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miércoles, 9 de enero de 2013

Manifiesto militar. Por: FERNANDO OCHOA ANTICH.

domingo 6 de enero de 2013  12:00 AM
FERNANDO OCHOA ANTICH 

Manifiesto militar

Un importante grupo de oficiales retirados, de distintos grados y de diferentes generaciones, se dirigieron esta semana a sus compañeros de armas, en situación de actividad, para manifestarles su opinión sobre la compleja situación que vive Venezuela ante la grave enfermedad que aqueja al presidente de la República y la forma indebida como ha venido siendo enfrentada por los poderes públicos. En dicho documento se afirma: "esta delicada crisis política se amplía peligrosamente al ser Hugo Chávez el presidente electo de la República y tener que juramentarse para ejercer sus nuevas funciones, el 10 de enero de 2013, por finalizar el período presidencial. Los venezolanos aspiran a que esta compleja situación nacional se resuelva en paz y con total apego a la Constitución".

Los oficiales firmantes resaltan en su manifiesto que la Fuerza Armada conoce perfectamente que el único responsable de la actual crisis nacional es el propio Hugo Chávez, que engañó a nuestro pueblo al decir que se encontraba en perfecto estado de salud, cuando conocía que su enfermedad le impediría ejercer las funciones de presidente de la República. Más adelante señalan que esa responsabilidad es mayor por haber violado, en el año 2008, la Constitución Nacional para imponer la reelección indefinida, irrespetando el principio de la alternancia republicana. También recuerdan que "los resultados electorales  del 7 de octubre de 2012 se vieron favorecidos indebidamente por el abuso de poder y un descarado ventajismo que los ilegitima totalmente".

El manifiesto adquiere una trascendencia muy particular al señalarse en uno de sus puntos un aspecto que preocupa a amplios sectores nacionales: el inaceptable intervencionismo del régimen cubano en nuestro país. Allí se señala que "no es solo la indebida presencia de funcionarios de dicho gobierno en el ejercicio de altos cargos en el Estado venezolano, sino el rumor, no desmentido por el gobierno nacional, de la existencia de unidades militares cubanas en nuestro territorio". Es tal ese intervencionismo que dichos oficiales retirados señalan que "la escogencia de Nicolás Maduro, como candidato del PSUV, se realizó por presiones personales de los hermanos Castro sobre Hugo Chávez que buscan garantizar, de esa manera, el apoyo económico a la revolución cubana".

El documento finaliza recordando los grandes aciertos que ha tenido  la Fuerza Armada en la solución de nuestras complejas y difíciles crisis históricas al ser capaces de interpretar cabalmente el sentimiento nacional. Al referirse a la grave crisis política actual señala "la institución armada debe mantener un necesario equilibrio entre todos los grupos sociales y políticos para poder ser factor de unidad de nuestro pueblo", y recuerda las inconvenientes declaraciones de algunos integrantes del Alto Mando Militar, violatorias del contenido del artículo 328 de la Constitución Nacional, y como esas declaraciones "han debilitado su credibilidad y autoridad moral limitando su capacidad para poder influir en la solución de la compleja situación nacional".

En verdad, las actuaciones de la Fuerza Armada han sido muy acertadas en las grandes crisis históricas venezolanas al interpretar sus cuadros con gran acierto el sentimiento nacional. Solo con recordar dos de esas actuaciones, la muerte de Juan Vicente Gómez y el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, se ratifica esa tesis. En 1935, los venezolanos aspiraban a  que en Venezuela se estableciera un régimen respetuoso de las libertades ciudadanas, que a su vez impulsara importantes transformaciones económicas y sociales. Apenas el general Eleazar López Contreras, ministro de Guerra y Marina, se encargó del Poder Ejecutivo liberó a todos los presos políticos, autorizó el regreso de los exilados, aprobó una avanzada Ley del Trabajo y aplicó el Plan de Febrero.

La decisión de Marcos Pérez Jiménez de permanecer en el poder después de finalizar el período presidencial generaron las condiciones para que un grupo de oficiales medios se insurreccionara  el 1 de enero de 1958. A partir de ese momento, se inició una importante crisis política  que condujo  a  los Altos Mandos a derrocar al dictador. La Junta de Gobierno, presidida por el contralmirante Wolfang Larrazábal, interpretó el sentimiento de los venezolanos, que aspiraban el establecimiento de un régimen democrático, y convocó a unas elecciones justas y transparentes. La Fuerza Armada fue el factor fundamental para alcanzar esa aspiración popular. La historia es siempre buena consejera. Actualmente, los venezolanos exigen derrotar el odio y recuperar la tan ansiada unidad nacional.

fochoaantich@gmail.com
 
FUENTE:  EL UNIVERSAL