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martes, 2 de julio de 2013

¿LO OLVIDAMOS?, ES ILEGÍTIMO. Por: Paciano Padron.

 
2 de julio de 2013 12:21
¿LO OLVIDAMOS?, ES ILEGÍTIMO
 
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No hay duda de la ilegitimidad de origen del proclamado por el CNE como Presidente de la República, luego de los comicios del pasado 14 de abril, tal como está probado en los recursos formalmente interpuestos ante el Tribunal Supremo de Justicia, los que duermen plácidamente en los escritorios de los magistrados. Lo único que se ha sabido después de dos meses, es que de manera inconstitucional y violenta, contrariando la ley y la lógica jurídica, la Sala Constitucional arrebató los expedientes a la Sala Electoral, ya que si bien es la competente para conocer la materia, ella es de menor confianza para el Ejecutivo Nacional, al cual están sometidos y de rodillas todos los poderes públicos.
         A raíz de los resultados cantados por el CNE, reaccionamos convenientemente, de manera responsable y pacífica, de forma enfática y firme. No obstante, hemos visto disminuir la protesta, tal vez silenciada por el día a día, ya que cada jornada trae sus problemas y afanes, colocando en segundo plano lo que no debe ceder en ningún momento el plano fundamental del interés colectivo. Lo que está en juego es la República, la democracia, la calidad de vida y la felicidad del venezolano.
         Evidentemente que la demanda de justicia electoral ante resultados falseados por el CNE, no es el único problema que nos preocupa y ocupa, que nos toma corazón y tiempo, inteligencia y dedicación; eso es verdad, pero no debe dejarse pasar un solo día sin, por lo menos, recordar a la opinión pública nacional y mundial que vivimos bajo un régimen que ha violado el Estado de Derecho y trampeado los resultados electorales; recordar que esperamos justicia y luchamos por ella.
         La magnitud de los otros problemas que nos agobian es, tal vez, la razón fundamental para diferir o disminuirle potencia al reclamo electoral. Por ejemplo, la delincuencia es noticia de todos los días, los delincuentes asesinos no tienen miramientos; acaban de degollar a dos niños en Belén, Guarenas, llamada “ciudad socialista”, comunidad de reciente creación que es un verdadero infierno. Por ironía, Belén es la ciudad donde nació el Niño Dios, y Belén es la comunidad de Guarenas donde niños son degollados y adultos son chuceados o tiroteados, robados, violados y asesinados. Pero toda Venezuela es una Belén, es una tragedia donde la vida vale poco, tal vez lo equivalente a un par de zapatos, a un celular o reloj, a una motocicleta o a lo que se le pueda antojar a cualquiera de los integrantes de las bandas delictivas que se mueven impunemente. Qué se puede esperar de un Ministro del Interior que dice textualmente desconocer  “de las extorsiones y los hechos delictivos que cometen los colectivos en Catia y el 23 de Enero”; de un Ministro que acaba de declarar que “los homicidios se han reducido 5%”, y que sostiene que “la clonación de cédulas y la usurpación de identidad no es un delito que nos preocupe”.
         Entendemos que el desabastecimiento nos agobia, que “tenemos patria” pero no papel tualé, ni leche, café o aceite, ni harinas, azúcar ni otros productos vitales para todos; comprendemos que la inflación devora los salarios como el agua a la sal; estamos conscientes de que el desempleo y la falta de vivienda castigan a muchos, que los servicios públicos son un desastre y que agua y luz son dolores de cabeza; que nos están arrebatando las universidades, lo que equivale a matar el futuro; en fin, que cada día vivimos peor, y que cada día se aleja la Venezuela próspera, segura, de inclusión real y de desarrollo que anhelamos.
         Debemos enfrentar los afanes de cada día, pero no podemos olvidar que el ilegítimo debe salir, que la podredumbre del cogollo enquistado en el poder debe dar paso a quien el pueblo señaló como Presidente. Por encima de la tarea diaria y de la respuesta inmediata a los problemas cotidianos, tenemos que reclamar de manera constante e indeclinable la justicia electoral que nos permita salvar la democracia y la libertad. Adelante.
PACIANO PADRÓN
Telefax: (0212) 482-4569 – (0414) 328-1848