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lunes, 21 de noviembre de 2011

PROFETICO DISCURSO del Dr. Jorge Olavarría. 5 de julio de 1999. REFLEXIONES DEMOCRATICAS.




R E F L E X I O N E S   D E M O C R A T I C A S
Humberto Marcano Rodriguez

PROHIBIDO OLVIDAR
Pocas  veces un mortal  hace unas proyecciones de lo que ha de ser el futuro de una nación, como bien lo  hace el Doctor JORGE OLAVARRIA, aquel 5 de julio del 99, en su memorable discurso, cuando apenas  el golpista llevaba  seis meses de régimen.


DISCURSO DEL DOCTOR, PERIODISTA E  HISTORIADOR JORGE OLAVARRIA, EL 5 DE JULIO  DE 1999 EN EL CONGRESO NACIONAL

Antes de transcribir  este memorable discurso del Periodista, Historiador y Polémico hombre público que fue JORGE  OLAVARRIA, en el extinto Congreso Nacional y que por lo profético de sus palabras, cada día cobra más vigencia  ante la situación que vive nuestra patria, voy a permitirme hacer algunos comentarios

Ese día  en la mitad del discurso el General RAUL SALAZAR, para entonces Ministro de la Defensa, defensor a ultranza del chavismo para la época,  se levanto de su sitio y le ordenó al Alto Mando Militar que abandonara el Capitolio Federal y él a la cabeza de sus oficiales   se fueron, igual cosa hizo  la doctora CECILIA SOSA, la doctora Sosa, declaró que  ella en su condición de presidenta de la Corte Suprema de Justicia, no aceptaba ni toleraba que se insultara  al señor presidente de la república, que se  sentía abochornada por ello,  al terminar  el discurso CAPRILES RADONSKY para la fecha  presidente de la Cámara de Diputados  increpó  públicamente al doctor Jorge Olavarría, por que  era  una afrenta,   ya que con ese discurso ofendía al señor presidente y a la majestad  presidencial, TODOS  estos personajes  nombrados  al poco tiempo a cada uno Chávez les dio su patada histórica y hoy todos  militan en la oposición  contra el golpista.

Todos, por los cargos que ostentaban, tuvieron el gran momento para apoyar al Doctor Jorge Olavarría, pero prefirieron bajar la cabeza y  ponerse de parte del golpista y sabemos  el destino de los mismos al poco tiempo. ASI PAGA EL DIABLO……..

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Señor Presidente Constitucional de la  República, señores Presidente y Vicepresidente del Congreso Nacional, señores representantes de los Poderes Constitucionales  de la República, Excelentísimo  señor Nuncio Apostólico de su Santidad, Decano del Cuerpo Diplomático y Excelentísimos  señores Embajadores  de las Misiones Diplomáticas aquí presentes,  señoras y señores.

Esta solemne celebración la última del siglo coincide con una hora menguada de la patria, es una hora triste, tensa y bochornosa. Preñada de peligros y amenazas para los que queremos vivir en libertad y democracia bajo el imperio de la ley.

No es hora e historias pasadas, La historia se está haciendo aquí y ahora. Es la  circunstancia la que nos exige seguir el ejemplo de los próceres  que firmaron la Declaración de la Independencia. ,De los que fundaron las bases y sentaron los principios de un estado constitucional, en el cual la Ley respetase la virtud y el honor, como la cantaba una cancioncilla que andaba por las calles de Caracas de aquellos días, Es la hora de hacer verdad el himno que hoy cantamos. Es la hora de hacer como ellos. No de hablar de ellos, por que sino, seguiremos cantando, que el vil egoísmo otra vez triunfó.

Con el recuerdo de las heroicidades de los Libertadores no vamos a exculpar las cobardías de hoy, Así no aprenderemos las lecciones que con el sacrificio de sus vidas nos dieron quienes firmaron El Acta que acaba de ser leída. Con esa retórica apenas lograríamos anestesiarnos el dolor  de las verdades que hoy nos abochornan y que nos han traído donde estamos. Por ese camino no nos vamos a encontrar jamás con nosotros mismos.

Los hechos de hoy plantean ante la conciencia moral de los venezolanos  de  la obligación de hacer algo por lo que  nos amenaza, la esperanza de cambiar lo que hay que cambiar, pueden hacer y   hacer retroceder a Venezuela  a un ayer cuyos atavismos de violencia están latentes y sólo falta alguien que los despierte, Y ese alguien los está despertando.

Mañana  nadie podrá declararse  eximido de responsabilidad, si hoy cada quien no asume la responsabilidad que le corresponde. Sin egoísmos. Sin cobardías.

Para las revoluciones que están revolucionando al mundo de hoy, la retórica  heroica  de las revoluciones de ayer de poco vale. Esa retórica heroica no nos hace más ricos, ni más  sabios ni mejores ciudadanos. No nos consuela de lo que somos. Con el recuerdo de lo que fuimos. Lo que ellos hicieron ayer no nos exime de que nosotros  aquí y ahora, debemos hacer hoy.

La valentía del siglo XXI, no es la valentía  del asaltante temerario. Es la valentía  del saber, la valentía del trabajo, la valentía  del dominio de una tecnología  que ha cambiado el mundo en los últimos años, más que todos los cambios  del milenio que concluye  y que va a cambiar la dinámica política  de las sociedades humanas a extremos  que la imaginación no alcanza a imaginar.
Esa es la valentía de los venezolanos que tienen que ser valientes en el siglo XXI

Para ellos, los venezolanos que hoy  y ahora tenemos alguna responsabilidad, debemos tener hoy y ahora, el valor y la decisión que se necesitan para enfrentar la orgía de insensatez demencial que nos empuja hacia atrás. Que nos lleva a desandar caminos andados. Que nos induce a repetir errores cometidos.

Si los venezolanos  nos dejamos alucinar por un demagogo dotado del talento de despertar odios  y atizar atavismos de violencia, con un discurso embriagador  de denuncias de corruptelas presentes y heroicidades pasadas. El año entrante Venezuela no entrará en el siglo XXI, se quedará rezagada  en lo peor del siglo XX. O retornará  a lo peor del siglo XIX,

El desprecio que el señor Presidente manifiesta por una Constitución que le otorga  legitimidad a su mandato, pero que el sentenció a prematura muerte, no nos aclara los términos  de la Constitución de sus verdaderas intenciones  por la cual propone reemplazarla.

Por lo pronto, está claro que nadie puede ignorar las repetidas amenazas del señor Presidente ha proferido en contra del Congreso, de la Corte Suprema de Justicia y sus Magistrados, del Fiscal, del Contralor de la República, del Consejo  Nacional Electoral  y de las Fuerzas Armadas. Ni un solo poder constitucional ha sido eximido de sus amenazas. Ni uno sólo.

Y no es que la imagen que el país tiene de estos poderes  sea inmerecida. No si hemos llegado a una situación en la cual estas amenazas  se profieran sin que el país  se ponga de pié para protestarlo es por algo.

Pero estas no son las  amenazas de un reformador de lo que se niega tercamente a ser reformado. Son los anuncios de un destructor.
El señor Presidente amenazó a la Corte Suprema  de Justicia con lanzar a sus seguidores a la calle a manifestar en su contra, si decidía  un recurso interpuesto en forma que el consideraba contrario al pueblo. Y no pasó nada.

Un pueblo en cuyo nombre, dice hablar y del cual alega haber recibido un mandato de poder absoluto y dictatorial. Así lo consigno por escrito, en una  memorable carta enviada  a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Reclamó para si la exclusividad  en la conducción del estado. El señor Presidente cree sinceramente que el estado es él, que él es el único representante del pueblo.

Cuando la Corte Suprema de Justicia, decidió en una forma contraria a la él esperaba, el Presidente acusó a sus Magistrados de estar coludidos contra él, y en repetidas ocasiones posteriores de corrupción y no pasó nada.
El señor Presidente ha instado repetidamente al desacato por la Constituyente  a ser elegida, de los términos del mandato aprobado por los electores en el referéndum, cuyas bases clara  y específicamente  le negaron a la Asamblea Constituyente a ser elegida el carácter  de originario.

La Corte Suprema de Justicia, ha negado el pretendido carácter originario de la Asamblea. Sin embargo el señor Presidente ha afirmado y reafirmado repetidamente  que la Asamblea va a disolver  los poderes. va a destituir a Los Senadores y Diputados y a los Gobernadores de los Estados, tan legítimamente elegidos como él, va destituir a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia y a todos los Jueces  y va a nombrar sus sustitutos por que alega que su origen está viciado y que esa Asamblea va a derogar, modificar y hacer leyes, todo ello antes de aprobar la Constitución y antes  de que esta  sea aprobada  por el pueblo en un referéndum.

Nunca Antes, salvo los días de Boves y Morales, se había hecho una prédica  tan clara y abierta a favor del caos y la anarquía. Nunca.   Los más radicales revolucionarios han predicado un orden nuevo, pero orden. Nadie ha predicado el desorden, la incertidumbre y la arbitrariedad como ideales para construir una república.

El Presidente pretende equiparar la  elección de la Constituyente con un hecho revolucionario, creador de un gobierno de facto. Estamos pues, ante la necesidad de desvelar un enorme engaño, que nos está invitando a elegir, no a unos representantes encargados de  hacer una nueva Constitución, sino a unos Dictadores.

Unos dictadores tumultuarios que amenazan abrir juicios populares  a todos los que ellos califiquen  de corruptos. Juicios  en los cuales los principios cardinales del derecho que le han costado dos milenios a la humanidad consagrar como derechos intangibles, sean  reemplazados por el trágico eufemismo de la justicia popular, que nunca ha sido justicia y siempre ha terminado masacrando al pueblo. Una Asamblea dictatorial, obediente a su voluntad que tendrá, según dicen el poder de disponer de nuestras vidas y bienes a su arbitrio, pues no estarían limitados por más ley que su voluntad.

Además el Presidente  ha instado al Consejo Nacional Electoral a la violación de las bases comiciales para la elección de la Asamblea Constituyente. Unas bases que él mismo propuso y que aprobadas por el electorado en el referéndum, fueron vertidas por la autoridad electoral en un reglamento que ahora el señor Presidente  se niega a respetar, alegando que puesto que no hay ley que regule la elección de una constituyente, él puede hacer y decir lo que le venga en gana  para promover a sus candidatos, así se lo prohíba la ley y las bases comiciales  que el mismo propuso y se aprobaron  en referéndum.

En esta línea de palabras y acciones, el señor Presidente apoya  abiertamente a los candidatos de su parcialidad y para ello hace uso público y notorio de los recursos del estado. Cuando el Consejo Nacional Electoral, le amonesta, el Presidente hace burla del árbitro electoral y de la amonestación recibida y anuncia que seguirá haciendo lo mismo y lo sigue haciendo. Cuando el Contralor anuncia  su decisión de investigar el hecho, el Presidente lo insulta y lo descalifica.

El hecho es  dramáticamente claro. Señoras  y Señores, el señor Presidente de la República ha violado su deber de respetar y hacer respetar la Constitución y las Leyes  de la República. Nadie  puede negarlo.

No digo que el Presidente  ha violado su juramento, porque lo dio en forma harto irregular, al extremo que puede decirse, que no juró como se lo manda la Ley, en ese momento califico de moribunda  a La Ley Constitucional y no se si dijo que juraba respetarla  o terminaba de matarla.

Pero si la respuesta del señor Presidente  a la pregunta ritual que le fuera formulada fue equivoca,  la Autoridad que le tomó el juramento, la entendió por dado cuando  dijo:
Si así lo hicierais que Dios y la Patria  os premien, sino, os lo demanden.

No lo ha hecho, no ha respetado, ni ha hecho respetar la Constitución  y las Leyes, por el contrario, ha instigado abiertamente a su desobediencia  a los obedientes  y no deliberantes  Fuerzas Armadas y como Dios anda muy ocupado en cosas más importantes  y  La Patria somos todos  y no es nadie. Alguien  se lo debe demandar.

Hace tres días  el Presidente en su condición de Comandante de las Fuerzas Armadas Nacionales, violó su  juramento constitucional de respetar y sostener  la Constitución y las Leyes, cuando promovió a treinta y tres oficiales de las Fuerzas Armadas  cuyos ascensos habían sido expresamente  negado por el Senado de la República, en legítimo ejercicio de su atribución  establecido en el Ordinal quinto del artículo 150 de la  Constitución.

Además de esto. Que es obvio y debe producir acciones inmediatas por parte de quienes están obligados a tomarlas. Lo que el presidente Hugo Chávez  está haciendo con las Fuerzas Armadas, legal, paralela, meta legal o ilegal, va a llevar a la destrucción de una de las Instituciones de mayor prestigio en la sociedad venezolana. Una Institución cuyo nivel de profesionalismo, había costado muchos esfuerzos de  muchos años de lograr. Aparentemente su deseo es convertir a las FAN  en una milicia a su servicio exclusivo.

La atribución del Senado ejercida con sintonía con lo que las instancias de evaluación interna de las Fuerzas Armadas habían decidido con relación a los oficiales  cuyo ascenso negó, no lo inventaron, los que el presidente Chávez llama “la cúpulas corruptas de los partidos”. El primero que lo propuso y lo introdujo en el proyecto de Constitución que presentó al Congreso de Angostura  de l819 fue SIMON BOLIVAR, ya que desde el  mismo  inicio de su carrera militar, la preocupación de Bolívar por la disciplina  del ejercito  y de su acatamiento a la Autoridad Civil  y constitucional fue constante..

En 1.813 después de la exitosa campaña  del Magdalena  y de haber tomado Cúcuta, Bolívar se vio impedido de pasar  a Venezuela por la actitud del Coronel Castillo  a quién se le había asignado como su segundo y quién alegaba que Bolívar no podía llevar legalmente las tropas granadinas más allá de la frontera.

Bolívar acató esto y se dirigió a l Congreso de  la Unión en solicitud del permiso correspondiente, pero como se hizo evidente  que la actitud de Castillo no era  legalista sino obstruccionista, Bolívar le escribe al Presidente de la Unión y más que un raciocinio táctico,  estratégico o político de la campaña que pensaba iniciar en Venezuela, le formula una declaración de principios y el 26 de abril de l.813, le escribe:
No hay estado beligerante sin tropas, y no hay tropas sin disciplina

Este primer incidente en su carrera, revela la constante de una firme convicción en la disciplina del ejercito como condición de su misma existencia. Y de su sumisión al poder civil como requisito de su carácter republicano y constitucional. La disciplina del poder militar, y su razón de ser como brazo armado de una república  constitucional por lo  cual se luchaba, fueron los dos pilares  del pensamiento de Bolívar y la constante de su vida.

Tras la conquista de Angostura y la instalación del Congreso en 1819, Bolívar presentó un proyecto de Constitución, en el cual, por primera vez en la historia constitucional de Venezuela, se le atribuye al Senado la facultad de aprobar los ascensos militares en estos  términos.

El Presidente, nombra los empleos civiles y militares  que la Constitución no reservare, Entre los reservados se comprenden los de Coronel inclusive arriba, cuyo nombramiento la hará el Poder Ejecutivo con aprobación del Senado. Si este no conviniere en el nombramiento, puede repetir su instancia apoyándola mejor. La resolución del Senado en este caso, es decisiva. La Constitución de Bolívar estableció por primera vez en nuestra historia constitucional, el carácter no deliberante de las Fuerzas Armadas y su jefatura por quién  quiera ejerciera las funciones de Presidente. Y apartándose del modelo Federal de La Constitución  de l.811, estableció que la Fuerza Armada  eran  exclusividad de la República  y no la facultad soberana de las Provincias de tener  sus propias fuerzas armadas.

Ya lo había dicho en 1.813 y lo consignó en la Constitución que propuso a la Constituyente de l.819, NO HAY ESTADO SIN FUERZA ARMADA. NO HAY FUERZA ARMADA SIN DISCIPLINA. No hay disciplina sin Ley,.No hay Ley si el jefe de esas fuerzas  disciplinadas, no la respeta y la hace respetar.
Si la Ley se rompe por quién tiene que respetarla y hacerla respetar, se acaba la disciplina, Se acaba la Fuerza  Armada.  Se acaba el Estado. Palabra de Bolívar, Así de claro. Así de sencillo.
La Constitución de l.830 repitió  la atribución del Senado para autorizar ascensos  y el carácter no deliberante de las Fuerzas Armadas.

La constitución Federal de  l.884 omitió esta atribución del Senado y consagró la facultad de los Estados de tener sus propias Fuerzas Armadas, al extremo que la Fuerza Armada Nacional tenía que pedir permiso para pasar por el territorio de los Estados  de la Unión. Esa  fue una de las causas que llevaron al enguerrillamiento que le siguió hasta que en l.908 Gómez  tomó el poder y  acabó con el federalismo y sus caudillos.

Y esa fue La razón de la proliferación de rangos militares otorgados por el Mariscal Falcón y por los Presidentes que le siguieron, por lo cual para fines del siglo pasado Venezuela tenía más Generales y Coroneles  que soldados. Y no tenía un ejército. Los ejércitos de entonces eran los partidos de entonces. Eran partidos armados. Eran Fuerzas de ocupación al servicio de Guzmán Blanco o de Crespo, pero no de la nación y mucho menos de sus Instituciones.

Llegar a eso parecía una quimera, regresar a eso, parecía ayer una imposibilidad, pero ese es el camino por  el cual vamos. Por lo pronto ya tenemos más coroneles y generales de aviación, que aviones,  y más Almirantes y Capitanes de Navío que navíos.

La creación de un ejercito profesional, permanente y nacional se inició a comienzo de este siglo, cuando Gómez aparto a Castro del poder  e inició con  energía y decisión la integración de las viejas   montoneras del siglo pasado en un  ejercito homogéneo, tecnificado y moderno. El paso fundamental se dio, cuando el 5 de julio de 1.810, se inicio el primer  curso en la Escuela Militar de “La Planicie

Algunos de los responsables visibles del progreso de su primera etapa, se conocen: El General Francisco Linares Alcántara, que había estudiado y se había graduado en West Point, el General Félix Galavís, el Coronel Chileno  Samuel Mc Gill, los más visibles de las etapas posteriores fueron, El General Eleazar López Conteras y el entonces Teniente Coronel Isaías Medina Angarita, quién se había graduado en la Escuela Militar  y había sido muchos años profesor  de la misma.
El  hecho fue  que a la muerte de Gómez en 1.935, Venezuela tenía la estructura fundamental de un Ejercito Profesional, con espíritu y reglamentación de permanencia profesional.

El Ejercito disciplinado fue, el hizo posible que el General Eleazar López Contreras realizara las  transformaciones  que eran necesarias para cambiar el carácter dictatorial del régimen en el cual, él se había formado y refundara la democracia del siglo XX.

El General López Contreras, heredó una estructura de poder militar que le hubiera permitido  prolongar el régimen  autocrático, no lo hizo así. Y uno de los primeros indicios que dio de su carácter liberal y democrático fue cuando después de la muerte de Gómez, se quitó el uniforme  y entró a Caracas como Presidente de la República,         VESTIDO DE CIVIL.
Un detalle  que merece ser recordado, en estos momentos cuando se nos está dando indicios de lo contrario.

La importancia que dentro de toda estructura militar tiene procedimientos institucionalizados  de ascenso que alejan lo más posible la discrecionalidad en la calificación de los méritos, se pone de manifiesto cuando vemos que una de las principales razones  que alegaron los oficiales  que formaban La Logia de La Unión Militar Patriótica en 1.945 para conspirar para derrocar a al General Isaías Medina Angarita. Era que este se había negado  a retirar del Ejército a los viejos  Generales, Prato, Ardila y Matute entre otros,  que los Oficiales  de la Escuela llamaban  “chopo e piedra” y cuya prolongada permanencia ellos  veían  como bloqueando su carrera.

La Constitución de 1.947, fue la primera que consignó lo que puede llamarse La doctrina Militar del Estado Democrático. Esa doctrina, paradójicamente fue inspirada y colocada en esta Constitución por los Oficiales que derrocaron a Medina Angarita, por  la especial influencia del entonces Ministro de la Defensa, teniente Coronel  Carlos Delgado Chalbaud, quien en 1946  expresó públicamente su convicción  que las Fuerzas Armadas venezolanas debían ser, obedientes, no deliberantes, apolíticas, institucionales y profesionales.

Esos principios se consignaron en el Capitulo III del Título IV de esa Constitución que estableció que Las Fuerzas Armadas Nacionales eran  Una Institución Apolítica, esencialmente profesional, obediente y no deliberante, organizadas para garantizar la defensa nacional, mantener la  estabilidad interna y respaldar el cumplimiento de la Constitución y las Leyes.

Al principio de la impersonalidad de la Institución Armada al servicio de la nación y el de la exclusividad de las funciones militares incompatibles  con funciones políticas, y de ratificar el principio de la autoridad jerárquica Suprema del Presidente de la República, se sumaron loa avances  que habían sido logrados  en el gobierno de Gómez, como eran la exclusividad  y el monopolio del poder  Nacional de mantener Fuerzas Armadas  y poseer armas de guerra.

El apoliticismo de las Fuerzas Armadas quedó asentado claramente en el artículo  99 de esa  Constitución y los mecanismos  institucionales y legales  y no discrecionales de ascenso recibían jerarquía  constitucional  al establecerlo el Artículo  101, que los grados Militares  solo podrán obtenerse  conforme a la Ley, ratificando el principio Bolivariano de la atribución del Senado de autorizar los ascensos.

La  doctrina militar del Estado Democrático quedó muy bien consignada en la Constitución de 1.961 en su artículo 132, que estableció  con admirable  elocuencia que Las Fuerzas Armadas Nacionales, forman una Institución apolítica , obediente y no deliberante, organizada por el Estado para  asegurar la defensa nacional, la estabilidad de las instituciones democráticas y el respeto a la Constitución y las Leyes, estableciendo que el acatamiento  de Las Fuerzas Armadas a la Ley, está por encima  de  cualquier otra obligación, reafirmando que están al servicio de la República, y en ningún caso, al de persona  o parcialidad política
Yo pienso que el carácter no deliberante de Las Fuerzas Armadas  es indispensable al mantenimiento de su disciplina y esta disciplina  es indispensable para la estabilidad de cualquier  orden de gobierno democrático o no.

Pero aunque no se piense así, el hecho es que hoy, la Constitución y la Ley Orgánica de las Fuerzas  Armadas  vigente así lo mandan. El mero anuncio por el Presidente Chávez de convocar una Asamblea  Militar, para que los militares le hablen al país, es otra violación a la Ley y a La Constitución. Quizás la más peligrosa de todas, hasta para él mismo  y el mantenimiento de su autoridad.

Ha llegado la hora, de recordarle al Presidente que los poderes que el ofende  y amenaza, merecen tanto respeto como el señor Presidente tiene el derecho de esperar de ellos. Pero estos  Poderes además de ser acreedores  del respeto, tienen poder y facultades positivas  que el Presidente no debe desconocer  ni menospreciar.
El Artículo  192 de la Constitución, establece  que:
El Presidente de la República es responsable de sus actos  de conformidad con esta Constitución y las leyes.
Artículo 121 de la Constitución, advierte que el ejercicio del poder del Presidente acarrea  responsabilidad individual por abuso de poder o por violación a la Ley.
El Artículo 46 de la Constitución establece que si el Presidente de la República ordena o ejecuta un acto que viole  o menoscabe los derechos garantizados por la Constitución, “Incurre en responsabilidad penal, civil y administrativa, según los casos.

La responsabilidad  penal del Presidente de la República no es inmune a las consecuencias de la comisión del delito de abuso de autoridad por actos  arbitrarios, y del delito de incitación a la desobediencia de las Leyes.

La Corte  Suprema de Justicia en pleno tiene competencia para declarar si hay o no  méritos para el enjuiciamiento del Presidente de la República.
La Ley establece que la acusación  del Presidente de la República  ante la Corte  Suprema de Justicia es de derecho de cualquier ciudadano.
El Ministro Público, también tiene esa facultad, según lo establece el Artículo 220, ordinal 5to. De la Constitución.

A la acusación deben acompañarse, los documentos, testimonios, informaciones de nudo hecho y otros medios de prueba que acrediten los hechos  sobre los cuales ha de versar el juicio
Recibida la acusación la Corte Suprema de Justicia, debe decidir si hay o no méritos para proseguir el enjuiciamiento dentro de las 10 audiencias siguientes de su presentación.
Si la Corte decide que hay méritos, lo debe participar de inmediato a la Cámara del Senado, a la Comisión Delegada.
El Senado está facultado para  autorizar con el voto de la mayoría de sus miembros el enjuiciamiento del Presidente de  la República. Hecho esto el Presidente quedará suspendido en el ejercicio de sus funciones, como lo establece  La Constitución viva y vigente
El enjuiciamiento del Presidente de la República, corresponde a la Corte  Suprema de Justicia en pleno hasta  su  sentencia definitiva.

El Presidente ha dicho reiteradamente que no le importa que lo enjuicien.  A quienes me escuchan y les competa hacerlo, debe importarles. Si no lo hacen, no es por falta de causales.
Mucho medité a acerca de lo que en esta hora  y desde esta tribuna  debía decir: Un viejo y sabio amigo me había aconsejado. “Deja hablar al venezolano angustiado que tienes dentro”.  Eso es lo que he hecho. No se  si he acertado  con lo que  se debe decir en este momento Solo  se que he  hablado como mi conciencia me lo manda. Eso me basta.

Que más se puede decir para sacudir a los venezolanos que me escuchan y sacarlos de su apatía, de su conformismo, de su cobardía cívica?.  Para alentarlos  de lo que puede suceder y VA A SUCEDER SI SE DEJA PASAR LOQUE  SE  ESTA DICIENDO Y HACIENDO.

Yo no soy  de los que ven en los dos escasos siglos  de nuestra Historia Republicana, una secuencia continua  de fracasos en el empeño iniciado en la fecha que hoy conmemoramos, de construir  un Estado Constitucional.

No es cierto que nuestras 26 Constituciones sean la prueba de una sucesión constante de fracasos. Yo las veo como una secuencia  constante de frustraciones. Y de la frustración siempre queda  la esperanza que la constancia la lleve al éxito.
Las frustraciones  de nuestra historia están  eslabonadas  por una sucesión magnifica, gloriosa de coraje y constancia en la defensa  de los principios democráticos que fueron sembrados en un día  como hoy. Hace 188 años. De no haber sido por ese  coraje y esa constancia. Boves  habría triunfado.

En su día fueron más lo que siguieron a Boves que a Bolívar. Pero para nuestra fortuna, no todos los venezolanos de entonces  se hicieron soldados de Boves y no todos los venezolanos de hoy, son  como los que siguieron ayer a Boves.

He dejado hablar al venezolano angustiado que tengo dentro. Por que no somos pocos los venezolanos  que estamos angustiados  por las tempestades que van  a provocar los vientos de odio, de ilegalidad  y de violencia sin razón ni sentido, que hoy se están  sembrando. Es a esos venezolanos  angustiados  a los  cuales les he  hablado.

Y, es por mis hijos y mis nietos y los nietos de todos los que tienen hijos  y nietos por quienes he hablado. Ellos son los que van a vivir  en la Venezuela del próximo siglo. Ellos son los que van a tener que pagar lo que hoy hagamos o dejemos de hacer para detener, o dejar pasar,  lo  que tanto daño amenaza.

Mañana mis hijos y mis nietos no me podrán reclamar el no haber dicho lo que  debía  de decir  cuando pude  y debí decirlo. LO DIJE. Yo cumplí ahora les toca a ustedes.

Comentario: 

A SOLO SEIS MESES DE HABERSE POSICIONADO  HUGO CHAVEZ  EN EL, PODER, ESTE HOMBRE COMO HISTORIADOR,  PERIODISTA Y ANALISTA POLITICO NO VACILO EN ESA SECION SOLEMNE DEL  ENTONCES SOBERANO CONGRESO NACIONAL, PARA LANZAR  ESTAS ADVERTENCIAS  QUE EN FORMA PROFETICA ESTABA ADELANTANDOSE A TODO LO QUE NOS ESPERABA DE ESTE REGIMEN TOTALITARIO Y ENTREGUISTA.

Fuente: www.Analitica.com Papeles  y diferentes discursos de Jorge Olavarría

IMAGEN y texto original: Analitica.com