PAGINAS Y RECORTES

viernes, 29 de mayo de 2015

EXCELENTISIMOS JUECES. Por: Vinicio Guerrero Méndez



EXCELENTISIMOS JUECES
Vinicio Guerrero Méndez

El mundo necesita: Hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas. Hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde. Hombres que no se vendan ni se compren. Hombres que se mantengan de parte de la justicia aunque se desplomen los cielos.                                           ELENA DE WHITE

En cierta ocasión conversaba con  un señor mientras esperaba una consulta. Este me relataba  tristemente un hecho insólito que le ocurrió hace veinticinco años.  Había sido condenado por un juez a pagar  una condena de  veinte años aún habiéndose confesado inocente. Me sentí muy nervioso cuando me enteré de su condición de ex presidiario  y a la vez conmovido por su desgracia pero más doloroso fue su final pues resulta  que meses antes de finalizar su condena se comprobó su inocencia.  

         Bajo esta condición puedo entender que el juez se equivocó pero no justifico el daño que le causó a un inocente y cuanto más  a su familia. Estos casos pienso  son aislados cuando no existe mala intención en las partes. 

         Siempre he querido pensar que en el dictamen de un juez está  la mano de Dios y será mejor que así sea porque para quienes ejerzan la función de jueces deben sumar atributos de naturaleza moral e intelectual,  donde su finalidad última sea la verdad y el predominio de la ley. 

Los rasgos de la personalidad del juez deben ser  inherentes a su investidura como mandatario de la ley, promotor de la razón y propagador de lo bueno y lo justo. Todo ello justifica la excelencia, basada en un código de honor inalterable, porque la justicia es una virtud del alma.
Ser juez es ser sincero en sus determinaciones, de  igualdad entre las partes y sin ningún prejuicio. Su preparación intelectual y el conocimiento de la ley, de la jurisprudencia y de la doctrina es esencial. Ser juez es ser forjador de la historia, ya que sus resoluciones son pronunciadas en nombre del Estado y tienen efectos innegables en la sociedad.
La verdad está edificada en su alta investidura, sin ella sus dictámenes carecerían de raíz, sin ella no sería posible depurar a la abogacía de todas sus miserias. Pero ¡Ay si profanan esta verdad! porque  entonces serían falsos jueces.

Los jueces falsos se validan entre sí, donde uno aplaude, afirma y establece al otro, pero no es el pueblo quien los ha legitimado para ejercer tan importantes cargos ha sido lastimosamente su servilismo 

En lugar de eso, rinden tributo y cumplen  a un mandato que no avala su propia conciencia  sino que se lo impone una fuente ¿Cuál es la fuente que los induce a emitir juicios falsos? ¿No fue acaso Judas con su traición escarmiento para los hombres de hoy? ¿Cómo saben que no están juzgando a Jesús? No temen vivir el resto de sus días con el rostro atormentado por la culpa de haber condenado un inocente? ¿Por qué condenan por tan escasas monedas? ¡Ay de ustedes! Porque si en verdad existe el mal también la justicia. El mal tiene fin la justicia es eterna y siempre llega porque en secreto de pocos Judas pregonará verdad. 

¡Ojala! no se hayan equivocado al emitir sentencias injustas o complacientes porque con el mismo martillo conque  administran injusticia golpean sin clemencia las estigmas de Jesús esas que hace dos mil años jueces injustos como ustedes lo condenaron  para complacer al hombre. Sus estigmas están vivas y cada vez le serán más dolorosas mientras los jueces de hoy  no vean la verdad como la ve Dios.

¡Libertad para los presos políticos!

“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. (Art.19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos) 

Afectuosamente,
         Imperfecto.
VINICIO GUERRERO MENDEZ