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jueves, 30 de abril de 2015

Ejército intentó liberar a detenido por extorsión. #Monagas #Venezuela

Ejército intentó liberar 

a detenido por extorsión

El preso era un suboficial que supuestamente actúa en nombre de delincuentes. Uniformados tomaron la subdelegación de Cicpc
30 DE ABRIL 2015 - 12:01 AM

Momentos de tensión se vivieron el domingo en la subdelegación Temblador de la policía judicial, cuando un grupo de oficiales y tropas del Ejército intentó liberar a un suboficial que fue apresado in fraganti luego de cobrar una suma por extorsión.
Los problemas comenzaron en la calle El Calvario de esa población del estado Monagas el domingo a las 10:30 am, cuando los policías detuvieron al sargento Luis Carlos Maita Berra, de 25 años de edad, quien -indicaron fuentes policiales- había cobrado 2.000 bolívares a un comerciante de 59 años de edad a cambio de protección. No era la primera vez. La víctima supuestamente recibía llamadas de un conocido líder de presos, apodado "Wilmito". De no pagar, su comercio y su familia correrían con las consecuencias.
Para el momento en que lo apresaron, el suboficial vestía de mototaxista y supuestamente hacía una encomienda por orden de los líderes del grupo criminal. Se trasladaba en una motocicleta marca Unico azul, sin placas. Además del dinero, le incautaron un teléfono celular y una credencial que lo identificaba como efectivo del Ejército.
La detención fue informada a la Fiscalía 23 del Ministerio Público en Monagas. Maita fue recluido en una celda de la subdelegación mientras se hacían los trámites para su presentación ante un juzgado de control.
Poco después un grupo del componente militar, encabezado por un capitán de apellido Quiroz y un teniente de apellido Medina, se presentó en la subdelegación para exigir en forma arbitraria la inmediata liberación del suboficial.
Los accesos a la instalación policial fueron tomados por soldados mientras los oficiales presionaban al personal de guardia. Maita, sin embargo, no fue liberado. El jefe de la subdelegación, comisario Rafael Fernández, explicó a los militares las circunstancias en las que Maita fue aprehendido, e indicó que el expediente ya estaba en poder de la Fiscalía, por lo que ellos no podían tomar ninguna decisión al respecto.
El suboficial fue imputado por extorsión. En Temblador y otras poblaciones de oriente del país los comerciantes son amenazados por individuos que exigen pagos para no atentar contra sus familias o negocios. Las llamadas generalmente son hechas desde internados judiciales.
El Dato
El 12 de diciembre, efectivos del Grupo Antiextorsión y Secuestros de la GNB en Nueva Esparta se vieron obligados a liberar a dos oficiales de la policía regional apresados en Punta de Piedras cuando se apoderaron de un paquete que simulaba ser los 30.000 bolívares exigidos a los dueños de un centro social. Los militares fueron rodeados por uniformados cuando se disponían a trasladar a los presos desde la plaza Bolívar de la localidad margariteña.
FUENTE: EL NACIONAL
REMISIÓN: Pedro Salazar. 

lunes, 27 de abril de 2015

EL GOLPE MILITAR. Por: Antonio Sánchez García @sangarccs


EL GOLPE MILITAR


Antonio Sánchez García
 @sangarccs

“Toda dictadura es oprobiosa y deprimente, porque representa a una minoría entronizada por la fuerza en el poder. Todo régimen dictatorial, para mantener su inestable equilibrio, debe recurrir a métodos de barbarie que angustian al espíritu ciudadano y repugnan a las conciencias limpias.”
General Carlos Prats González, Memorias. [1]

            Una cosa es la teoría y otra, muy distinta, la práctica. Que a los mil días del establecimiento del gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular el proceso se había estancado en un callejón sin salida, que estábamos al borde de un golpe de Estado que se aproximaba a pasos agigantados, posiblemente no hubiera nadie en Chile que lo dudara. Hay momentos en que el reloj de la historia se detiene y la vida se mueve como en cámara lenta. Para precipitarse en horas y reventar ante nuestros espantados ojos de un instante al otro. Pero como solemos reaccionar ante las catástrofes cantadas e inminentes, el comportamiento natural impulsa a cerrar los ojos y esconder la cabeza. Es el síndrome del avestruz.

            Allende estaba solo. A pesar de la masiva movilización de respaldo que se dirigió a La Moneda el 29 de junio de 1973, ante el globo de ensayo del golpe de Estado para el que faltaban exactamente setenta y cuatro días, frustrado entonces por la intervención en contrario de Augusto Pinochet, la llave de seguridad de un gobierno asediado que se sostenía con alfileres. Todos hicimos como que la amenaza letal había sido conjurada, todos aclamamos a Allende sin comprender que ya estaba rodeado de una inmensa soledad, todos aplaudimos al general Prat y al general Pinochet, aquel condenado a muerte ya por entonces y el otro elegido por los dioses para la gran traición. Cosa que entonces nadie, absolutamente nadie sabía. Ni siquiera los protagonistas. Todos volvimos cabizbajos, llenos de siniestras premoniciones, a mal dormir esa y las setenta noches siguientes.

            En esos setenta y un día la vida de todos los chilenos quedó suspendida, en vilo, como detenida en el espacio y el tiempo por un conjuro. El golpe se había hecho inevitable. El gobierno de Salvador Allende no daba para más: estaba exangüe, exhausto, agotado. Allende había jugado todas sus cartas. La última era impensable e irrealizable: la renuncia. Los más ingenuos, los más impacientes, entre los que me contaba, creíamos que podía ser evitado empujando hacia el abismo. Aceitando los cachivaches con los que creíamos que podíamos enfrentar a un ejército profesional y perfectamente consciente del papel que le correspondía en la tragedia: ser la implacable fuerza de choque del tirano.

Los más conscientes, obviamente los más pesimistas, intentaban vanamente  darle los últimos alientos a Salvador Allende, el mártir, buscando desesperadamente pero sin asomar su angustia una hendidura, un paso que diera a una salida honorable: rendirse pero mediante la democrática expresión de un plebiscito. Cuando en su último encuentro, el 8 de septiembre, le comentó al general Prats que en pocos días llamaría a un Plebiscito, que sabía perdido, éste le comentó con sorprendida amargura: “Perdone Presidente, usted está nadando en un mar de ilusiones. ¿Cómo puede hablar de un plebiscito, que tardará 30 o 60 días en implementarse, si tiene que afrontar un Pronunciamiento Militar antes de diez días?” (Ibid, pág. 510.). Sucedió, pero en tres días. Setenta y dos horas.

El pueblo estaba como atragantado. Ni preparado ni dispuesto para iniciar una guerra civil, la única verdadera preocupación del príncipe mártir y del tirano al acecho. El mártir, porque era consciente del devastador poder de fuego de la reacción: fuerzas armadas compactas y verticales, absolutamente unánimes, poder judicial sin hiatos legitimando la intervención, parlamento, empresariado, clase dominante, medios de comunicación cónsonas en que había llegado la hora de las armas. El tirano, porque le temía al poder devastador del pueblo, si está dispuesto a guerrear por sus derechos. Y él sabía que el respaldo popular de Allende, así no fuera mayoritario, estaba intacto y que tras suyo había esperanzas y un auténtico convencimiento. Lo que no sabía era que Allende ya había tomado la decisión más trascendental de su vida: sacrificar su vida en aras de evitar una tragedia, suicidarse a cambio de la paz, seguro de que el futuro se abriría en grandes alamedas, como lo comunicara al comprobar la verdadera y devastadora dimensión del golpe de Estado, en su última alocución:  En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la Patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada. Este es un momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor. Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta Patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra... rota la doctrina de las Fuerzas Armadas. El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.” Pocas horas después demostraría ser un hombre de palabra, un hombre cabal: se quitaba la vida.
            Escuché ese discurso poco después de las 8 de esa mañana, mientras me dirigía al centro de investigaciones socioeconómicas de la Universidad de Chile, en donde trabajaba. Me quedó absolutamente en claro que no había nada que hacer, que el temido golpe de Estado por fin se estaba produciendo, que el monstruo había tomado su gran decisión. Allende había sido claro y explícito: prefería ser acribillado en La Moneda o quitarse la vida antes que rendirse. Pero sabiendo la inutilidad de toda resistencia recomendaba mantenerse en los sitios de trabajo o regresar a los hogares. Era el gran estadista al final del camino. Poco después, sus cuatro edecanes le harían saber que las fuerzas armadas actuaban absolutamente unidas y bajo un mando único, lo que hacía inútil cualquier resistencia. Ante el asalto de un comando del ejército al palacio de gobierno, inmediatamente después del bombardeo, ordenó a los suyos retirarse sin hacer resistencia y se disparó una ráfaga de su fusil ametralladora bajo la barbilla.
            Hoy, a cuarenta y dos años de esa tragedia, me atrevo a afirmar que salvo los generales a cargo de la operación y los comandantes de fuerza, muy pocos sospechaban en Chile la extensión, la profundidad, el alcance y el proyecto de país que se escondía detrás del golpe. Y que nadie, salvo posiblemente el último en adherir a la conjura, Augusto Pinochet, sabía de los verdaderos plazos y perspectivas que lo animaban. Sólo los más afiebrados de entre los ultra derechistas, aquellos que conminaban a un Jakartazo, tenían conciencia de lo que se nos venía encima a los chilenos. Los civiles de todos los sectores – empresariales, académicos, eclesiásticos, políticos - que se habían opuesto al proyecto de la Unidad Popular esperaban retomar el control del país y devolver las fuerzas armadas a sus cuarteles tras recuperar el control de la situación. Con los menores costos en pérdidas de vidas humanas imaginable. Finalmente, y en términos estrictamente políticos, el gobierno de Salvador Allende apenas traspasaba la barrera del 40%. La inmensa mayoría del país quería volver a la normalidad y terminar por darle un portazo a la catástrofe. La inestabilidad era insoportable, la odiosidad y el ambiente bélico eran inaguantables, la extinción de toda perspectiva de futuro. intolerable, la inflación y el desabastecimiento de los bienes más esenciales – la leche, el pan, la carne, los medios de higiene, la gasolina, los repuestos - habían alcanzado cotas hasta entonces inéditas y pronto los chilenos no tendrían literalmente qué comer, cómo sobrevivir ni a qué dedicarse. Estábamos tocando fondo. Por primera vez en nuestras vidas. Pinochet confesaría más tarde que al ver la desesperación de las colas supo que el golpe se había hecho inevitable.

            Al mediodía del 11 de septiembre esas divagaciones sobre la naturaleza del golpe habían sido despejadas. El cruento, quirúrgico y demoledor bombardeo a La Moneda por tierra y aire que posiblemente nadie esperaba terminó por aclarar las cosas: eso era un golpe. Eso era el golpe. Imponer manu militari el orden, acorralar, perseguir, aprehender, encarcelar y asesinar a todos aquellos que pretendieran oponerse mediante acciones concretas a las decisiones de la Junta Militar de Gobierno. Con la mayor eficacia, la mayor profundidad, la más absoluta radicalidad y en el menor tiempo. Erradicar las pretensiones socialistas del corazón y la mente de los chilenos, acabar con partidos y militantes que las animaban, volver a imponer la disciplina, el acatamiento, la obediencia al poder político militar que venía a rescatar la institucionalidad republicana. Y liquidar cualquier pretensión en contrario. Una guerra abierta y declarada, letal y fratricida contra cualquier veleidad marxista leninista. Una guerra que impondría sus propósitos, siguiendo con la mayor fidelidad los principios republicanos asentados en el Escudo Nacional con una clara, sencilla e inequívoca voluntad de poder: POR LA RAZÓN O LA FUERZA. Ante el horror desatado y para él incomprensible, escribe el general Prats la misma noche del golpe: “Por qué los demócratas sinceros del gobierno y de la oposición no fueron capaces de divisar el abismo a que se precipitaba el país?”. Por una muy sencilla razón: Dios ciega a quienes quiere perder.  

            Marx, en uno de sus más brillantes escritos políticos, El 18 Brumario de Luis Bonaparte, parafraseó la famosa frase de Hegel según el cual la historia se repite, agregando sin ningún sarcasmo que si el original era una tragedia, su repetición solía ser una farsa. Si transcurridos los mismos mil días de gobierno que condujeran en Chile a la tragedia del 11 de septiembre de 1973 se produjo en Venezuela lo que, lejos de toda verdad irrecusable algunos consideran un golpe de Estado, ese, el del 11 de abril de 2002 habría sido en cuanto supuesto golpe de Estado,  sin duda ninguna, una farsa. Como también ha terminado siéndolo esta sedicente revolución bolivariana, farsesca comedia convertida en satrapía de la revolución cubana. No obstante lo cual cabe preguntarse por nuestro desenlace: ¿cómo y cuándo llegará a su fin esta pesadilla?

            Es la angustiosa pregunta que todos nos estamos haciendo.

                       

viernes, 24 de abril de 2015

NO TODO EL SECTOR EMPRESARIAL ES CONFORMISTA (II) Por: CESAR GUILLEN CITTERIO. MOVIMIENTO LABORISTA.



NO TODO EL SECTOR EMPRESARIAL ES CONFORMISTA (II)

El Dr. Sosa Izaguirre, como director de Consecomercio, en franca y abiertas declaraciones, ha denunciado que la mayoría del sector del Comercio en Venezuela trabaja a medias y bajo constante presión por el  temor a recibir sanciones, además no posee inventarios y tampoco pueden importar sus productos. El fracaso del modelo económico socialista se refleja claramente en la devaluación permanente del Bolívar fuerte.

Ha mencionado también que las empresas básicas de Guayana redujeron su producción en un 70%, impactando a toda la cadena de transformación e intermediación comercial aguas abajo. Las políticas confiscatorias a  la empresa privada nacional, se pueden ver claramente por cuanto en el 2009 teníamos 650 Mil empresas, entre el 2012 y el 2013 se redujeron a 440 Mil y hoy no llegamos a 350 Mil. Este año se estima el cierre de otras 90 mil en todo el país. Es fácil sacar la cuenta de la cantidad de empleos estables que se han perdido y que han sido sustituidos por otras formas de supervivencia como lo es el comercio informl, el “Bachaqueo” y el aumento desmedido de la corrupción, el matraqueo y la criminalidad.

Se está a la puerta de una “GRAN HAMBRUNA NACIONAL”, el movimiento portuario disminuyó drásticamente por la ya inocultable escasez de divisas en dólares del gobierno.  Este no se consigue ni  a 6,30 ni a 250, porque simplemente “NO HAY DOLARES”. Lo confirman las recientes medidas de asignación de dólares para el exterior. Los venezolanos pagan las consecuencias de una mala administración  y de un modelo que ya nadie quiere ni aplica en ninguna parte del mundo.

La reducción de los ingresos fiscales por la renta petrolera, descendió de 96$ el barril a 43$ el barril en promedio. Como no alcanzan las divisas para las importaciones no queda otro remedio que castigar a todos los venezolanos con estas medidas, con las  lamentables consecuencias que ya se han señalado.

Para el Dr. Sosa Izaguirre esto no es sino el comienzo de un “CORRALITO FINANCIERO” donde simplemente no habrá dólares para nadie. Esto contrasta con la inmensa cantidad de depósitos y negocios en Dólares, que a conocidos jerarcas del régimen rojo rojito, se les han descubierto en otros países. Lo que demuestra claramente la codicia, la mentira y la cínica actuación de este gobierno.

Las recientes amenazas de Nicolás Maduro a los pocos empresarios venezolanos productivos que quedan, no son sino el reflejo de desviar la atención, nadie puede producir bajo amenaza, y mucho menos si está preso. El riesgo a la inversión ha aumentado y la desconfianza que existe para invertir en Venezuela ya es conocida en el mundo entero. Esto es muy diferente al aumento del endeudamiento irresponsable de los préstamos con CHINA, quien bajo unos acuerdos que permanecen en secreto se apodera de todo el material estratégico y energético de nuestro país.

Para finalizar el Dr. Gustavo Sosa Izaguirre, quien además es profesor de postgrado de derecho Constitucional en la Universidad de Carabobo, señala que todo esto se ha ejecutado en abierta violación a los artículos 112, 115 y 116 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, donde todos estos derechos sobre la libre iniciativa, propiedad privada y el libre disfrute de sus bienes le están consagrados a todos y cada uno de los Venezolanos, y no bajo la arbitrariedad y el abuso del poder de algun funcionario del gobierno sea cual sea su cargo o funciones.

Vea la Reseña periodística ampliada en: ABC de la semana del 19/03/2015;  Ultimas Noticias  del 9/04/2015; Diario La Calle del 11/04/2015 y en el diario Notitarde del 13/04/2015.


CESAR GUILLEN CITTERIO/MOVIMIENTO LABORISTA.

IMAGEN: Costesìa de REPORTE VALENCIA

jueves, 23 de abril de 2015

A ponerse serios… Por: José Vicente Carrasquero A. Opinión. Venezuela.

A ponerse serios…
José Vicente Carrasquero A.
El gobierno venezolano sigue sin ponerle atención a los problemas que más afectan a los venezolanos. Según todas las encuestas la población sufre el problema del desabastecimiento, de pérdida del poder adquisitivo, de la criminalidad desbordada, del desastre de los servicios público, no tener adecuados servicios de salud, de un sistema educativo que se deteriora día tras día, de no poder sustituir un electrodoméstico dañado y una interminable lista de problemas que acogotan al común de las personas.

Mientras tanto, en las lúgubres instancias de poder solo se ocupan de problemas artificiales. Problemas creados en laboratorios para tratar infructuosamente de ocupar el espacio de la opinión pública con asuntos que no son de interés primordial para una persona que no consigue leche o pañales para sus hijos.

Los problemas que presenta la plana oficialista tienen que ver con una supuesta guerra económica que nadie en su sano juicio puede tomar por cierta. De hecho, las encuestas muestran que los venezolanos le están haciendo poco caso a esa argumentación. ¿Cómo es que el gobierno que más ha intervenido la economía en la historia, está postrado ante una supuesta guerra económica? ¿Quién es el enemigo?¿Cómo opera?¿Qué está haciendo el gobierno para combatir esta guerra?¿Ya puso, por ejemplo,  a producir todas las plantas de harina de maíz que expropiaron en el pasado? 

Hay que ponerse serios. Tienen que tener el guáramo para explicar a los venezolanos que las riquezas más grandes de la historia del país fueron despilfarradas y robadas por una cuerda de incapaces cuyo  único interés era hacerse inmensamente ricos y lo lograron. Y este no es un invento, abunda en los medios de comunicación informaciones que dan cuenta de ex funcionarios del régimen que gozan de fortunas y posiciones económicas que no podrían explicar. Apresar y condenar a algunos de ellos debiera ser prioridad del gobierno.
Una declaración que desde ya está nominada para la más ridícula del año es la del ministro de interiores diciendo que los policías son asesinados por paracos contratados por la extrema derecha y que tiene pruebas. A ponerse serio ministro. Primero, presente las supuestas pruebas, abra una investigación que permita saber cómo entraron esos irregulares al país. Ubíquelos y apréselos. Si no hace esto dentro de la primera semana de su declaración, la lógica y la ética indican que usted debe renunciar.
La triste verdad que tienen que admitir  es que el gobierno ha sido derrotado por el hampa que le ha arrebatado el monopolio de la violencia. No es cuento que las bandas criminales están mejor armadas que las policías. Todo porque el extinto Chávez le tenía miedo a las policías bien armadas porque lo podían tumbar. ¡Qué falta de seriedad!

En este discurso plagado de mentiras, inexactitudes y exageraciones, llegaron a decir que el sistema de transporte que estaban inaugurando en Maracay es el más moderno de Latinoamérica. Aquí vuelven a burlarse del pueblo que a lo mejor no sabe que en Bogotá funciona un sistema de autobuses con canales exclusivos que es muy eficaz y moderno aunque insuficiente. Es que les cuesta ser serios hasta en lo que hacen.

El enfrentamiento artificial con países como Estados Unidos y España es otra comedia que ponen en escena para hacer creer a quienes todavía le creen que Venezuela es amenazada por otros países solo porque a sus dirigentes les da la gana. Así no más. Sin que se diga la hipótesis de conflicto ni nada de eso. Algún sabio me saldrá con el cuento del petróleo. A ese hay que responderle que Venezuela tiene unas reservas naturales más preciadas que esas y que ni se mencionan en los galimatías guerreristas de la élite gobernante. Me refiero a las inmensas reservas de agua que para variar, se encuentran al sur de Venezuela.

Si fuesen serios, dirían que nuestras verdaderas amenazas la constituyen los diversos grupos guerrilleros que han formado su propio estado en la frontera con Colombia. Nos hablarían de las bandas criminales que introducen drogas que usan Venezuela como centro de distribución para otros países. Hablarían del cartel de los soles y de las mafias que explotan nuestras riquezas en el sur del país sin que los venezolanos nos beneficiemos en lo más mínimo.

La comedia a la que ya nadie le presta atención es la del golpe, magnicidio, etc. Se ha repetido tantas veces esta patraña que ya no asombra a nadie. Los únicos que pueden dar un golpe son los militares. Son los que tienen la capacidad operativa para actuar en ese sentido. Pónganse serios y señalen a los golpistas. Los de verdad, no militares retirados o asimilados que no tienen comando de tropa.

De los escándalos de corrupción que aparecen desde hace semanas en los medios no dicen absolutamente nada. El pueblo ya sabe quiénes se robaron los reales y los tiene pasando trabajo. La gente está esperando el momento adecuado para expresarse.

Para ser serio es necesario que el gobierno se ocupe de los temas pertinentes a la agenda de los venezolanos que les pagamos sus salarios. Solo basta con salir a dar una vuelta por ahí para apreciar lo que es necesario hacer. Si creen que con todas estas pantomimas evitarán el desprecio popular expresado en términos electorales, están muy equivocados.

Ponerse serios pasa por comenzar a asumir el costo político de las medidas que tienen  que tomar para arreglar la economía destruida por el pernicioso modelo económico que se empeñan en mantener. Ponerse serios pasa por ponerle un parado al hampa. Ponerse serios es desmontar un control de cambio que no ha impedido que la corruptela roja se haya hecho groseramente rica. Ponerse serio es desmontar los controles para que el libre comercio permita resolver el problema del desabastecimiento y la inflación. Ponerse serio necesita, y esta si está difícil, poner gente competente, conocedora y proba en los cargos ministeriales. No porque en el país no los haya, sino porque seguramente no militan en el partido de gobierno y no estarían dispuestos a participar en el desastre que significa esta administración para los venezolanos.

De cualquier forma, la suerte está echada. No importa lo que este gobierno haga. El pueblo se cansó de la mentira permanente y de que sus problemas no sean tomados en cuenta por los gobernantes. Solo esperan el momento de pasar la factura, eso que los politólogos llaman voto castigo.

PS: recomiendo leer la entrevista al Padre Alejandro Moreno. Reflexiones que comparto íntegramente http://www.lapatilla.com/site/2015/04/22/alejandro-moreno-de-seguir-como-vamos-venezuela-desaparecera-como-sociedad/

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No nos vamos, nos quedamos: Por: Fernando Ochoa Antich. @FOchoaAntich




No nos vamos, nos quedamos
Fernando Ochoa Antich

Definitivamente, Maduro está desesperado. Así lo muestran sus permanentes agresiones a cualquier gobierno, institución o persona que se atreva a manifestar una opinión contraria a su manera de pensar o critique su acción de gobierno. No importa que sea una opinión respetuosa y prudente. De todas maneras, su respuesta es grosera sin importarle comprometer el prestigio de Venezuela.  La causa está a la vista. Su caída en los niveles de popularidad se mantienen de una manera sorprendente, sin que puedan influir las campañas de propaganda que organicen sus asesores comunicacionales. Así ocurrió con los  permanentes ataques a los Estados Unidos y al presidente Obama. No sirvió de nada. Apenas logró remontar unos puntos en las más recientes encuestas para volver a caer de manera estrepitosa. Para colmo, tuvo que aceptar el  reconocimiento de Castro, Correa, Morales y Ortega al presidente norteamericano

La razón es muy sencilla. La situación económica y social que los venezolanos enfrentan es de tal gravedad que es muy difícil encontrarle alguna solución si se mantiene  la  actual orientación política y económica de su gobierno. Los problemas que enfrenta son su falta de autoridad, voluntad e incapacidad para hacerlo. La cercanía de las elecciones parlamentarias y las presiones de los sectores  más radicales del chavismo se lo impiden. Un buen ejemplo son los presos políticos. Es la principal causa de crítica internacional. Una ley de amnistía sería recibida con beneplácito. Prefiere entrar en fuertes polémicas con jefes de Estado y de gobierno, instituciones e importantes dirigentes políticos del mundo, que enfrentar sus responsabilidades presidenciales. Otra acción que podría tomar es exhortar  al CNE para que realice unas elecciones parlamentarias transparentes, equitativas y justas. El rumor que existe sobre un nuevo cambio de circuitos no sería un buen camino…

La opinión internacional se encuentra muy sensible ante el deterioro de la  situación política venezolana como consecuencia de haber decidido Hugo Chávez retirar a nuestro país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en el año 2012,  para poder establecer, de manera definitiva,  un régimen hegemónico, sustentado en el control absoluto  por el Ejecutivo de todos los poderes públicos, eliminando su libertad e independencia constitucional. Esta conducta   viola flagrantemente la Carta Democrática Interamericana y se ha traducido en acciones para  criminalizar a la oposición política, perseguir a los medios de comunicación independientes, violar los derechos humanos empleando inclusive  armas de guerra en la represión de manifestaciones públicas y detener a sus asistentes de manera masiva. Esta ha sido la razón de los señalamientos nacionales e internacionales que han surgido en estos últimos días.

En la llamada Declaración de Panamá, 32 ex mandatarios iberoamericanos solicitaron una solución negociada al delicado problema venezolano, la libertad de los presos políticos y el establecimiento de reales garantías para el desarrollo de las elecciones parlamentarias. Las Cortes españolas aprobaron un comunicado en el cual se “solicita la libertad de Leopoldo López, de Antonio Ledezma y de Daniel Ceballos y de los demás manifestantes”. El comunicado fue aprobado por el partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español obteniendo 306 votos a favor y  19 en contra. Los senados colombiano y chileno y el parlamento costarricense aprobaron por absoluta mayoría declaraciones similares. Así mismo, hay pronunciamientos al respecto de la presidente del Brasil y del canciller uruguayo. La senadora Isabel Allende, hija del presidente Allende, al respaldar dicha solicitud, ratificó su anterior posición:”el gobierno de Maduro no es socialista sino una dictadura militarista”. 

Las ofensas de Maduro al presidente Rajoy y a la Cortes españolas generaron de inmediato un agravamiento de las tensiones diplomáticas entre España y Venezuela. No satisfecho con ese nuevo enfrentamiento dio unas fuertes declaraciones a su llegada de Cuba en la cual anunció la radicalización del proceso revolucionario convencido “que los empresarios sabotean la economía del país y le impiden al pueblo acceder a diferentes productos de primera necesidad”. Aseguró,  que en  contra de su gobierno está en marcha “una guerra económica dirigida por los empresarios y apoyada por los Estados Unidos”. Es claro que Nicolás Maduro desea ocultar dieciséis años de despilfarro y corrupción que han caracterizado a los gobiernos revolucionarios y nos han conducido a esta debacle. Muchos jóvenes y excelentes profesionales  han tenido que emigrar, ante la imposibilidad de contar con un futuro promisor gracias a los errores del régimen chavista. Sin embargo, Maduro debe saber que existen numerosos venezolanos que no se irán, que están decididos a quedarse,   seguros como estamos que en Venezuela está en marcha un  trascendente cambio político. 

Caracas, 19 de abril de 2015

fochoaantich@gmail.com

@FOchoaAntich .

martes, 21 de abril de 2015

NO TODO EL SECTOR EMPRESARIAL ES CONFORMISTA. (I) Por: CESAR GUILLEN CITTERIO. MOVIMIENTO LABORISTA




NO TODO EL SECTOR EMPRESARIAL ES CONFORMISTA. (I)

Es posible que ante todo este trágico panorama económico que por sus complejas características la mayoría de la población poco entiende pero padece. Y que precisamente por ser de poca comprension en sus causas, el gobierno hábilmente los manipula achacándole al sector productivo nacional y al capitalismo mundial la culpa de todos los males que actualmente padece Venezuela.

Es posible también, que la mayoría de los que si entienden lo que pasa, no alcancen a comprender el ¿por qué? los gremios empresariales actúen de una forma que algunos califican de “PRUDENCIA ESTRATÉGICA”  y otros, los más, de “SILENCIO CÓMPLICE”. Dejando una sombra de duda, que por demás está caracterizada por la permanente  coacción, extorsión y descalificación que sobre este fundamental Sector de desarrollo de una sociedad moderna, ha ejercido el gobierno en estos 15 años.

Ante esta disyuntiva, debe mencionarse con justicia, que si existen posiciones muy firmes y categóricas ante esta crisis que hoy padece nuestro país. Mención especial merecen un conjunto de declaraciones públicas que a través de los medios de comunicación ha realizado el presidente de la Cámara de Comercio de valencia y director de Consecomercio, el Dr. Gustavo Sosa Izaguirre, quien de una manera clara, contundente y sin temor ha venido advirtiendo y denunciando lo que en materia económica padece y padecerá nuestro país si se sigue profundizando el fracasado modelo económico socialista  del actual régimen autocrático y populista que lidera Nicolás Maduro.

El Dr. Sosa Izaguirre ha dicho desde hace mucho tiempo y de forma reiterada, que aquí no hay una “GUERRA ECONÓMICA” sino una “ECONOMÍA DE GUERRA”, lo cual dicho sea de paso, son cosas muy distintas. Lo afirma diciendo con cifras reales que se ha desmantelado el 80% del aparato productivo nacional y en ese mismo porcentaje se han incrementado las importaciones de todo tipo de bienes y productos, favoreciendo solo a sectores muy cercanos al gobierno nacional.

Cuando todo el aparato productivo y comercial nacional estaba funcionando, los productos alimenticios, las medicinas y los repuestos, se podían obtener en cualquier Supermercado, abasto y hasta las bodegas. Las medicinas en pequeñas farmacias y los repuestos en cualquier esquina. Se les conseguía de variadas marcas y presentaciones y el consumidor podía escoger por precio y calidad según sus gustos y posibilidades. Había de todo y para todos.

La actual política económica del gobierno, ha ocasionado la devaluación progresiva de la moneda y con ello el incremento de la  escasez, que es lo que a la postre  genera la inflación, porque el producto más caro es aquel que no se consigue. A la falta de producción y al cerco del productor privado debe agregársele una serie de trabas y condiciones (Muchas de ellas simples extorsiones) que ha impuesto el gobierno y que afectan la distribución de los ya escasos productos, estimulando la especulación en todos los niveles.

El caso más conocido actualmente  es el denominado “BACHAQUEO”, común ya en todos los centros de distribución de alimentos en el país. Este es un fenómeno que resulta del “rebusque” o “ayuda” para compensar el deteriorado salario de los venezolanos (Actualmente se necesita de 5 salarios mininos para comprar la cesta básica).

Es precisamente  por la falta de empleo estable y bien remunerado, que el venezolano debe destinar  íntegramente sus escasos ingresos, a la sobrevivencia de su familia.

Indicadores de la Universidad católica Andrés Bello, reflejan el aumento de la pobreza en un 48%. Cifras que se tratan de ocultar con las consabidas concentraciones de bochinche mediático, con los mismos burócratas y milicianos asalariados de siempre. Convertido todo en ese  triste y patético circo ambulante en el que se ha transformado nuestro país.


CESAR GUILLEN CITTERIO/ MOVIMIENTO LABORISTA

 IMAGEN: Cortesía de Venezuela Empresarial/  Comerciantes al borde del colapso total