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viernes, 29 de junio de 2012

La Fuerza Armada y las elecciones. Por: Fernando Ochoa Antich.



La Fuerza Armada y las elecciones
Fernando Ochoa Antich.  
         Venezuela enfrentará el 7 de Octubre uno de los momentos más complejo de su historia. Los miembros de la Fuerza Armada deben conocer esta realidad. Durante estos últimos trece años nuestra sociedad se ha dividido en dos grandes sectores, con posiciones políticas antagónicas y sin ninguna posibilidad de diálogo, como consecuencia a la prédica disolvente de Hugo Chávez, que decidido a establecer una hegemonía política, viola permanentemente la Constitución Nacional y el estado de Derecho. Sorprendentemente, ese régimen de vocación totalitaria no ha logrado doblegar la voluntad de lucha de los venezolanos, que en cada oportunidad que se consulta su opinión a través de elecciones muestra su profunda adhesión a los valores democráticos y pluralistas que, desde hace cincuenta años, han caracterizado nuestro sistema político.
         La Fuerza Armada Nacional tendrá ese día una inmensa responsabilidad  y un importante reto. Sus miembros deberán  demostrar a los venezolanos que, a pesar de los permanentes intentos del régimen chavista de politizarlos y ponerlos a su servicio, mantienen su sentido institucional tal como lo establece el artículo 328 de nuestra Constitución Nacional. Lamentablemente, el régimen chavista ha venido violentando los principios de ecuanimidad y justicia que deben caracterizar las elecciones democráticas con un descarado ventajismo que compromete la legitimidad del resultado electoral si es favorable a Hugo Chávez. De manera permanente, los sectores democráticos han denunciado este abuso de poder sin lograr que el Consejo Nacional Electoral ni la Corte Suprema de Justicia  restablezcan el necesario equilibrio.
         Esta realidad coloca a los miembros de la Fuerza Armada  en un verdadero disparadero. Su obligación es  mantener una manifiesta imparcialidad en todos sus actos, más en aquellos que se refieren a un proceso electoral, pero es imposible cumplir ese deber cuando el presidente de la República trata de vincular a la Institución Armada con su desmedida ambición de poder. No es fácil de explicar, por ejemplo,  la intención que tuvo Hugo Chávez al enviar durante la presentación de su candidatura un mensaje a la Fuerza Armada, y cantar el himno del Ejército. Mucho menos se puede justificar la rueda de prensa, hecha pública a través de una cadena, realizada en el ministerio de la Defensa con presencia de los altos mandos. Ustedes bien saben que los planteamientos que allí  hizo Hugo Chávez comprometen el honor militar.
Estoy seguro que más de uno de los miembros activos de la Fuerza Armada se pregunta diariamente cómo deben actuar ante tan complicada situación. La tendencia electoral indica que las elecciones serán muy competidas, observándose un marcado fortalecimiento de la oposición. Si triunfa en las elecciones  Henrique Capriles no hay discusión: el deber de la Fuerza Armada es hacer respetar el resultado electoral y garantizar la difícil transición política. El problema se complica si el Consejo Nacional Electoral, de clara mayoría oficialista, anuncia el día de las elecciones que el ganador es Hugo Chávez, en medio del abuso de poder que caracteriza su actual campaña electoral, y la oposición no reconoce el resultado. Este tipo de fraude no surge de  la sumatoria de los votos, sino de las inconvenientes condiciones que caracterizan el proceso electoral.
 De ocurrir esta situación, no es fácil  definir la posición de la Fuerza Armada. La razón la tendría la oposición, ya que el abuso de poder del régimen ilegitima el resultado. Esa situación es difícil de resolver el día de las elecciones sin que surja una crisis política que puede llegar a comprometer la estabilidad de la Nación. La solución hay que conseguirla en el tiempo presionando a Hugo Chávez y a su gobierno para que disminuya de manera inmediata el actual abuso de poder. Esto se puede lograr si un importante sector de la Institución Armada presiona a los Altos Mandos para que ellos le exijan a Hugo Chávez cumplir  con este requisito. Además, es imprescindible que todos los miembros activos de la Fuerza Armada respeten el artículo 328 de la Constitución Nacional y se sancione severamente a quien incumpla  sus deberes militares.
         Lamentablemente, ya no hay tiempo para diseñar unas elecciones realmente equilibradas. Se requeriría modificar la correlación de fuerzas existentes en la Tribunal Supremo  de Justicia y en el Consejo Nacional Electoral. De todas maneras, se pueden tomar algunas medidas para disminuir en parte el abuso de poder existente  y evitar de esa manera deslegitimar el resultado electoral: establecer, por ejemplo,  una comisión constituida paritariamente entre  oficialismo y  oposición con el fin de controlar la programación de los medios de comunicación y evitar la actual hegemonía comunicacional. Otro aspecto importante sería permitir a la oposición invitar como testigos electorales a instituciones reconocidas internacionalmente. Los miembros de la Fuerza Armada tienen una inmensa responsabilidad histórica. Ojalá la cumplan cabalmente…
 Caracas, 24 de junio de 2012.