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jueves, 29 de septiembre de 2011

Ciudad Guayana, requiere de una Gerencia municipal capacitada con participación ciudadana activa. Por: René Núñez

PORTACHUELO/René Núñez
Jueves, 29 de Septiembre de 2011

Ciudad Guayana, requiere de una
Gerencia municipal capacitada con participación ciudadana activa

Poder, saber y querer. Tres requisitos que los ciudadanos demócratas debemos exigir a los precandidatos a la Alcaldía del municipio Caroní con ocasión de las primarias a celebrarse el 12 de octubre del 2012; a fin de no reincidir en el error de elegir personas por fanatismo o compromisos emocionales y no por capacidad, conocimiento y voluntad de logro probado para tan exigente cargo público.

La participación es uno de los cinco principios fundamentales de la democracia; además de la igualdad, la libertad, la pluralidad y la solidaridad. Por ello, no sólo como ciudadanos estamos obligados hacerla parte de nuestra cultura política sino también como una exigencia –sine qua non- a los que nos gobiernan.

Nuestro municipio como cualquier otro, necesita de gerentes y concejales municipales capaces de motorizar a todos los ciudadanos hacia la reconciliación y compromiso con su entorno social, buscando el beneficio colectivo, por encima de las posiciones individualistas y partidistas.

Se trata de un problema de gerencia y de equipo de trabajo y no de ideología. En la estructura municipal cobran importancia las parroquias o consejos comunales, órganos facultados para servir como centro de información, producción y promoción de procesos participativos para la identificación de prioridades presupuestarias. La promoción, organización, coordinación, supervisión y llevar a cabo los procesos electorales para la escogencia de los jueces de paz. Ejecución de la contraloría social.

A los ciudadanos les asiste el derecho de exigir información de la gestión municipal a las juntas parroquiales o consejos comunales.

El alcalde, una vez elegido, está obligado a presentar su plan de gobierno, y expresar en él los criterios de los ciudadanos. Deber que no se cumple.

El Consejo Local de Planificación Pública ha de convertirse en el centro principal para la participación y protagonismo del ciudadano en la formulación, ejecución, control y evaluación de las políticas públicas; así como viabilizar las ideas y propuestas que la comunidad organizada presente ante el citado Consejo.

La participación ciudadana excede el plano meramente informativo y de las denuncias, para constituirse en impulsora y promotora de la planificación, presentador de proyectos. Las comunidades organizadas pueden involucrarse en actividades de mantenimiento y conservación de espacios públicos, de actividades culturales, deportivas, turísticas, ambientales; además de fiscalización de la ejecución de obras y servicios públicos y dar información para la organización de asociaciones vecinales u otras organizaciones comunitarias.

Llegó la hora del ciudadano. El cambio que se exige a los dirigentes debe comenzar por uno. Asumiendo los derechos, los deberes y las obligaciones que corresponde por ley. Ya basta de ser pasivo. Indolente.

Complaciente. Encubridor. Lo que tenemos de dirigentes, de gobiernos, de país es de responsabilidad nuestra por renunciar a los espacios, a las oportunidades y a los derechos a reclamar y exigir responsabilidades por las promesas incumplidas, por la corrupción, por la desidia pública pero sobre todo por la injerencia de los intereses partidistas y/o personales en la gestión pública. No hay excusas para seguir como vamos. Una nación hipotecada, manejada a caprichos, destruida en sus valores y principios elementales de la convivencia social, donde los intereses del progreso y del desarrollo importan lo que cuesta el valor de una cortada de pelo.

Lo que pasa en nuestro municipio pasa en el resto del país. De allí la necesidad del cambio, de la reacción colectiva para impedir la destrucción de nuestras propias posibilidades de avanzar en lo individual y lo colectivo.

No se puede “dejar hacer” “dejar pasar” tantas arbitrariedades, tantos abusos, tantas ineficiencia y corrupción juntas.

No es hora de lamentos, sino de asumir conciencia de país decente, productivo y pacífico. El reino de los cielos se basa en la paz, en la justicia y en el amor, Venezuela y sus hijos sin exclusión alguna debemos de exigir lo mismo a quienes asumirán las responsabilidades futuras de dirección de los destinos nacionales; para ello, salgamos en defensa de los derechos humanos, de los derechos democráticos, pero sobre todo de la autonomía e independencia de los poderes públicos como única garantía del equilibrio, de la racionalidad de una sociedad con derecho a vivir en progreso, en libertad plena produciendo bienes y servicios eficientes y transparentes con participación de todos los sectores tanto públicos como privados.

Recuperar en estos momentos la democracia, un compromiso ineludible e impostergable, vayamos entonces a las primarias democráticas a escoger los mejores candidatos a la presidencia, a las gobernaciones y a las alcaldías capaces de hacer realidad la transformación social sin exclusión alguna y con sentido de pertenencia.

No al comunismo. No al autoritarismo. No a la mediocridad. No a la incapacidad. No al abuso social y humano. Sí a la productividad, Sí a la decencia. Si al derecho de propiedad privada. Sí a las libertades. Sí a la economía de mercado libre. Sí a la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Sí a la solidaridad inteligente. Sí a la imaginación creadora. Sí a la moral y a la ética. Harto estamos.

Internacionalista.

Edición 1.174, hasta el próximo miércoles. Le invito a oír a “Diplomacia de Micrófono” entre 12:00 y 1:00 pm, por la mejor 91.5 FM en 4to. Ordaz, con Guillermo David Mosquera