes divisas al país para entonces el régimen cambiario era de 3.09 bolívares por dólar.

Se inauguró la autopista Caracas-La Guaira, el Círculo Militar, los teleféricos del Ávila y Mérida, la red de autopistas y carreteras de Caracas con modernos e imponentes distribuidores, las autopistas Caracas - La Guaira, Valencia-Tejerías, la carretera Panamericana que une el estado Táchira con la capital del país, la Barinas - San Cristóbal y la Barinas - Apartaderos que permitió la salida a los Andes Venezolanos. Se implementó un plan salud con un hospital en cada Estado de Venezuela, así como grandes desarrollos de edificios de apartamentos para viviendas. Se inició la red ferroviaria y la construcción de la carretera de la costa que uniría el oriente con el occidente del país. Durante esa dictadura Venezuela reafirmó su soberanía sobre Los Monjes. Según los comentarios de quienes vivieron aquella época se podía dormir con las puertas abiertas sin el temor de ser robados o asesinados.

Fueron años de dictadura en los que son innegables los efectos negativos en contra de la democracia y que dejan ver la diferencia entre dictadores. Actualmente Venezuela vive su etapa más oscura a pesar de haber tenido el mayor ingreso petrolero de su historia contemporánea. A partir de 1.917 con la explotación petrolera se inició la transformación de la sociedad lo que permitiría superar el estancamiento característico de un país netamente agropecuario, la ineptitud e incapacidad del dictador de turno ha hechos que los venezolanos vivan hoy peor de como se vivía cuando la economía venezolana dependía del agro donde los principales productos eran el café y el cacao.

En la Venezuela de la revolución rojita las obras de infraestructura no existen materialmente, la delincuencia asesina más de 160.000 venezolanos al año, la tasa de inflación es de 22.9% la más alta no del continente, del mundo, con el colapso del sistema judicial ha creado grupos parapoliciales que operan con impunidad fungiendo como escuadrones de la muerte para contener el hampa o en su defecto actúan como bandas delictivas dedicadas al secuestro y al narcotráfico. No existe visiblemente un aparato represivo como la Seguridad Nacional (SN), existe un CICPC, que utiliza la tortura como medio de disuasión para sacar información o inventarla pretendiendo resolver un delito cometiendo delitos, en el régimen del actual dictador venezolano la soberanía no se reafirma se le entrega al narcotráfico y al terrorismo, los venezolanos de hoy deben imitar a los cubanos, hacen largas colas en los supermercados para comprar aceite, leche, harina, carne, toallas sanitarias, pañales, azúcar, gas y deben hacerlo en forma racionada.

El petróleo ha sido la bendición que por ahora ha condenado el futuro del país. Los gobiernos y las dictaduras anteriores que han marcado el rumbo de Venezuela se han beneficiado grosera e irresponsablemente del recurso fósil y sólo han invertido pequeñas dadivas para contribuir al progreso y desarrollo de Venezuela. En la última década lo generado por el subsuelo venezolano se ha utilizado para crear una nueva clase social, para ayudar al desarrollo en otros países, para comprar silencios y complicidades y destruir la democracia venezolana.

Esto es lo que caracteriza la dictadura que personifica el infame dictador de turno, un país en el que se han dividido las familias, donde se ha inculcado odio hacia iglesia motivando irrespeto y profanación hacia imágenes religiosas, ha forjado amistad con personajes que pisotean, humillan y asesinan a sus conciudadanos. Está destruyendo la Venezuela que lo formó, la Venezuela que tuvo instituciones independientes que permitieron lo absolvieran a pesar de la violación a las leyes y las muertes que conllevaron su inmoral atentado contra la democracia. El dictador venezolano es un individuo a quien la historia le puso en las manos un país rico con todas las ventajas para hacerlo uno de los mejores de la región pero su oceánica incapacidad lo está destruyendo. Vive inmerso en la egolatría y el narcisismo, sentimientos que en sus más intimas reflexiones lo llevan a compararse con Simón Bolívar y Dios.

Como en otras dictaduras, el dictador venezolano mantiene una ilusión de democracia en Venezuela cuando en realidad se ha instaurado una dictadura personalista que la lleva a pasos acelerados a la miseria y la destrucción. Los regímenes totalitarios son responsables del atraso, la miseria y la inseguridad de la que son objeto sus ciudadanos.