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jueves, 17 de septiembre de 2015

Chávez y López. José Vicente Carrasquero A. Opinión. Venezuela.



Chávez y López
José Vicente Carrasquero A.
La ausencia de escrúpulos que ha caracterizado a la clase chavista tuvo una nueva manifestación en la estrambótica sentencia que una juez del partido de gobierno impuso a Leopoldo López. Son muchas las irregularidades ligadas a la forma como se manejó este caso. Nadie en su sano juicio puede creer que una persona pueda ir presa por hacer política. Según los criterios aplicados en este caso, Chávez debió se condenado a 30 años de prisión sin posibilidad de perdón.
Genera estupor oír al alcalde de Libertador decir que a López le hubiesen dado cadena perpetua o pena de muerte en Estados Unidos. Es una muestra del poco respeto que la cúpula del partido de gobierno tiene por sus seguidores que asume ignorantes. Lo primero que hay que decir es que López no hubiese sido detenido en un país que como Estados Unidos goza de independencia de poderes.
Otro asunto que no resulta normal es que se haya condenado a López y no se haya  siquiera comenzado juicios por las muertes que sucedieron ese 12 de Febrero de 2014 en las cercanías del Ministerio Público. Es evidente el ensañamiento de la cúpula podrida del chavismo en contra de un líder que llamó a la protesta no violenta. No es normal un país en el que no se ha seguido el juicio a guardias nacionales que presuntamente asesinaron a una estudiante, ni se ha procesado a otra guardia que golpeó salvajemente a una ciudadana que ejercía su derecho a la protesta.
El coro de “intelectuales” que le achacan las 43 muertes ocurridas en manifestaciones a Leopoldo López le hacen el juego a un gobierno corrompido que ha acabado con la institucionalidad del estado. Se hacen los desentendidos con cosas que saben. Por ejemplo, algunos de las personas fallecidas fueron víctimas de funcionarios del gobierno, otros de los grupos paramilitares que el partido de gobierno ha armado y que usan para reprimir las manifestaciones de la oposición, otros fueron victimas de fuego amigo, por ejemplo, un guardia nacional que fue abaleado por otro guardia. También hubo muertes por acciones de grupos de oposición que trancaban vías y destapaban alcantarillas o ponían guayas para impedir el paso.
En todo caso, el gobierno, como en ocasiones anteriores, hizo caso omiso de estas muertes y los responsables andan tranquilamente por las calles. Es nuevamente un asunto que evidencia la doble moral de una clase política que justifica los golpes de estado cuando los intentan ellos y los critican cuando supuestamente se los hacen a ellos.
El 4 de Febrero de 1992, Chávez lideró un fallido y sangriento intento de golpe de estado. Hizo uso irregular y corrupto de las armas que la República había puesto en sus manos para atentar contra un gobierno democráticamente electo. Esa primero intentona tuvo como saldo negativo decenas de muertos inocentes y muchos heridos. La tropa que fue llevada a esta vergonzosa operación militar desconocía el objetivo de quienes comandaban esta tentativa de llegar al poder por la vía violenta.
No contentos con el fracaso de Febrero, los sediciosos intentaron nuevamente el 27 de Noviembre de 1992 un golpe de estado con un desastre estrepitoso. Vigilantes del canal de televisión del gobierno fueron brutalmente asesinados por hoy protagonistas del gobierno. Decenas de personas murieron y los daños se estimaron en 800 millones de dólares.
Según los criterios que la cúpula roja ha aplicado en el caso de López, Hugo Chávez fue un terrorista que obrando a sangre fría no tuvo el más mínimo arrepentimiento por las vidas que se perdieron en unas intentonas que solo pueden ser recordadas en la historia por la torpeza con la que se manejaron las operaciones militares.
Argumentaba en 1998 a quienes me decían que votarían por Chávez, que no confiaba en un oficial que habiendo comandado dos operaciones militares que fracasaron por  impericia, pudiera conducir a un buen destino a un país tan complejo como Venezuela.
Según el alcalde Rodríguez, Chávez hubiese sido condenado a la pena capital o cadena perpetua en Estados Unidos. En este caso tendría razón. Porque el crimen más grave que cometió fue el de traición a la patria. Chávez según la neo lógica del socialismo del siglo XXI nunca debió salir de la cárcel.
Lo cierto es que un desaprensivo Rafael Caldera dictó un sobreseimiento de la causa que se le seguía a este grupo de criminales uniformados. Los dolientes de quienes murieron en esas intentonas golpistas no tuvieron quienes los asesoraran para formas un comité de víctimas de los golpistas. No hubo propaganda que impidiera que tan graves actos criminales quedaran impunes.
El chavismo hace una ridícula declaración según la cual Chávez asumió su responsabilidad y estuvo encarcelado. La verdad es que comparada con sus acciones, se puede decir que estuvo arrestado con las máximas comodidades que le permitieron desde estudiar hasta brindar entrevistas.
Comparado con la sevicia, la ausencia de escrúpulos y la capacidad conspirativa de Chávez, López termina siendo un niño de pecho. En el proceso que se le siguió, la podredumbre que ha caracterizado al poder judicial del siglo XXI ha tenido una nueva manifestación. Un caso burdamente confeccionado desde el principio ha sido avalado por una persona que pasará a la triste y negra historia de la injusticia en Venezuela.