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jueves, 2 de abril de 2015

¿Apátrida quién? Por: José Vicente Carrasquero A. Opinión. Venezuela.


¿Apátrida quién?
José Vicente Carrasquero A.

Una de los primeros instrumentos que incorporó el chavismo de la quincalla comunista cubana fue el diseño discursivo según el cual los gobernantes no tienen culpa de nada y los opositores son permanentemente vilipendiados, atacados y descalificados. De ahí surgen cantidad de epítetos que inconstitucionalmente han usado los presidentes rojos para dirigirse a los miembros del pueblo al que deben respeto. Estos descalificativos se usan en clara violación del artículo 21 de la Constitución que además de prohibir todo tipo de discriminación reza: “…Sólo se dará el trato oficial de ciudadano o ciudadana…”

Quizás el más infeliz de los términos usados por el chavismo oficial es el de apátrida. Con este epíteto pretenden despojar a quienes se les oponen de una de las características más importantes de un ciudadano como es su nacionalidad. Peor aún, pretenden que el apátrida es una persona que desprecia a su país. Un apátrida es, según los oficialistas, una persona que no quiere a su país por la simple razón de no estar de acuerdo con las políticas, iniciativas y posiciones impulsadas por este gobierno desde 1999.

De cara a lo que está sufriendo la inmensa mayoría de venezolanos en este momento, resulta necesario ver si ese epíteto descalificador no le encaja mejor a quienes conducen al país por la senda de la miseria y la destrucción. Veamos.

Podemos considerar apátrida a un funcionario de gobierno que vuele en avión de PDVSA a, por ejemplo, Brasil para que su esposa sea tratada en una clínica privada, mientras que en Venezuela miles de venezolanos se ven sometidos a la tragedia de una medicina que ha retrocedido fácilmente al siglo dieciocho. Un país en el que los enfermos de cáncer lo único que pueden esperar es la muerte, en el que los diabéticos sufren el calvario de encontrar sus medicamentos, en el que los niños recién nacidos son puestos en cajas de cartón y pare usted de contar.

Podemos decir que apátrida es el que gasta una fortuna en juguetería bélica para mantener contentos a los militares, mientras que los policías mueren a manos de un hampa desbordada que cuenta con los recursos de la droga y que por lo tanto está mejor armada.

Podemos llamar apátrida a quien siendo alcalde de un populoso municipio capitalino, se dedica a recoger firmas anti imperialistas mientras que sus habitantes son los que tienen la mayor probabilidad en el país de ser víctimas de un asesinato que a la postre quedará impune, sin investigación alguna. Los dolientes no obtendrán justicia temiendo que a otro familiar le ocurra la misma desgracia.

Podemos llamar apátridas a las bandas que cuentan entre sus miembros a militares activos que facilitan el contrabando de gasolina mientras los venezolanos en las fronteras tienen que hacer colas interminables para que le racionen el combustible.

Podemos llamar apátridas a quienes dedican tiempo, esfuerzo y dinero en defender a los sancionados en el exterior por presunta violación de derechos humanos mientras hace caso omiso de las desgracias que sufren los venezolanos en colas insólitas para hacerse de productos de primera necesidad.

Podemos llamar apátridas a quienes desde la Asamblea Nacional otorgan leyes habilitantes que no vienen a resolver el problema económico que sufre el país sino a facilitar liarse en un conflicto solitario con un país que no les está prestando ni la más mínima intención.

Podemos llamar apátridas a quienes regalaron nuestro petróleo y recursos a otros países que ahora le dan la espalda al pueblo venezolano. Apátridas quienes prefirieron hacer hospitales y casas en otros países mientras en nuestro suelo hay personas en extrema pobreza.

Podemos llamar apátridas a los que hacen caso omiso de las denuncias de corrupción que revientan día tras día en el panorama internacional. Denuncias que confirman las sospechas de que muchos corruptos chavistas se beneficiaron personalmente del tesoro público al tiempo que dejaban a los venezolanos sin los recursos básicos para su sustentación.

Podemos llamar apátridas a quienes has procurado que nuestra moneda termine siendo un objeto de valor inferior al de un billetico de monopolio. Apátrida quien ha permitido que el salario del venezolano se pulverice a valores inferiores al dólar diario. Apátrida quien ha permitido el saqueo de la riqueza más grande que recuerda la historia del país.

En fin, el epíteto de apátrida lo lanzan a los demás, después de verse en el espejo la cara purulenta y asquerosa de quien ha saqueado el tesoro nacional y ha dejado a los venezolanos en condiciones de miseria.

La lista de acciones apátridas del chavismo es mucho más extensa. Lo cierto es que no podrán evitar el juicio de la historia. Un juicio que los colocará como una banda criminal que arrasó con una cantidad de dinero superior a la que le entró al tesoro público entre 1811 y 1999. Una partida de desalmados que dejó al país en la miseria, no sin antes tratar de imponerse por la vía de la violación de los derechos fundamentales de los venezolanos.

Estoy seguro que como en el pasado, muchos de quienes apoyaron este proceso político sienten el dolor de la traición a las expectativas que tenían cuando confiaron en estos dirigentes el futuro del país. Y no puede ser de otra forma. Venezuela nunca había estado tan mal. Y tenemos en palacio al peor presidente de todos los tiempos.

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