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martes, 1 de noviembre de 2016

Venezolano se escribe con “V” de víctima. Por: José Vicente Carrasquero A. Opinión. Venezuela.


Venezolano se escribe con “V” de víctima

José Vicente Carrasquero A.

Me encuentro escribiendo mi artículo semanal. En la pantalla de la computadora me aparece el aviso de Twitter que notifica el artículo de este domingo de Leonardo Padrón. Le doy al link y sufro la historia descrita por este insigne escritor que sabe como nadie retratar la tragedia que viven muchos venezolanos. Es la desventura de Marcelo Cravato y el artículo, si no la ha leído, lo encontrará en el siguiente enlace: http://www.el-nacional.com/opinion/Pais-carcel_0_947905446.html

Me vino a la memoria una conversación que sostenía el viernes en la noche con  un distinguido profesor de ciencia política de la Universidad Carlos III. En mi opinión, el académico español que mejor domina el tema venezolano. Más allá de nombres y eventos, este apreciado amigo tiene una profunda comprensión del momento político que vive nuestro país.

Le decía al colega que él debía ver a los venezolanos como víctimas de un gobierno que decidió desde que llegó al poder dividirnos entre buenos y malos. Los que lo seguían y quienes le adversaban. Para los primeros, mientras se pudo, algunos privilegios para los segundos persecución y ausencia absoluta de a quien recurrir ante las permanentes injusticias de un régimen que parece estar administrado por un ejército de ocupación más que por compatriotas.

Desde que el chavismo llegó al poder, los venezolanos en general han estado sometido a unos niveles de violencia nunca vistos. Una que se manifiesta de maneras diversas. Baste decir que desde 1999 hasta hoy en Venezuela han ocurrido más de doscientos mil asesinatos. Según estudios muy serios del Observatorio Venezolano de la Violencia, más del noventa porciento de esos crímenes han quedado impunes.

A estas doscientas mil víctimas de la violencia criminal permitida y muchas veces fomentada por el gobierno chavista, se suman las personas que han quedado lisiadas o perjudicadas física y/o psicológicamente por unos depredadores que solo ven en sus semejantes presas de las cuales vivir y saciar su sed de asesinar. Es muy sospechoso que el gobierno se haya mostrado crecientemente incapaz e indolente ante el auge de los asesinatos.

Como con un fuero especial, los delincuentes han incrementado el número de secuestros. Yo mismo fui víctima de uno en el que amenazaron con matarme muchísimas veces. La denuncia ante la policía al final quedó solo como un asunto de trámite para que el seguro me pagara el vehículo. Nadie investigó, nadie hizo averiguaciones posteriores.

Aun recuerdo la conversación con mis captores. Desde el principio me llamaban profesor. Me preguntaron que por qué criticaba tanto al presidente. Me contaron que ellos trabajaban pero que el dinero no les alcanzaba para cubrir las necesidades de su familia. Que el presidente había dicho que si la gente tenía necesidad podía robar. Por la forma como se comunicaban entre ellos y como estaban vestidos, pienso que eran policías. Muchos años después no he superado del todo el trauma, el único aliciente es el haber sobrevivido.

La cantidad de víctimas de los gobiernos del chavismo se cuentan por millones. Los de los últimos años han incluso llamado la atención de los organismos internacionales. Muertes por enfermedades erradicadas hace décadas como la malaria o la difteria. Muertes por cáncer de niños que no pudieron ser tratados por la ausencia de medicinas y equipos necesarios. Muertes diarias de personas que no consiguen el medicamento que le controla la tensión o los niveles de azúcar en la sangre. Muertes por ataques de epilepsia por ausencia de drogas adecuadas que además resultan muy baratas. Lo más grave, personas que mueren de hambre en un territorio que flota sobre las reservas probadas de petróleo más grandes del universo.

Son víctimas de este gobierno miles de pensionados y jubilados que desde hace más de un año no reciben el dinero para su manutención en el exterior. Un infame ministro se atrevió a decir que no había ninguna deuda con este sector y que las trasferencias se habían realizado. Son víctimas los estudiantes a los cuales se les autorizaron los recursos para cursos en el extranjero y han tenido que organizarse para tratar de sobrevivir. En contraste, cientos de boliburgueses exhiben groseramente sus riquezas en el exterior. Alguno impúdicamente se deja ver en su camioneta Mercedes Benz del año en la Gran Vía de Madrid.

Son víctimas de esta cúpula podrida quienes esperan en largas colas en búsqueda de alimentos, quienes deben presentar una partida de nacimiento para comprar pañales o leche materna. Son víctimas los recién nacidos colocados en cajas cartón en un hospital al tiempo que un desalmado gobernador chavista dice que eso se soluciona decorando la cajita.
Son víctimas de la dictadura que nos somete por la fuerza, ese ejército de presos políticos que pagan cárcel sin condena, sin juicio, sin que les asista derecho alguno. El pecado de algunas de estas personas fue haber ayudado a otro, o haberle ofrecido un poco de comida a personas que protestaban. Uno de ellos se suicidó en una mazmorra del régimen ante la impotencia por el  irrespeto sus derechos humanos.

Como si fuese poco, el aparato de medios del gobierno es usado para tratar de someter al escarnio público a venezolanos que se oponen a la dictadura. Los fanfarrones y payasos que dirigen estos programas no tienen moral alguna para erigirse en críticos de nadie. Sin embargo lo hacen, a pesar de estar señalados algunos de alcohólicos, drogadictos y otros de traficantes de drogas.

El venezolano es víctima de una terquedad que se empeña en mantener un modelo económico empobrecedor y hambreador del pueblo. Todo parece estar llegando a su final. En estos momentos hace falta mucha sindéresis. Ojalá sepamos tenerla.