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jueves, 20 de febrero de 2014

DESDE URUGUAY: Lección mal aprendida. Editorial.


Editorial

Lección mal aprendida

La dramática situación que padece el pueblo venezolano reproduce en tiempos de las redes sociales y su comunicación, instancia de un fenómeno lamentablemente repetido en la historia de América Latina. Un gobierno populista y demagógico, cuando empieza a perder pie se vuelve crecientemente autoritario. Nada nuevo, salvo la constatación de que nuestra región no está a salvo de recaídas en fenómenos que algunos llegaron a creer superados y parte del pasado.
20 feb 2014
La lucha que lleva adelante buena parte del pueblo venezolano, con sus estudiantes a la cabeza del reclamo de Libertad, conmueve, porque enfrentar a un régimen como el de Maduro se hace al riesgo de la propia vida, como ha quedado tristemente demostrado. Una consigna que levantaron estos días un grupo de muchachos gráfica nítidamente la determinación de estos jóvenes: "Mamá, me voy a luchar por Venezuela, si no regreso me fui con ella."
Mientras tanto, por nuestro país las respuestas del gobierno, del Frente Amplio y de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) aunque no sorpresivas fueron deplorables. La clásica hemiplejia moral de la izquierda quedó expuesta de forma repugnante defendiendo a un gobierno que avasalla la libertad de expresión, de reunión, la separación de poderes y las más elementales garantías para las personas.
Cuesta creer que en pleno siglo XXI y después de la última traumática experiencia que atravesó nuestro país haya uruguayos que defiendan a un régimen que reprime con violencia manifestaciones estudiantiles, que encarcela líderes opositores, que censura a la prensa y todo en nombre de que "el proceso cívico-militar no se va a dejar amedrentar" como manifestó la Ministra de Defensa de Nicolás Maduro. Los demócratas de cualquier país no pueden callar sin ser cómplices. Si un gobierno extranjero legítimo en su origen y en su ejercicio no nos gusta mala suerte, es la decisión de su pueblo y en tanto tal, inapelable. Pero un régimen autoritario no es producto de la autodeterminación sino de la usurpación, y este es el caso.
Cuesta creer que la izquierda criolla siga anclada en su pensamiento de hace cincuenta años sin haber entendido que, como decía Wilson Ferreira, el problema no es que sea una dictadura de derecha o una dictadura de izquierda, el problema es que sea una dictadura.
La falta de piedad con los muertos, con los millones de venezolanos que padecen la violencia de un gobierno controlado a control remoto desde Cuba no debería encontrar respaldos salvo de los totalitarios de ayer y de hoy. Las declaraciones del Frente y de la FEUU no son solamente tristes por totalitarias y cargar con un sesgo ideológico que impide ver la realidad, son inhumanas por ponerse del lado de quien mata, tortura y encarcela, lo que francamente nos horroriza.
Son muchos los temas en que el Frente Amplio tiene opiniones distintas dependiendo de dónde y con quién se trate, pero cabe preguntarse qué tan sinceras son sus convicciones democráticas si son capaces de defender un régimen como el de Maduro. Se dirá, y seguramente es cierto, que muchos legisladores frenteamplista en su fuero íntimo están con los estudiantes venezolanos y no con los tanques del ejército, pero al tener una posición pública contradictoria hacen mucho daño.
América Latina ya ha padecido lo suficiente de dictaduras de izquierda y de derecha como para que tengamos que señalar cosas tan obvias como que toda dictadura es mala. Es decepcionante que en vez de afrontar los desafíos reales del desarrollo, de la inclusión, de la educación, entre otros, se pierda tiempo teniendo que defender al sistema democrático. ¿No debería ser a esta altura un consenso compartido por todos?
En 1999 en un spot publicitario del Nuevo Espacio Rafael Michelini decía: "El coronel Chávez atropella la democracia en Venezuela, tiene olor a dictadura. Sin embargo, una parte del Frente Amplio lo aplaude y otra parte disimula, sin ánimo de criticarlo. En la izquierda deberíamos saber que los golpistas son siempre golpistas. ¿O no aprendimos nada?" Hoy que la situación es mucho más clara que entonces, porque ya no solo tiene olor, sino color y gusto a dictadura, el Frente Amplio y sus colaterales siguen aplaudiendo. Lamentablemente queda clara la respuesta a la pregunta de Michelini: no aprendieron nada.

FUENTE: El País

REMISIÓN: Germán Guillén. / Opinion politica acerca de la situacion venezolana desde la Republica Oriental del Uruguay!!

IMAGEN SUPERIOR:  Maduro visitó Cuba y se reunió con Fidel / Noticias al Día