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martes, 19 de agosto de 2014

¡Urgencia Nacional! Por: José Vicente Carrasquero A. Opinión. Venezuela.


¡Urgencia Nacional!
José Vicente Carrasquero A.
Los venezolanos están viviendo una crisis sin precedentes en la era petrolera de nuestro país. Una situación que se caracteriza por una calidad de vida en niveles de precariedad para la inmensa mayoría de los habitantes de esta tierra bendecida por tantas riquezas naturales.
Los conocidos y trillados efectos de una política de fuerte intervención del gobierno en la economía no se hicieron esperar. Pasó lo que en todos los países que siguieron la misma receta. La quiebra de la empresa privada, particularmente de la productora de bienes, una brutal contracción de la economía y un pésimo manejo de la moneda por las autoridades que rigen las finanzas públicas. Estas políticas fallaron en países con burocracias mejor formadas que las que tenemos aquí. Por lo tanto, lo que está pasando está claramente descrito en la literatura y diáfanamente explicado por los expertos en la materia. Incluso, los economistas afectos al régimen critican el pésimo manejo que se ha hecho de nuestras riquezas en los últimos tres lustros (tres períodos presidenciales de los de antes).
Lo verdaderamente lamentable son las nefastas consecuencias que esta irracional forma de conducir lo económico ha tenido sobre la población. Debemos necesariamente comenzar por el sector salud. En Venezuela están muriendo personas porque el sistema hospitalario está en el piso. Se reporta que venezolanos deben sufrir amputaciones porque no se cuenta con suficientes recursos quirúrgicos para aplicar verdadera medicina moderna, no cubana. Los pacientes de cáncer tienen que esperar por aparatos y medicinas mientras la mortal enfermedad hace estragos en sus humanidades. Los pacientes diabéticos sufren en la búsqueda de las medicinas para mantener una adecuada calidad de vida. Los pacientes que requieren anticonvulsivos no cuentan para un gobierno al que no le importa el pueblo. Se ha hecho imposible conseguir lentes de contacto. Quizás algún burócrata ignorante considera a esos adminículos un lujo. Lo cierto es que el venezolano reza por no enfermarse. La crisis ha llegado a las clínicas privadas que comienzan a mostrar problemas bastante similares a los de los entes públicos.
La escasez de los alimentos ha sido lo suficientemente documentada. La última de las luchas es contra el contrabando. Unas acciones que son bienvenidas pero de las cuales no se debe esperar que resuelvan el problema que trae de cabeza a los venezolanos como es la búsqueda de un paquetico de lo que sea en donde sea.
Los repuestos de vehículos y ahora de motos es un asunto que afecta a buena parte de los venezolanos. Menos vehículos de transporte. Menos posibilidades de trasladarse con rapidez y economía. Imposible reponer un auto o una motocicleta. Los que antes dijeron que nos sobraban los dólares, ahora nos dicen que no hay.
El default selectivo en el que se encuentra el gobierno se hace más evidente con el problema de las aerolíneas. Todavía hay algún burócrata que irrespeta a los venezolanos diciendo que vuelve una aerolínea después de haber atendido el mundial. ¿IGNORANTE O MENTIROSO? ¿O una peligrosa combinación de ambas cosas? Lo cierto es que después de tener vuelos diarios a Venezuela, esa línea aérea informa que tendrá un solo vuelo semanal. ¿Qué tendrá que decir Cheverito?
El default tiene elementos probatorios adicionales como las deudas a las compañías ensambladoras de vehículos, laboratorios y proveedores de inventario médico que ya no nos despachan, vendedores de alimentos que no nos suministran mientras no se cumpla con la deuda. Lo cierto es que el gobierno no tiene dólares.
¿Para qué se usan las pocas divisas que nos entran? El gobierno privilegia el pago de la deuda externa y del servicio de esa deuda sobre las necesidades de los venezolanos. Y lo hace para que no se le terminen de cerrar los créditos internacionales y caigamos en una situación todavía peor.
La situación es de urgencia. Es de extrema gravedad. En Venezuela hay gente que está muriendo por falta de insumos médicos. Hay gente que muere por falta de repuestos. ¿Cómo así? Bueno, los que matan para robarle un auto o una moto para usar los repuestos. Hay gente que muere víctima del hampa desatada. Hay gente pasando hambre así el gobierno se empeñe en negarlo. Hay gente que vive en una angustia permanente.
Venezuela fue catapultada al siglo XVIII. En eso van teniendo éxito. Los niveles de vida ya son bastante parecidos a los de la primera década del siglo XX. El venezolano es un menesteroso internacional. Los controles nos han empobrecido de una manera drástica e inconcebible.
Esta situación de urgencia debe ser atendida por la clase política en su conjunto. La cosa no está para juego. La ridiculez de poner cargos a la orden no es suficiente. La privatización de CITGO no servirá sino para empobrecernos más. Hacen falta medidas heroicas. Duras medidas que resuelvan de una vez por todas esta crisis que vivimos desde 1983.
Quienes fingen gobernar son presidiarios de un discurso ideológico que los hunde cada día más. Comenzando por quien los preside, tienen poca capacidad de entender lo que está pasando. De no tomar las acciones que la urgencia requiere, se enfrentan a la factura que significa un pueblo desbordado después de haberse hastiado de las mentiras y falsas ilusiones. Esos sucesos siempre terminan significando una ruptura que lanza al basurero de la historia a aquellos que el pueblo identifica como causantes de sus males.
Es menester, necesario, ineludible, inevitable enfrentar esta situación de urgencia nacional.