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lunes, 11 de julio de 2011

Alto Mando Militar congelado. Por: G/D (Ej.) Carlos Peñaloza Zambrano. Opinión. Militar. Venezuela.



11 JUL
Alto Mando Militar congelado
*** La situación se le ha deteriorado a Chávez desde el momento en que pensó hacer ministro a Rangel Silva, el general que no aceptaría un triunfo electoral de la Oposición. Por eso ha tenido que congelar la circulación de las élites congelando la cúpula militar.
 En las repúblicas democráticas el jefe máximo de las fuerzas militares es el presidente de la república, quien no puede ser militar en servicio activo. Esta jefatura no es operacional y no constituye grado militar, sino una de las funciones presidenciales.  El uso de prendas militares y la creación de un grado especial de “comandante presidente” algo así como “generalísimo” para Chávez, es simplemente teatral y anticonstitucional.
En un país políticamente estable el alto mando militar se cambia cada dos o tres años. Esos reemplazos no deben efectuarse al mismo tiempo en todos los componentes, sino de manera gradual. El tiempo de servicio activo de los oficiales está en función del grado alcanzado. A mayor jerarquía, más tiempo prestará servicio. Quienes no ascienden, pasado cierto tiempo son retirados. Así la institución se va decantando, los cargos se van renovando y se abren  oportunidades para oficiales jóvenes. En la cúpula   queda un pequeño grupo de oficiales del más alto rango, esperando también su retiro para garantizar una saludable circulación de las élites.  
En Venezuela, a partir de la huida del general Marcos Pérez Jiménez, las reglas para el manejo de la alta jerarquía militar han ido cambiando. El presidente Betancourt decretó que los oficiales con más de 30 años pasaran a retiro, para depurar la FAN de perezjimenistas. Cuando aparecieron las guerrillas, en 1961, Betancourt decidió mantener durante el resto de su mandato al Gen Div Antonio Briceño Linares como ministro de defensa. Lo mismo hizo su sucesor, Raúl Leoni, quien tuvo un solo ministro de la Defensa: el Gen Div Ramón Florencio Gómez. Los comandos de fuerza fueron cambiados con más frecuencia.
En el gobierno de Rafael Caldera se institucionalizó el cambio total la cúpula todos los años, a fin de impedir la formación de un liderato que pudiera amenazar la democracia. Esta brevedad causó desajustes en la institución. 
En los años 80 el precio del petróleo empezó a bajar y la corrupción a subir, así como el número de ciudadanos a nivel de pobreza crítica. El pueblo acusó a los políticos por la situación. Esto favoreció la aparición de militares y civiles “salvadores de la patria”, clamando por un golpe purificador. En los años 80 había por lo menos 5 grupos militares conspirando. La mayoría eran de derecha, pero el de Chávez era de izquierda radical confesa. Con Chávez conspiraban ex guerrilleros, como Douglas Bravo y Alí Rodríguez Araque, partidarios de un golpe cívico-militar.
Al llegar Chávez al poder desapareció toda norma para duración del Alto Mando. El presidente obvió la meritocracia para darle prioridad a la lealtad personal. Bajo la dirección de Fidel  el presidente empezó a convertir a los militares en un partido político con tendencias fascistas e ideología castrista.
 Este año, por primera vez el presidente decidió ratificar toda el alto mando. Esa sorpresiva decisión ha causado suspicacias.  Forzado por desfavorables circunstancias, Chávez tomó la decisión adecuada a su interés político personal. En doce años ha cambiado la naturaleza de la institución castrense, identificando el partido de gobierno y la fuerza militar, asumiendo el mando de ese poder conjunto. La Fuerza Armada ya no jura lealtad a la Constitución sino a su persona, de acuerdo al patrón hitleriano. Esa lealtad personal ajeno al mérito es el criterio reinante.
El cambio militar más importante debió ser el reemplazo del Gen en Jefe Mata Figueroa por Rangel Silva, en el Ministerio de la Defensa. Ambos fueron captados por Chávez cuando eran cadetes adolescentes. Fueron de los primeros reclutas para una revolución de la cual no les dijeron que era comunista. Rangel es un oficial gris, inodoro, incoloro e insípido. A Chávez le conviene su fidelidad y por eso lo ha convertido en su ordenanza de confianza. Es súper obediente y no tiene carisma, por lo que no hay peligro de que forme su grupo. Pero se ha convertido en foco de acusaciones que van desde narcotráfico y lavado de dinero hasta violación de la Constitución al declarar que no reconocería un triunfo de la oposición en las elecciones presidenciales. Gracias a esta declaración Chávez lo ascendió a General en Jefe. Luego Chávez se dio cuenta de que Rangel es radioactivo, y lo hizo a un lado. Para Chávez, Mata es malo conocido, mejor que bueno por conocer.
Rangel le falló a Chávez el 4F, cuando no le llevó los radios que necesitaba en el Museo Militar. Posteriormente se recuperó ocupándose de la familia del golpista detenido. En los próximos meses la fidelidad de Mata Figueroa se pondrá a prueba en función del desarrollo de la enfermedad del primer mandatario. Si la enfermedad saca de juego a Chávez, es probable que el ala militarista promueva a Diosdado Cabello o a algún general activo. La congelación del Alto Mando Militar “por ahora” sirve para bloquear el ascenso de los generales mas cercanos a Diosdado.
El grueso de los militares activos no son comunistas ni fidelistas. Ese es el gran dolor de cabeza para Fidel y sus seguidores castro-comunistas en el ala civil del gobierno. Se supone que la MUD debe estar analizando el futuro para defender el voto. La resistencia lo viene haciendo desde hace tiempo. El témpano del alto mando congelado es solo la punta del iceberg.