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miércoles, 4 de noviembre de 2015

EL COMUNISMO, RAICES DE UN FRACASO (9) Por: César Guillén Citterio.



 César Guillén Citterio.

EL COMUNISMO, RAICES DE UN FRACASO.  (9)

Carlos Marx, jamás profesó el igualitarismo total. Esta es una interpretación errónea sobre la necesaria jerarquización de la sociedad con base a las condiciones particulares de cada quien. Las frases  “masas proletarias” y “masas revolucionarias”, fueron solo otra invención política, ya que Lenin jamás creyó en los “poderes del pueblo”, estableció su gobierno a través de un grupo de “revolucionarios profesionales” (En Venezuela  léase: Enchufados).

También manipuló a la “clase obrera” y dejo establecido su criterio de que la clase obrera por sí sola, no podía producir más que “sindicalismo” o “reformismo”. Por ello, de eso debía encargase el partido. (En Venezuela léase: Milicias Obreras y Patriotas Cooperantes)

Se dice que en la democracia la libertad existe en tanto no interfiera con los intereses de los países desarrollados, pero en el comunismo esta igualmente limitada con el agravante de que la dictadura se ejerce a nombre del pueblo, resultando la opresión y la carestía el precio de esa “Libertad”.

“La propiedad privada  fomenta las desigualdades, las envidias, la codicia, y hace que los humanos se identifiquen con lo que tienen y no con lo que son”. Esto relativamente tiene algo de razón. Pero ella  permite el desarrollo de la independencia de cada cual, su relativa libertad con derechos y deberes basados en la crítica racional y no sujetos a los rígidos patrones de las sociedades colectivas.

Se debe recordar que “los ideales políticos nunca intentan mejorar la condición humana, sino a la sociedad Humana, a las instituciones donde viven”. (A. Camus)

En el comunismo la conducta resultante es la del fanático o del radical (Que son hombres de una sola idea y de un solo fin). Este niega dar explicaciones, predica su verdad y no entiende de razonamientos. Los que lo adversan son individuos de “bajas pasiones, codiciosos y malvados”. El fanático en tanto, no se responsabiliza por sus fracasos porque actúa conforme a “Dios, a la historia o al pueblo”.