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lunes, 8 de agosto de 2016

El no al revocatorio es traición a la patria José Vicente Carrasquero A. Opinión. Venezuela.


El no al revocatorio es traición a la patria
José Vicente Carrasquero A.

Encuentro en mi entorno una cantidad de amigos, colegas y conocidos que le atribuyen al partido de gobierno una especie de poder superior a cuyos pies nos debemos rendir. Sostienen sin que medie espacio para la duda que la cúpula podrida que hoy conduce el país hacia la ruina no permitirá que se realice el referendo revocatorio este año.
No les quito la razón en cuanto a que existe del lado del oficialismo un grupo de individuos que por diversas razones se aterroriza cuando considera la posibilidad de la consulta popular. Es más que evidente que el elemento que mejor explica esa actitud es la seguridad de que no hay manera de evitar una estrepitosa derrota. Para ello no hace falta más que leer todas las encuestas que muestran una opinión pública adversa a lo que está sucediendo en el país y que culpa de ello a Nicolás Maduro.
Después, viene como segundo elemento de análisis el hecho que estamos tratando con una clase política que carece de escrúpulo alguno. Está claro que aquellos que pagarían el costo más alto por la pérdida del poder son los que con mayor encono se aferran a cualquier mecanismo que impida la realización del revocatorio. Algunos de ellos se ven en la cárcel ante la posibilidad de explicar tanta riqueza habida en los últimos lustros después de andar pidiendo aventones. Otros se ven con un traje naranja de por vida en alguna cárcel del norte sin posibilidad alguna de disfrutar las fortunas que hicieron con el pingüe negocio del narcotráfico. Después están los que temen perder los privilegios que vienen de estar pegados a la teta oficial y que no se quedan solamente en carro, casa, chofer y querida. Algunos tienen posibilidades de curar sus enfermedades en los mejores hospitales del mundo. ¿Quién quiere perder esa manguangua?
La falta de escrúpulos de la cúpula podrida llevó a penetrar las estructuras de poder para impedir la independencia de los mismos. Recordamos tristemente a una magistrada criticar este concepto fundamental de la democracia moderna. Revolución mediocre que se respete tiene que agavillarse para protegerse. No hay que hacer mucho esfuerzo para conseguir a rectoras del CNE fotografiadas con Chávez en actos de campaña. Esa foto da total libertad a cualquier mortal de poner en tela de juicio la idoneidad de esa funcionaria para desempeñar la función para la cual nunca debió ser postulada.
El TSJ terminó siendo, en el contexto de un movimiento político intrínsecamente corrupto, una secretaría de escribientes que garabatea una serie documentos que hacen llamar sentencias para dar la razón al partido de gobierno en cualquier cosa que el mandamás de turno exija. Las tribus judiciales están a la orden del día. Lo que tanto criticaba Chávez en sus tiempos de candidato es, gracias a él, mucho peor.
Es quizás este monstruo que creo el chavismo lo que lleva a pensar a la gente que no importa lo que hagamos, el revocatorio no va este año. Porque así lo vocifera el ex teniente lengua mocha en su programa de televisión. Porque así lo exige el psiquiatra enloquecido en su gritadera. Porque así lo sugieren las rectoras en declaraciones que evidencian su parcialidad política. Porque así lo desean aquellos que fueron nombrados magistrados sin siquiera cumplir los requisitos que demanda el cargo.
Queda claro que el país esta secuestrado por una clase política que ve en su estancia en el poder su supervivencia. No tienen mañana. El rechazo popular es notorio. No pasarían el examen de rendición de cuenta. Convirtieron el país en un territorio invivible. Hicieron del venezolano el habitante más pobre del hemisferio. Le quitaron al ciudadano la posibilidad de soñar y superarse.
Solo hace falta dar un vistazo a lo que sucede en Venezuela para saber que la razón está de lado de que quienes adversan al gobierno. El discurso debe elevar el tono, debe ser acusatorio, de reclamo ante la grave situación que sufren los enfermos, ante la humillación que significa que tener que hacer colas para conseguir la comida que pueda estar disponible y no la que estamos buscando.
El ambiente político que vive el país es de rebelión. Todos los días hay protestas contra la precariedad a las que nos quiere someter la cúpula putrefacta. Los saqueos son una expresión del sálvese quien pueda al que nos ha llevado una política económica equivocada cuya única finalidad es someter al pueblo a los favores que el gobierno quiera o no dar administrando nuestros recursos.
El clima político manifiesta un hartazgo con la corrupción que se ha enseñoreado en la clase política. Demuestran una calidad de vida que no se corresponde con los salarios que se pagan por los cargos que desempeñan. Funcionarias que pasaron de señoras de servicio a dueñas de mansiones que no se pueden adquirir con un honesto ejercicio de cargos públicos. Militares dados de baja por golpistas que muestran niveles de riqueza incompatibles con los cargos que desempeñan o han desempeñado.
Este contexto tiene al pueblo enfurecido. Solamente contenido por la posibilidad que se realice el revocatorio como salida pacífica a una situación de miseria a la que nos ha llevado la cúpula podrida.
El discurso político tiene que incorporar la demanda de un derecho. Tiene que hacer advertencias que vienen a lugar. Debe explicar claramente que la no realización del  referendo revocatorio este año es una traición al proceso constituyente de 1999. Más grave que eso, se convierte en una violación de la constitución que linda con la ruptura del hilo constitucional. Por lo tanto, no realizar esta consulta se convierte en traición a la patria.
Otra advertencia que debe estar presente en el discurso es que la reacción del pueblo puede ser de mucha gravedad. Hay una esperanza detrás de ese evento político. Frustrar la posibilidad de esa salida que el común de las personas avizora en el revocatorio puede tener consecuencias de dimensiones desastrosas.
Los venezolanos estamos obligados a exigir el cumplimiento de la constitución. No puede ser que una clase política minoritaria busque a través de la corrupción política mantenerse en el poder. Es evidente que la dirigencia opositora está haciendo un esfuerzo encomiable para lograr que se de este evento. Es un deber ciudadano apoyarlos sin ambages y medias tintas.