PAGINAS Y RECORTES

martes, 10 de enero de 2012

El Silencio de la Meditación. Por: Richard González C.



El Silencio de la Meditación
"Escucha Hugo Chávez”:
No existe ningún venezolano, medianamente sensato, que no esté de acuerdo con tu tesis consistente en que "Primero los Pobres". ¡Claro que primero los pobres!
¿Quién puede oponerse a tan loable propósito político y social? Quienes realmente queremos a este país, deseamos elevar a la altura mínima exigida por la dignidad humana, a todos aquellos compatriotas que carecen de lo estrictamente indispensable.
¡Claro que queremos una buena educación para todos y profesionales probos y preparados! ¡Claro que queremos bienestar para toda la nación! ¡Claro que queremos un ingreso per-cápita que permita capacidad adquisitiva de bienes y servicios básicos! ¡Claro que queremos apagar todas las mechas encendidas, que no hacen sino atentar en contra de la estabilidad y del desarrollo en general del país! ¡Claro que queremos aumentar el ingreso familiar, pero a través de la productividad y no a través de Misiones Populistas que solo alientan el parasitismo social lejos del concepto sobre valor agregado en productos de bienes y/o servicios. ¿Quién no desea ayudar a los más desafortunados? ¿Quién no desea alfabetizarles? ¿Quién no desea contener la emigración de venezolanos a otros países? ¿Sin presos políticos? ¿Quién no quiere agua potable, televisión, seguridad personal, una casa digna? …. Entre muchas otras cosas.
Escucha Chávez: todos coincidimos en la necesidad inaplazable de rescatar a los que llamas marginados, sólo que no coincidimos en las estrategias que has planteado para sacarlos de la miseria y que utilizas a los mismos en procesos electorales en procura de votos. Entiende que la única célula generadora de riqueza es la empresa y los empresarios, a los que tú llamas burgueses hambreadores del pueblo, ellos son por excelencia los agentes operadores del bienestar en todos los países. No podremos generar la suficiente riqueza para crear los empleos que requiere Venezuela expropiando empresas, ni con la inmovilidad laboral, ni con leyes represivas inertes de contenido. Tu diagnóstico está equivocado. Nadie con dos dedos de frente podría aceptar que tus tesis económicas ayudarán a la capitalización de las empresas ni estimularán la investigación tecnológica, ni ampliarán los mercados, ni estimularán la competitividad en el comercio internacional, ni abaratarán costos de producción, ni propondrán alternativas inteligentes para acercarnos, al esquema propio de una Comunidad Económica. Ello explica parte del por qué, Venezuela no ha ingresado al MERCOSUR.
Deja de estar estimulando el odio entre los venezolanos y de estar sembrando vientos porque puedes recoger tempestades. Hemos sido un pueblo unido y con tradición de hermandad, podremos tener diferencias pero al final, terminamos comiendo en el mismo plato. Abandona el llamado a la violencia, abstente de erigirte como intérprete de la voluntad popular y resígnate a aceptar tu derrota y tu fracaso. No representas al socialismo ni al comunismo sino al más catastrófico populismo, del que este noble pueblo no desea vivir. Izquierda era la de Mitterrand, la de Felipe González, la de la Bachelet, a diferencia de la supuesta izquierda de Castro quien ha impuesto la felicidad en Cuba con la fuerza de las bayonetas, ¡ERES UN PELIGRO! porque llevas el mismo camino. La mayoría somos conscientes de nuestras debilidades sociales, sólo que decidiremos no convocarte en lo sucesivo para resolver los difíciles problemas que nos aquejan. Cometimos un error y no volveremos a incurrir en él. No te queremos en la Presidencia de la República, porque lejos de ayudarnos, nos hundirás más en tu desesperación por mantenerte en el poder... ¡NO ATROPELLES MÁS AL PUEBLO! Estás colocado en tu nivel de INCOMPETENCIA, y eso NO ES lo que necesita Venezuela. Ya retírate, mejor vete con tu líder a Cuba si tanto crees en él, porque  nuestro país está al borde de un colapso económico y social. ¡YA BASTA!!!!
Escrito elaborado el 09 de Enero del 2012 por: Richard González C.