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sábado, 3 de marzo de 2012

¿SE REPETIRÁ LA HISTORIA?... QUIEN OLVIDA LA HISTORIA ESTÁ CONDENADO A REPETIRLA. Por: Jose I. Rodríguez



¿SE REPETIRÁ LA HISTORIA?...
QUIEN OLVIDA LA HISTORIA 
ESTÁ CONDENADO A REPETIRLA.  
 
    A propósito de un nuevo aniversario del 27 de Febrero, esta vez marcado por el incierto estado de salud de Chávez, los seguidores del gobierno se han apurado a sostener que si el comandante llegase a fallecer vendría una nueva explosión social, un nuevo 27 de Febrero. Dicen ellos que únicamente el hecho que Chávez esté vivo es el que impide que el pueblo depauperado y desesperado salga a ‘arrasar a la oligarquía’. 

Esa afirmación de los seguidores del gobierno es difícil de reconciliar con la historia oficial que pinta que en estos últimos años el nivel de vida de la gente ha mejorado – es difícil de entender por qué un pueblo que según ellos ha visto mejorar en mucho su condición material saldría a la calle desbocado de no ser por la presencia del líder providencial. También es difícil de creer que los recientes intentos de invasiones en zonas como Lomas del Ávila y Terrazas de Guaicoco estaban dirigidos en contra de la ‘oligarquía’. 

Pero no nos refiramos a esas contradicciones. Lo que más me llama la atención sobre la situación actual es la posibilidad de una explosión social. A mi juicio, la misma es posible, no tanto porque la desaparición física del líder deje al pueblo ‘huérfano’, sino porque, si los reportes que han salido de algunos medios internacionales son exactos, el país puede estar acercándose a una crisis de la balanza de pagos. Si este es el caso, en el momento de la crisis no quedará otra opción que aplicar medidas fuertemente restrictivas que pueden desencadenar otra explosión social similar al 27-F-1989. Si Chávez llega a estar en la presidencia en ese momento, se desinflará su imagen como paladín de los pobres, como enviado providencial que logra aplacar al pueblo – y ese sería el fin de su discurso populista; a partir de ahí, como en la novela de Yukio Mishima, al marino lo abandonaría la gracia del mar, y quienes hoy lo adoran pasarían a odiarlo. Muy posiblemente sería el fin definitivo del chavismo como movimiento político y como idea. 

Sin embargo, existe otra posibilidad mucho más trágica: Que la crisis explote en un nuevo gobierno opositor. En ese caso, de igual forma se tendrían que aplicar medidas fuertemente restrictivas, igualmente habría una gran posibilidad de una explosión social. Y de darse esa explosión social, los adalides del chavismo se la achacarían al ‘paquetazo’, al ‘neoliberalismo’ y a todos sus ‘cocos’ habituales. Por lo menos un episodio parecido ha ocurrido en Venezuela. Cuando Lusinchi, luego de botar la casa por la ventana durante la campaña electoral, y disfrutando de la mayor popularidad de un presidente saliente hasta el momento, entregó a CAP el poder en 1989, dejó una muy precaria situación fiscal. Las reservas internacionales efectivas eran de $300 millones, y aunque CAP ya tenía planeada una liberalización, la gravedad de la situación que encontró le quitó todo margen de maniobra y lo impulsó a imponer un paquete muy restrictivo. El resultado es que la explosión social subsiguiente, el 27F, fue atribuida por muchos al paquete neoliberal. Ese es un gravísimo error de interpretación. En las condiciones fiscales heredadas por CAP, no había otra opción. Si hay alguien a quien culpar, ese es principalmente Lusinchi, quien irresponsablemente condujo al país a la crisis sólo para que su partido ganara la elección presidencial. Chávez y su círculo de seguidores parece estar haciendo lo mismo, si damos crédito a las informaciones de ABC. Que Chávez llegue a generar una explosión social por su irresponsabilidad fiscal con cara a las elecciones sería por sí mismo bastante grave. Si a eso se le suma la incertidumbre sobre la salud, incluso sobre la supervivencia de Chávez, el cuadro se complica aún más. No parece viable que la trayectoria fiscal cambie mientras pueda mantenerse una esperanza sobre la recuperación de Chávez. Mientras dura esa situación, el barco fiscal estará a la deriva. Mientras más dure esa deriva será más exigente la tarea de quien quiera que tome el timón, sea este el mismo Chávez, otra persona del Chavismo, o Capriles.

jose rodriguez josei.rodriguezc@hotmail.com a través de yahoo.com

IMAGEN:  
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