PAGINAS Y RECORTES

miércoles, 25 de enero de 2012

De FAN a partido armado. Por: OSWALDO BARRETO. TalCual




















De FAN a partido armado
De miembros de una Fuerza Arma apolítica, los militares venezolanos están llamados a convertirse en Partido Armado político. Insólita metamorfosis que, con pasmosa sinceridad, el propio Presidente había anunciado horas antes, cuando, al dirigirse a los cadetes de la Universidad Militar Bolivariana sentenció: "Aquí estamos formando la patria nueva"
OSWALDO BARRETO

A lo largo de los trece años de ejercicio de poder por el Presidente Hugo Chávez, las Fuerzas Armadas de Venezuela han sufrido considerables modificaciones.

Modificaciones de forma como de fondo, podríamos decir, utilizando un lenguaje ajeno al dominio castrense, para aludir al cambio de nombres, de composición y de funciones que el Presidente les ha impuesto a escala de los diversos cuerpos que las componen y del conjunto mismo de todas ellas.
Pero, por distinta que sea esta Fuerza Armada Bolivariana con la que Chávez ha querido sustituir a las Fuerzas Armadas Nacionales, sus características primordiales, esto es, sus diversas funciones y relaciones con el Estado y la sociedad civil, seguían siendo similares a las que se establecen en la mayoría de constituciones y leyes de todos los países.
En efecto, del artículo 328 de la Constitución bolivariana (plenamente vigente, a pesar de todas las tentativas de modificarlo) y de los limites que ese texto impone al legislador, se desprende que la Fuerza Armada Bolivariana es una institución "esencialmente profesional" y "sin militancia política" y que está llamada a "cooperar en el mantenimiento y el orden interno y la participación activa en el desarrollo nacional", de acuerdo con la Constitución y las leyes.

Y se está de acuerdo con la Constitución y las leyes en este dominio cuando, por una parte, toda acción de la FANB tiene que someterse al control de los poderes públicos y, por la otra, de acuerdo con la Constitución, ante todo someter su acción al control de los poderes públicos, particularmente al control del Presidente de la República y se cumple rigurosamente con lo pautado en el artículo 330: prohibición de "participar en actos de propaganda militancia o proselitismo político".
Así eran las cosas, al menos en teoría, hasta hace apenas dos días, cuando el acto de transmisión de mando del ministro de la Defensa y de los Jefes de algunos cuerpos militares, se convirtió en ocasión propicia para que los hombres de uniforme se emanciparan abiertamente de la prohibición constitucional de participar en política. Radical, por no decir revolucionaria mutación, que se hizo evidente, ante todo en el comportamiento del presidente Hugo Chávez.
Así, contra la disposición constitucional que pauta que el Presidente, en tanto que representante de los poderes públicos, los poderes civiles, está en la obligación de dirigir, vigilar, controlar la acción de los militares en todos los terrenos, el teniente coronel Hugo Chávez resolvió imponer al Presidente electo la decisión de convertir a los militares en activistas políticos y fanáticos propagadores de una determinada corriente política.
De miembros de una Fuerza Arma apolítica, los militares venezolanos están llamados a convertirse en Partido Armado político. Insólita metamorfosis que, con pasmosa sinceridad, el propio Presidente había anunciado horas antes, cuando, al dirigirse a los cadetes de la Universidad Militar Bolivariana sentenció: ""Aquí estamos formando la patria nueva.

Siéntanse orgullosos de ser cadetes de oro de la patria nueva, de la patria de oro". Cadetes de la patria socialista que ha inventado Hugo Chávez, en la cual no creen ni los partidos políticos que lo siguen

FUENTE: TalCual