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miércoles, 23 de julio de 2014

LA DEMOCRACIA LIBERAL VS. EL NEO-COMUNISMO CRIMINAL (I) Por: César Guillen Citterio.






IMAGEN: Cortesía de Wikipedia

LA DEMOCRACIA LIBERAL VS. 
EL NEO-COMUNISMO CRIMINAL (I)
Por:  César Guillen Citterio

La democracia en su sentido moderno, es el de una forma de sociedad que consigue conciliar la eficacia del estado con su legitimidad, su autoridad con la libertad de los individuos. Pero congénitamente no está hecha para defenderse de los enemigos que, desde el exterior, aspiran a destruirla: sobre todo cuando el comunismo, variante acabada del totalitarismo o del novedoso Totalitarismo islámico, consiguen presentarse como un perfeccionamiento de la democracia misma, aun siendo en la práctica su negación absoluta.

Por principio la democracia está ocupada en el mejoramiento paciente y realista de la vida en sociedad. El comunismo y el Islamismo radical por el contrario se orientan por necesidad, hacia el exterior porque constituyen un fracaso social, son  incapaces de generar una sociedad viable. Mientras que esos regímenes liquidan todo enemigo interior  gracias a medios simples e infalibles, porque son desde luego anti democráticos. La democracia no puede defenderse más que con mucha prudencia. El enemigo interno de la democracia juega así con ventaja porque aprovecha el derecho al desacuerdo que es  propio de la democracia misma.

El comunismo en una sociedad democrática, se esconde  bajo la oposición legítima. Es por ello  que podemos decir que la democracia, es el régimen que paradójicamente le ofrece a los que la quieren destruir la posibilidad de hacerlo como un derecho por ella permitido.

El comunismo aprovecha  esta situación para aplastar a sus oponentes, mientras la democracia no hace uso de ella, por  sentirse acusada de traicionar su principio elemental. “El derecho a disentir.” Vale decir que quienes quieren destruir la democracia se presentan como patriotas legítimos y los que la defienden son tildados de pro- imperialistas de una represión reaccionaria”
Existe una industria de la propaganda comunista, en la cual todo lo que se produce o le  ocurre  de malo al tercer mundo, es producto de los países democráticos industrializados de occidente y quienes promueven con ingenuidad perruna tal apreciación, son los mismos déspotas que lideran a ese tercer mundo. (Los Castros)


El montaje ideológico que sirve de base a esa estrategia en la actualidad es el denominado “Progresismo o Socialismo del siglo 21”  que en el fondo es solo un refrito ideológico de los años sesenta con base a la unión Soviética y la China de Mao, cuyo evidente fracaso y su viraje al capitalismo del mercado después de 80 años fue el producto del despotismo criminal y de la destrucción económica y social. Lo de Cuba no vale la pena ni siquiera mencionarlo, conocemos muy de cerca su modus operandi. 

Pareciera que los errores de la democracia se pagan muy caros, mientras las del totalitarismo comunista y los radicales islámicos son fácilmente perdonable y pueden renacer  con todos sus males e injusticias. Que el comunismo o lo que queda de ello trate con todas su fuerzas de destruir la democracia, es hasta natural, puesto que son incompatibles y la supervivencia del primero depende de la extinción de la segunda……

 ¿Debe pues una sociedad ante enemigo tan criminal y poderoso escoger entre la servidumbre o el suicidio? 

                                                        IMAGEN: Cortesía de Taringa