PAGINAS Y RECORTES

miércoles, 23 de mayo de 2012

CUANDO DIOS HABLA. Por: Vinicio Guerrero Méndez.



CUANDO DIOS HABLA
  Vinicio Guerrero Méndez
«Dios dice que vas a morir, así que arregla todos tus asuntos familiares más importantes».                                                                          (Isaías 38:2)
Nuevamente la biblia no se queda callada. Nuestro lenguaje tiene un poder destructivo increíble. Puede ser usado por Satanás para arruinar nuestras vidas y la vida de los demás. Es preocupante estar cerca de una persona que habla libremente  de violencia verbal e incluso profiere maldiciones en contra los demás. Las palabras que han dejado ya nuestras bocas, no pueden ser recuperadas. Todos estos males tienen su asiento en la soberbia que no es más que un apetito desordenado de grandeza pervertida.
Por cuestión de espacio solo me permitiré algunos ejemplos de protagonistas en la biblia victimas de su soberbia.
 Iniciando por Satanás cuando estaba en el cielo como el Querubín protector fue derribado por la soberbia que entro en su corazón (Ezequiel 28: 13-16; Isaías 14: 12-15).  
El rey Nabucodonosor, mientras daba un paseo por la terraza del palacio real de Babilonia, exclamó: ¡Miren la gran Babilonia que he construido como capital del reino! ¡La he construido con mi gran poder, para mi propia honra!  No había terminado de hablar cuando, desde el cielo, se escuchó una voz que decía:
Éste es el decreto en cuanto a ti, rey Nabucodonosor. Tu autoridad real se te ha quitado.  Serás apartado de la gente y vivirás entre los animales salvajes; comerás pasto como el ganado, y siete años transcurrirán hasta que reconozcas que el Altísimo es el soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere. Y al instante se cumplió lo anunciado a Nabucodonosor. Lo separaron de la gente, y comió pasto como el ganado. Su cuerpo se empapó con el rocío del cielo, y hasta el pelo y las uñas le crecieron como plumas y garras de águila.
Pasado ese tiempo yo, Nabucodonosor, elevé los ojos al cielo, y recobré el juicio. Entonces alabé al Altísimo; honré y glorifiqué al que vive para siempre: Su dominio es eterno; su reino permanece para siempre. Ninguno de los pueblos de la tierra merece ser tomado en cuenta. Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos.
Recobré el juicio, y al momento me fueron devueltos la honra, el esplendor y la gloria de mi reino. Mis consejeros y cortesanos vinieron a buscarme, y me fue devuelto el trono. ¡Llegué a ser más poderoso que antes! Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia, y es capaz de humillar a los soberbios. (Daniel 4:30-37)
Holofernes general del ejercito asirio debido a su soberbia fue decapitado por una mujer de nombre Judith creyente profundamente en Dios para salvar a su pueblo de Israel (Judith 13:8-9)
También algunos antes de morir alcanzaron a pedir misericordia: El rey Ezequías se enfermó gravemente y estaba por morir. El profeta Isaías fue a visitarlo y le dijo: Dios dice que vas a morir, así que arregla todos tus asuntos familiares más importantes.
Entonces Ezequías volvió su cara hacia la pared y oró a Dios así: Dios mío, no te olvides de que yo siempre he sido sincero contigo, y te he agradado en todo. Luego Ezequías lloró con mucha tristeza. Dios le dijo a Isaías: Vuelve y dile al rey Ezequías, que yo, el Dios de su antepasado David, he escuchado su oración y he visto sus lágrimas. Dile que lo sanaré, y que voy a darle quince años más de vida. (Isaías 38)
También hubo quienes dañados por su soberbia no tuvieron la misma oportunidad y descendieron a la condenación eterna: El rey Herodes fue comido por gusanos cuando aún estaba con vida (Hechos 12: 22 – 24).
Jesús decía con bastante frecuencia a sus discípulos "muchas cosas tengo todavía que decirles pero aún no pueden comprenderlas, de modo que si cerramos nuestras mentes como los fanáticos, no podremos conocer a Dios. 

Es tiempo de sepultar tanta ignorancia, de abandonar ideologías basura que solo obstaculizan el desarrollo.

Mi Señor es el principio y el fin, el Padre de todo propósito bueno y perfecto. Con Dios todas las cosas son posibles; el Creador eterno es la causa de las causas y solo a Él he de adorar. Usted no forme parte de los que descienden a la condenación eterna, sea inteligente, busque a Dios, pídale perdón y alcanzara misericordia.

La oración! No la dejes nunca por nada. Ella da brillo a tus ojos, ardor a tu corazón, fuerza a tu voluntad. Persevera todos los días, sin desistir y Dios te escuchará.
Afectuosamente,
Imperfecto.
VINICIO GUERRERO MENDEZ